Rust and Bone: Marion y Matthias son el corazón de esta historia







De repente, Alain tiene que hacerse cargo de su hijo Sam, un niño de cinco años al que apenas conoce. Como no tiene casa, ni dinero, ni amigos, se refugia en Antibes, en casa de su hermana, que los acoge cariñosamente. Tras una pelea en una discoteca, conoce a Stéphanie, una domadora de orcas en Marineland. Son dos personas que vienen de mundos completamente diferentes, nada les une. Ella lo tiene todo, él nada. Sin embargo, la vida es impredecible y todo, absolutamente todo, puede pasar.
 

¡Hola a tod@s! Hoy voy a hablaros de Rust and Bone (De óxido y hueso),  una película que quería ver hace mucho tiempo. Si habéis leído algunas mis entradas, sabréis que una de mis actrices favoritas es Marion Cotillard, ya que es una intérprete que derrocha clase y talento por los cuatro costados. Había oído hablar mucho y muy bien de esta película. El argumento me parecía muy interesante y mi expectación crecía por momentos al ver al director y los actores que habían hecho posible este largometraje. Ayer por fin la puede ver y aquí está mi crítica.

A la gente que le gusta, aunque sea un poquito, el cine sabe de qué va esta película y, para los más morbosos, el tema de conversación que genera este film es el siguiente: Marion Cotillard se queda sin piernas. Literalmente. Bueno, más bien su personaje. En Rust and Bone, veremos la fuerte unión que se produce entre Alain y Stéphanie, un hombre y una mujer que son polos opuestos. Para poneros en situación, os diré que Alain (Matthias Schoenaerts) es un hombre que se tiene que hacer cargo de su hijo de 5 años al que apenas conoce. A esto le tenemos que sumar la precaria vida que lleva. No tiene dinero ni una casa donde darle cobijo a su hijo. Finalmente, la hermana de Alain decide darles un techo donde vivir. Cómo podéis ver, su vida no es nada atractiva, más bien lo contrario. Sin embargo, consigue trabajo como vigilante en una discoteca y lo que Alain no sabe es que este nuevo empleo le cambiará la vida.

Por otro lado tenemos a Stéphanie (Marion Cotillard), una domadora de orcas. Stéphanie lo tiene todo. Es una mujer guapa, atractiva, segura de sí misma, sabe que gusta a los hombres y se aprovecha de ello. Además, adora su trabajo. ¡Su vida es perfecta! No obstante, el destino le tiene reservada una desagradable sorpresa. Cómo podéis ver, Alain y Stéphanie no tienen nada que ver. Sin embargo, una noche, Alain tiene que detener una pelea en la discoteca donde trabaja y para nuestra sorpresa, una de las personas implicadas en esta confrontación es el personaje de Cotillard. Éste será el momento que marcará el principio de la historia de estos dos personajes.

Ya lo he dicho antes, el personaje de Marion Cotillard se queda sin piernas pero esta película no gira exclusivamente alrededor de este hecho. Hay algo más profundo en ella y además, hay otra historia que contar que es igual de fuerte e importante que la de la actriz francesa.

Rust and Bone, es un drama en el que veremos a los personajes sufrir mucho pero, sin embargo, hay un mensaje de esperanza. Es una historia de superación personal, de levantarse cuando crees que todo está perdido y de luchar ya que hay muchas cosas que nos están esperando. Es una muy buena película pero no es una obra maestra. La película dura dos horas y la primera parte es brillante ya que es muy magnética, yo me enganché a ella y no se me hizo aburrida. Sin embargo, la segunda hora pierde un poco el atractivo que tenía la primera. Se vuelve más densa. ¿Y por qué esta película es tan buena si la segunda parte es más floja? Por las grandes interpretaciones que encontramos en ella. Los secundarios que acompañan a Cotillard y Schoenaerts son sensacionales y los dos protagonistas son simplemente brillantes. De Oscar. Empezaré por Cotillard. Ya lo he dicho antes, esta actriz me encanta. Y me gusta todavía más cuando trabaja en películas europeas ya que es ahí donde se ve su gran talento. Ya sé que Hollywood es Hollywood pero éstos no han sabido aprovechar el talento de esta actriz. Cotillard nos regala con su Stéphanie uno de los personajes más complejos y enigmáticos de su carrera. Me resultó curioso, debido al destino de su personaje, que lo primero que vemos de Cotillard en el film sean sus piernas. Su interpretación de esta domadora de orcas es fuerte y desgarradora. Cuando descubre que sus dos piernas han sido amputadas, se me encogió el corazón. Su interpretación es soberbia y lo más importante, realista. No vi melodrama por ninguna parte y eso está bien. Sin decir nada, solamente con su presencia, podemos sentir como este personaje siente que está en un pozo del que no va a poder salir nunca. Está triste, deprimida y al borde del suicidio. Me gustó ver el antes y el después de Stéphanie. Antes era una mujer segura, sin complejos e incluso la veía un poco inaccesible. Después del accidente, es una mujer completamente diferente. Ahora es insegura y débil. Sin embargo, la vi una mujer mucho más cercana y es raro porque después de una experiencia así, te puedes volver mucho más dura y fría. La evolución de su personaje me gustó mucho ya que después del trágico acontecimiento se tiene que volver  a redescubrir en todos los sentidos. Tiene que volver a sentirse la mujer que era antes y eso significa volver a sacar a la luz su feminidad y sexualidad. En ocasiones, las escenas de sexo que vemos en algunas películas no aportan nada al argumento del film, están ahí para atraer al espectador. En Rust and Bone, estas escenas son importantes ya que son vitales para el desarrollo del personaje de Stéphanie. Marion Cotillard se desnuda en cuerpo y alma, literalmente. Está de Oscar y me decepcionó bastante no verla entre las nominadas. ¿En qué estaban pensando los miembros de la Academia? Cada año se superan más.



El otro protagonista es Alain, al que da vida Matthias Schoenaerts. Hasta ayer, este actor era un completo desconocido para mí. Su interpretación de este padre tosco y duro, se merece también todos los premios del mundo y si estoy en lo cierto, creo que se llevó un César al mejor actor por este papel. Para mi sorpresa, su personaje lleva el peso de la película. Cotillard también lo hace pero su personaje, en este sentido, es más secundario. Jacques Audiard, el director de este film, fue muy valiente al darle el papel protagonista a un actor que todavía no se ha labrado un nombre en el mundo de la interpretación y no se equivocó. Schoenaerts aparece en pantalla pisando fuerte ya que su personaje es muy complejo y llama la atención del espectador desde el primer minuto. Su evolución también me gustó mucho. Al principio es un personaje duro e irresponsable, pero al final del film vemos a un hombre responsable, sensible y débil y ésta última característica no está dicha en el mal sentido. Lo que quiero decir, es que llega un momento en la vida en el que te tienes que tragar tu orgullo y pedir ayuda a los demás porque tú solo no puedes. Algunas de las escenas de Matthias me han estremecido y en una de ellas se me han saltado las lágrimas. Un diez para este actor que tiene un futuro muy prometedor por delante.



La relación entre los personajes de Cotillard y Schoenaerts no es nada convencional. Él la ayudará a salir de ese pozo en el que está metida y su relación no es la típica relación romántica. La evolución de esta relación va ligada a la de los personajes y aunque durante el film no sabemos en qué punto se encuentran exactamente, al final de éste se nos ofrece una respuesta aunque dependiendo del espectador, ésta puede tener una interpretación u otra. Está muy claro, cuando tienes a dos personajes tan complejos como éstos, la relación no va a ser sencilla ni tampoco idílica. Eso sí, la química entre los dos actores es más que evidente. Los dos son fantásticos por separado pero cuando están juntos son imparables. Pura dinamita.

Impactante, desgarradora, poderosa, conmovedora, atrapante… Rust and Bone,  es una película que te hace pensar cuando acaba. No es un film para ver a la ligera. Es una historia humana que nos muestra el lado duro de la vida pero a la vez, nos dice que todos podemos salir de un bache. Es, en algún sentido, un canto a la vida. Te hace recapacitar sobre muchas cosas pero a la vez disfrutas de la historia porque está muy bien hecha. A mí me ha gustado mucho y ya sé que me repito mucho pero muchísimo, y lo seguiré haciendo si hace falta, pero es una pena que este tipo de historias no tengan repercusión en los cines. Hay gente que conozco que para ver esta película han tenido que buscar en diferentes salas porque no la encontraban. En fin, una pena. Os recomiendo esta película. Una historia desgarradora con grandes interpretaciones. ¿Se puede pedir más? Si la habéis visto, ¡espero vuestros comentarios!


¡Hasta la próxima!


8/10







 

 




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