Tick, Tick... Boom! (2021)

 

Fuente: Netflix

¡Hola, chic@s! Imaginad que uno de vuestros sueños es escribir obras teatrales, en este caso musicales, pero el camino para alcanzar el éxito y el reconocimiento no está siendo nada fácil. Antes de llegar hasta él debemos enfrentarnos a dos sensaciones que no nos gustan mucho: el fracaso y la decepción, que nos ponen una y otra vez en situaciones muy complicadas para desafiar nuestra fuerza y tesón. Algunos, tras no decaer, consiguen tocar ese cielo que tanto se les prometió, pero otros, y teniendo la misma valía, se quedan en el camino bajo el título de promesas olvidadas. Jonathan Larson pertenece al primer grupo, él lo consiguió, pero su historia tiene un halo trágico que hace que te compadezcas de él una y otra vez, pero al mismo tiempo su tragedia lo eleva a la categoría de mito. ¿Y esto por qué? Larson fue el creador de Rent, una de las obras musicales más importantes de todos los tiempos, pero un día antes de su estreno, un estreno que marcaría un antes y un después, el joven falleció a la temprana edad de 35 años. Lo más triste de todo es que Larson no pudo ver cómo su obra cambiaría la manera en la que se iba a ver Broadway y tampoco pudo recoger los Premios Tony y Pulitzer que su Rent consiguió de manera póstuma.

Lin-Manuel Miranda, otro peso pesado de los musicales de Broadway (su musical Hamilton también consiguió, entre otros, el Pulitzer y el Tony) es el encargado de dirigir Tick, Tick… Boom!, una película basada en el musical autobiográfico de Larson, y que está protagonizada por un actor que ahora mismo está muy de moda: Andrew Garfield. La historia nos muestra a un joven Larson que trabaja como camarero en la Nueva York de principios de los años 90, pero su sueño es convertirse en compositor teatral; por ello, está dedicado en cuerpo y alma a la creación de Superbia, una obra musical que espera que lo cambie todo. La cabeza de Larson no para quieta ni un momento, siempre está ideando nuevas composiciones, y estas se pueden ver reflejadas en diferentes escenas. Me ha gustado mucho cómo se consigue entremezclar la vida bohemia del protagonista y los problemas que cada día crecen a su alrededor, como la precariedad o cómo el SIDA está afectando cada vez más a su grupo de amigos, con la otra vida que hay en su interior y que no tiene nada que ver con la que los demás ven. Larson es música en estado puro y a través de diferentes números musicales podemos ver la fuerza y la creatividad que habitan en él.

Y si hablamos de los números musicales solo puedo decir que estos son brillantes, ya que, además de representar muy bien el momento anímico en el que el protagonista se encuentra en ese determinado momento, los temas son muy pegadizos y consiguen conectar con el espectador. Todos me han gustado mucho y no sabría cuál de ellos escoger. Garfield, por otro lado, está sublime y nos regala una interpretación portentosa llena de energía y entusiasmo. Se nota su entrega en cada escena y es una gozada verlo en pantalla (su Globo de oro ha sido más que merecido). No sabía mucho acerca de Larson, pero la interpretación de Garfield ha hecho que me interese por su vida y obra, ya que realmente empatizas con él.

Decidí ver Tick, Tick… Boom! por pura curiosidad y la verdad es que me ha sorprendido bastante. Su actor protagonista está en estado de gracia, los números musicales están llenos de fuerza y emoción, y la historia que cuenta tiene componentes muy humanos que hacen que conectes con ella. Lo vuelvo a decir: esta película me ha gustado mucho. Ahora toca esperar al mes de febrero para ver si Garfield obtiene una candidatura al Oscar por su interpretación, una nominación que espero que consiga porque realmente la merece

¡Hasta la próxima!

 

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