Marzo, Mes de la Mujer: Tomàquets verds fregits, de Fannie Flagg
¡Hola, chic@s! En 1991
llegó a los cines Tomates verdes fritos, adaptación cinematográfica de
la novela homónima de Fannie Flagg, una película que desde el principio fue
catalogada como una cinta exclusivamente para mujeres, pero esta etiqueta no fue
un obstáculo para su éxito, ya que tanto público como crítica se rindieron ante
ella. Conocía la trama, pero nunca había visto la película ni leído la novela,
así que a finales del año pasado me animé y me hice con la preciosa edición en catalán
que la editorial Viena Edicions había publicado hacía muy poco (la
película ya la tengo en casa y mi idea es verla este fin de semana), y solo puedo decir que me
apena no haber leído este libro antes, ya que su lectura ha sido una total y absoluta
delicia.
Tomates verdes fritos nos
presenta a Evelyn Couch, una mujer de mediana edad que cada semana acompaña a
su marido a la residencia para personas de la tercera edad para visitar a la madre
de este, una mujer con la que, por cierto, Evelyn no tiene muy buena sintonía.
Nuestra protagonista no está contenta con su vida, y por ello se siente perdida y desmotivada, y en una
de estas visitas monótonas a la residencia conoce a Ninny, una anciana adorable
que, a través de sus historias de juventud, conseguirá que Evelyn empiece a ver
la vida de otra manera. Las anécdotas que Ninny cuenta tienen lugar en los años
veinte y en un pequeño pueblecito de Alabama llamado Whistle Stop, un lugar que
es transitado por personajes pintorescos y entrañables, y entre los que debemos
destacar a Idgie y Ruth, dos mujeres que regentan un pequeño café que se
convierte en el centro, u origen, de las tramas de esta obra.
Estamos ante una novela que
es una historia dentro de otra historia, ya que gracias a Evelyn y Ninny
podemos viajar al pasado, y a medida que la trama va avanzando veremos que, de
alguna manera, ambas líneas temporales encontrarán un punto en común. Por otro
lado, Fannie Flagg, su autora, dota a este libro de grandes dosis de
ingenio, humor y ternura, pero también nos muestra su lado más serio y valiente
al hablar de temas tan graves como el racismo o la violencia machista. Además
de esto, Flagg también pone sobre la mesa cuestiones que, para muchos, eran un completo
tabú, como el lesbianismo, la menopausia o la insatisfacción que la mujer siente una
vez que esta ha hecho todo lo que se espera de ella y aun así no
es feliz (aquí también podemos ver cómo la sociedad condena a la mujer que decide no seguir los patrones establecidos, pero engrandece a la que escoge una vida sumisa y conservadora). Todos estos puntos, además de desarrollarlos de manera excelente, los
incluye en la trama con una gran naturalidad, algo que me hizo admirarla
profundamente, ya que hace más de treinta años había asuntos que era mejor no sacar
a la luz. Por último, me gustaría hacer una mención especial a sus maravillosos
personajes. En esta novela hay muchos, y algunos de ellos tienen tramas que
ocupan más páginas que las de otros, pero todos tienen una historia y unos
conflictos que contar, y cada personaje, por muy pequeño que sea, es importante
y está muy bien definido. Todos me han encantado, pero mi personaje favorito es
Idgie, una mujer libre e intrépida que vivió su vida como le dio la gana.
Tomates verdes fritos es
esa clase de libro que cuando lo empiezas ya no lo puedes (ni quieres) soltar. Fannie
Flagg se mueve como pez en el agua y nos trae una historia y unos personajes que
son muy difíciles de olvidar. La obra de Flagg es como un abrazo, pero al mismo
tiempo expone temas muy importantes que en su momento mucha gente prefería ignorar. En este
sentido, la autora se puso el mundo por montera y habló de lo que quiso y como
quiso. Para acabar, y nunca mejor dicho, en las últimas páginas de la novela
encontraréis las recetas que Sipsey, uno de los personajes, preparaba en el
café de Ruth e Idgie. Estas recetas no podían faltar, porque de alguna manera
son un complemento más de la trama y con ellas se cierra el círculo. Si no habéis
leído esta novela, os la recomiendo encarecidamente, porque la historia y los
personajes que presenta son de lo más valientes e inspiradores.
¡Hasta la próxima!
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Instagram: laura_lamiel
¡Hola Laura!
ResponderEliminarhe visto la película puede que tres o cuatro veces (más de dos, seguro), podría decirte que es una de mis pelis preferidas del mundo mundial, jeje.No creas que alguna vez no pensé leerme la novela, pero al final no lo he hecho porque me da pereza si ya sé de que va el tema (me gusta hacerlo al revés, primero leer novela y después peli). La trama es magnífica, los personajes son magníficos, todo es fascinante en "Tomates verdes fritos". Tu reseña me la ha recordado, me ha encantado.
La peli no te la puedes perder, supongo que ya la habrás visto este finde, supongo que te encantará, aunque los libros suelen ser bastante mejores que sus adaptaciones. Me encantará saber tu opinión al comparar.
Besos
¡Hola, Marian!
EliminarAcabo de ver la peli y ha sido maravillosa. Te animo a que te leas la novela porque hay muchas cosas que la película no muestra y otras que están mejor desarrolladas. Tanto la novela como su adaptación son fantásticas y no descarto volver a ellas en un futuro ;)
¡Un beso!