La sociedad de la nieve (2023)

 

Fuente: Netflix

¡Hola, chic@s! Antes de empezar esta entrada, os quiero desear a todos un muy feliz 2024. Un nuevo año de series, cine y libros se abre camino (ya parezco El Rey león) y me gustaría inaugurarlo con mi review de La sociedad de la nieve, la última película de J.A. Bayona.

Cuando se anunció que se iba a rodar una nueva adaptación del Milagro de los Andes, mi primera reacción fue un tanto incrédula porque no veía necesario volver a explicar una historia que casi todo el mundo conoce gracias a diferentes libros y la famosa película ¡Viven! de 1993. No obstante, Bayona es un cineasta que siempre me ha gustado mucho porque sabe remover a todos aquellos que ven sus historias. Al principio lo que siempre llama la atención es el entretenimiento y el espectáculo, pero sus relatos consiguen que, cuando llegamos al desenlace de estos, nos quedemos analizando lo que hemos visto.

La sociedad de la nieve es básicamente la historia de la tragedia de los Andes, pero en esta ocasión el cineasta da otro enfoque y rescata la memoria de los fallecidos rindiéndoles un precioso y emotivo homenaje, ya que los que lograron sobrevivir pudieron regresar a sus casas gracias a ellos. La película dura alrededor de unos 150 minutos, pero en ningún momento se hace larga porque Bayona te atrapa desde el primer minuto al crear un lazo entre los protagonistas y los espectadores. No hay tregua para el descanso y la angustia y la tensión son una constante. Es una película desgarradora, claustrofóbica e inmersiva, pero a pesar de todo esto, siempre se puede vislumbrar un halo de esperanza cuando ves lo que el ser humano está dispuesto a hacer para aferrarse a la vida. Las tragedias nos sitúan en lugares que no queremos habitar debido al sufrimiento que estas traen y también porque nos empujan hasta límites que nunca nos habría gustado experimentar, pero gracias a ellas descubrimos aspectos de nosotros mismos que desconocíamos y que hacen que nos superemos. La sociedad de la nieve nos muestra todo esto y nos enseña que el ser humano, cuando quiere, puede ser alguien realmente extraordinario.

Los actores, que hasta la fecha eran unos desconocidos para mí, bordan sus papeles. Unos tienen más minutos que otros, pero todos los personajes se quedan grabados en tu memoria por su vulnerabilidad y su miedo, unas emociones muy  reconocibles que desgarran al espectador. En ningún momento me dio la sensación de ver a un grupo de actores interpretando un papel, solo veía a un grupo de personas que hacía lo imposible por sobrevivir.

Visualmente la película es una joya, pero lo que de verdad me ha gustado es el realismo que hay en ella. La opción más fácil hubiese sido recrear escenarios a través de efectos especiales, pero reconozcamos que en algunos casos estos te sacan de la película porque sabes que lo que estás viendo no es de verdad (y también porque a veces ciertos efectos no están muy bien hechos). La sociedad de la nieve construyó sus escenarios de la manera más tradicional y en todo momento te da la sensación de estar en el Valle de las Lágrimas. Había oído hablar de este aspecto antes de ver la película, pero ahora que ya la he visionado puedo corroborar el gran trabajo que hay detrás.

Por último, y no menos importante, quiero aplaudir el trabajo de Michael Giacchino, el encargado de poner música a esta epopeya. Giacchino es uno de mis compositores favoritos y no le he perdido la pista desde que descubrí su trabajo en Lost hace ya casi 20 años. En La sociedad de la nieve el compositor nos vuelve a llevar por un viaje emocional notable, ya que sus bandas sonoras siempre tienen como objetivo conectar con la parte más profunda del ser humano. En sus temas podemos percibir la lucha de los supervivientes, pero también ese rayo de luz que se resiste a entrar en escena. Los últimos 10 minutos de la película son una montaña rusa de emociones que te dejan sin respiración (aunque toda la película lo es) y Giacchino tiene mucha culpa de ello.

La sociedad de la nieve es una obra maestra que sabe capturar la parte más pura del ser humano y en ella veremos temas como la fe, el dilema moral, la amistad, la solidaridad y la resiliencia. Bayona me ha hecho redescubrir esta historia que ya conocía y lo hace con un relato monumental que primero te destroza y luego te reconstruye. Es toda una oda a la vida. Esta película, como ya sabréis, ha sido proyectada en muy pocos cines y muchos somos los que hemos tenido que recurrir a Netflix para poder verla. Si podéis acudir a una sala de cine, hacedlo, porque si ya impacta en la pantalla del televisor no me quiero ni imaginar el efecto que tendrá en pantalla grande. Por cierto, esta noche se entregan los Globos de Oro y la película está nominada, ¿se lo llevará?

¡Hasta la próxima!

 

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Comentarios

  1. ¡Hola!
    No he visto la película original, pero sí conozco la historia real y justo ayer leí un hilo en Twitter en el que se hablaba de los numerosos cameos que había en esta película y me pareció muy interesante.
    ¡Nos leemos!

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    1. ¡Hola, Lua!

      La verdad es que Bayona hace un gran trabajo, ya que logra impresionar con una historia que ya conocemos. A mí me ha encantado.
      ¡Nos leemos!

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