Agnes Grey, de Anne Brontë

¡Hola, chic@s! Las hermanas Brontë son un icono de la literatura universal, y aun así cuando se habla de estas escritoras se suele mencionar solamente a Charlotte y Emily. ¿Qué ocurre con Anne? ¿Por qué la benjamina no ha conseguido tener el mismo impacto que sus dos hermanas mayores? Este punto daría para otra entrada, pero hoy no he venido a hablar de este tema. El pasado verano tuve la oportunidad de leer Agnes Grey y la verdad es que fue muy interesante ya que esta novela es la nota discordante con respecto a la obra de estas tres autoras. Cuando escuchamos el apellido Brontë nos viene automáticamente a la cabeza escenarios con tintes góticos e historias llenas de pasión e intensidad protagonizadas por antihéroes románticos que despiertan odio y amor a partes iguales. Agnes Grey no sigue este patrón y la verdad es que ha sido raro y refrescante a la vez porque para mí ha sido como descubrir un nuevo mundo dentro del universo Brontë.

Agnes Grey nos presenta a Agnes, una joven cuya familia pasa por graves problemas económicos y para ayudar a los suyos decide dejar su hogar y trabajar como institutriz. Este trabajo hará que la joven despierte y se enfrente al mundo ya que su oficio no será un camino de rosas cuando vea que tiene que tratar con niños maleducados y caprichosos y lo más grave es que sus progenitores no son el mejor ejemplo del mundo. La novela nos muestra el viaje que experimenta nuestra protagonista, un viaje lleno de experiencias buenas y malas que la harán madurar y la convertirán en una mujer independiente.

Esta novela corta destaca por su narrativa directa, ágil y sencilla. Es un libro muy fácil de leer y te da la sensación de estar leyendo el diario personal de la protagonista al ver como ésta relata sus quehaceres diarios. Por otro lado, se establece una gran cercanía con Agnes ya que, en varias ocasiones, ésta se dirige directamente al lector.

Como he dicho anteriormente esta historia no sigue el patrón Brontë. La novela de Anne es más costumbrista, no contiene en ningún momento una atmósfera oscura o gótica, y nos permite conocer cómo se comportaban las diferentes clases sociales de la época victoriana, pero sobre todo, descubrimos como eran tratadas las institutrices.

A pesar de su sencillez, esta historia posee una gran fuerza ya que la protagonista lucha por su independencia, algo muy Brontë, y en este sentido se puede observar una crítica a la sociedad por como ésta veía a la mujer. Esta novela abarca temas como el amor, la independencia de la mujer, la hipocresía de la sociedad o la religión. De este último tema me gustaría destacar la importancia que tiene la religión en la vida de Agnes, y seguramente en la de Anne, ya que el personaje piensa constantemente en actuar del modo correcto para poder acceder a Dios una vez su vida acabe. Los valores son algo fundamental en la protagonista, pero en muchas ocasiones ve como su manera de ver la vida no es compartida por aquéllos que la rodean.

Anne Brontë

Los personajes están muy bien definidos y no puedes evitar conectar con la maravillosa Agnes, sobre todo si trabajas con niños, cuando ves el esfuerzo que ésta emplea para inculcarles una educación y como muchas veces no es, en absoluto, una tarea sencilla. Por otro lado, en esta ocasión, el interés romántico de la protagonista no será un hombre atormentado y oscuro, como el señor Rochester o Heathcliff, sino que vendrá de la mano del amable señor Weston, el único que sabrá ver verdaderamente quien es la mujer que se esconde detrás de la institutriz. Una de las cosas que más me han gustado es que las Brontë no suelen crear personajes protagonistas (ni femeninos ni masculinos) que posean una gran belleza física. En el caso del señor Weston vemos que se sigue con el mismo modus operandi. No es un hombre guapo pero resulta muy atractivo a ojos del lector por cómo Agnes describe su maravillosa personalidad y gran intelecto. Nos vamos enamorando de Weston al mismo tiempo que lo hace la joven Grey y esta sensación es fantástica ya que de alguna manera estás viendo a través de los ojos de la protagonista y sientes lo mismo que ella.

Os confieso que me dio mucha pena llegar al final de esta novela por los paralelismos que hay entre su protagonista (hay que recordar que la novela está inspirada en las vivencias de Anne como institutriz) y su autora y por los finales tan diferentes que ambas consiguen al final. En serio, cuando lees las novelas de Charlotte y Emily es inevitable ver características de ellas en sus personajes, pero en el caso de Agnes Grey este aspecto va mucho más allá porque sientes que Agnes es en realidad Anne en toda su totalidad. Es imposible llegar al final y no experimentar un sentimiento de melancolía y tristeza. En mi caso, tuve la sensación de haber conocido realmente a Anne y en cierta manera, llegué a quererla como a una hermana pequeña.

Agnes Grey es una novela sencilla, pero dura a la vez ya que relata de manera directa y sin tapujos como la sociedad victoriana podía ser, en muchas ocasiones, bastante cruel. Sin embargo, al mismo tiempo no puedes evitar sentirla como una historia entrañable debido a los encantadores personajes que encontrarás en ella. La novela de la benjamina de las Brontë es un clásico que merece ser leído y Anne, por enésima vez, se merece el mismo papel que sus hermanas poseen en la literatura.

Algunos creen que Anne era la hermana que tenía menos carácter, pero yo no estoy para nada de acuerdo. Sus dos únicas novelas son una clara declaración hacia la independencia y la libertad de la mujer y el feminismo se respira en sus historias. Precisamente, hace un tiempo escribí una reseña sobre La inquilina de Wildfell Hall, su segunda y última novela, cuya historia fue un escándalo para la época al crear a una heroína que decide dejar a su marido y empezar desde cero con la única compañía de su hijo (aunque mi entrada está inspirada en un artículo académico que escribí para la universidad y en la que afirmo que el personaje de Gilbert no le da voz a la protagonista). Puede que Anne no tenga el reconocimiento merecido ya que fue una mujer muy arriesgada para su época y ciertas personas no estuvieron muy interesadas en que su obra viera la luz… ¡Ahí lo dejo!

¡Hasta la próxima!

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