LITERATURA: Biografía de Emily Brontë por Winifred Gérin
¡Hola
a tod@s! Hoy voy a hablar de la biografía de una de mis escritoras favoritas:
Emily Brontë. Para los amantes de la literatura este nombre es uno de los
imprescindibles, pero para la gente que no lo sepa, esta autora nos ha
proporcionado uno de los grandes clásicos de la literatura universal: Cumbres
Borrascosas.
De
las tres hermanas Brontë: Charlotte, Emily y Anne, la primera siempre ha sido
la más popular, pero en cuanto a las personalidades de las hermanas, la de
Emily siempre me ha resultado la más misteriosa y especial. Me he sentido más
atraída por su figura que por la de Charlotte o Anne y eso que las tres
tuvieron unas cortas pero muy interesantes vidas.
Cumbres Borrascosas |
A
la hora de leer una biografía, siempre esperas descubrir a la persona que hay
detrás del mito o incluso puede pasar lo opuesto. Esa persona que no ha tenido
una gran relevancia puede ser luego la más compleja y rica en matices que jamás
hayas visto. En el caso de las hermanas Brontë, las leyendas que se han creado
alrededor de ellas han sido constantes. Muchas personas se las imaginan como
tres hermanas solteronas, amargadas y aisladas del mundo. Incluso sus
orientaciones sexuales han sido muy cuestionadas. Sinceramente, esto me indigna
bastante porque estas tres hermanas fueron unas mujeres muy adelantadas a su
tiempo, fuertes, autodidactas y emprendedoras. Por lo tanto, todos estos mitos que
han acompañado a las hermanas durante todos estos años no son, ni por el más mínimo
asomo, un fiel reflejo de la realidad. Las Brontë eran seres humanos muy
complejos e inteligentes y eso se refleja en sus historias. Temas como la
violencia de género, el alcoholismo o la independencia de la mujer eran
habituales en sus novelas. Sin embargo, por circunstancias de la vida, algunos
factores como la economía o la época en la que vivieron (siglo XIX) influyeron para que sus vidas no fuesen las que de verdad merecían ser. Eran tres genios que
nacieron en la época equivocada.
En
la biografía de la que os voy a hablar se recoge todo esto pero, obviamente, se centra en Emily. Ella es la protagonista de este libro que recoge su
historia desde su nacimiento hasta su muerte a la temprana de edad de 30 años
debido a la tuberculosis. Esta biografía está firmada por Winifred Gérin y
tengo que decir que me ha gustado mucho ya que no es una biografía
sensacionalista ni nada por el estilo. Nos cuenta la historia de Emily Brontë y
lo hace de una manera cercana y poniendo todo el corazón. Además, la labor de
documentación utilizada por Gérin (se han recuperado manuscritos que nos dan
información de las Brontë, aparte de los ensayos de Emily) es excepcional y nos
demuestra que lo que estamos leyendo es un buen reflejo de lo que fue. Por mi
parte, confié plenamente en su labor de biógrafa. Gérin nos enseña a la mujer
que hay detrás del mito. Durante su lectura he conectado tanto con Emily que la
sentía como mía. Ha habido momentos en los que me he identificado con ella y me
he emocionado. Era un ser muy especial. Emily era una mujer que no necesitaba
el mundo exterior para realizarse ya que su mundo interior era tan rico y
grande que no necesitaba absolutamente nada. Su conexión con la naturaleza, y en especial
con sus queridos páramos, era su fuente para conseguir la máxima inspiración
posible. Esta conexión era muy frecuente en los escritores románticos y ella
era feliz sintiéndose así. No necesitaba viajar, ni
encontrar marido, ni tampoco convertirse en madre. Y eso que todas estas cosas
eran la máxima prioridad para una mujer de esa época. Emily era un espíritu
libre y tenía una inteligencia excepcional. A medida que iba avanzando en mi
lectura no podía hacer nada más que admirarla.
Brontë Parsonage Museum |
La
biografía nos narra, entre otras muchas cosas, como era la vida de las Brontë; nos
muestra también como Emily dio forma, durante su adolescencia, a las historias
fantásticas del mundo imaginario de “Gondal”; su estancia en Bruselas; como la
desgracia de Branwell, hermano de las Brontë, influyó a Emily tanto en lo
personal como en lo literario y como se dio el nacimiento de Ellis Bell y Cumbres
Borrascosas. Todo esto está muy resumido pero encontraréis muchas más
cosas que son muy interesantes.
Cómo
anécdota, tengo que reconocer que la primera vez que leí Cumbres Borrascosas no me
gustó la novela ya que no logré conectar con Heathcliff y Catherine, la pareja
protagonista. Yo me esperaba algo más al estilo Orgullo y Prejuicio pero
la historia que presentaba Emily no se parecía en nada a la novela de Jane
Austen. Catherine no me gustó porque la consideré una mujer malcriada y
caprichosa y Heathcliff era un hombre muy violento y oscuro. Terminé la novela
y aunque la historia me gustó, los personajes no me preocupaban y eso es un
problema a la hora de puntuar una historia. Sin embargo, y después de
investigar un poquito, volví a leer la novela y es ahí donde mi punto de vista
cambió radicalmente. Heatcliff seguía siendo el hombre que yo recordaba pero ahora
entendía el por qué de su personalidad. En mi segunda lectura me pareció un
personaje de una gran complejidad y esto hizo que me fascinara todavía más.
Tiene un estilo muy Byroniano. Es un personaje que despierta división de
opiniones pero eso es lo que le hace grande y objeto de estudio. Desde aquel
entonces, Heatcliff es, para mí, uno de mis héroes o antihéroes, como le
queráis llamar, favoritos. Gracias a estos personajes y esta historia, podemos
ver que la personalidad de Emily era muy compleja. Por cierto, las fotos
que he puesto y seguiré poniendo a continuación, pertenecen a Brontë
Parsonage Museum, una asociación que se encarga de velar por el legado
de las hermanas y tiene lugar en el propio hogar de éstas. Mucha gente puede ir
a la casa donde las Brontë pasaron gran parte de sus vidas y donde también fueron
escritas sus novelas. Sin duda alguna, una experiencia inolvidable.
A
continuación, os dejo algunos párrafos que he seleccionado de esta biografía:
(Referente a las crónicas de Gondal) Si
los argumentos de sus crónicas fueron tan esencialmente femeninos, acaso fue
porque la poesía de Gondal reflejaba con precisión su modo de vida y sus más
íntimas aspiraciones de libertad. A diferencia de las pautas establecidas por
Charlotte y Branwell en las crónicas de Glasstown, en las que los protagonistas
eran siempre capitanes hombres (…), las partes asignadas a los hombres en las
historias de Emily y Anne eran, con una excepción notable, papeles secundarios,
subordinados a los papeles protagonistas femeninos. (…) No era sorprendente que
Emily Brontë, que se nutría del romanticismo de las novelas de Scott y de la
poesía de Byron, encontrara el prototipo de su ideal de feminidad en las
heroínas del primero y viera en ellas espíritus afines, figuras que se
asemejaban a ella misma en su lucha por una existencia independiente.
Emily,
particularmente, tenía un gran sentido del humor, un humor fresco y saludable,
nada acorde con los remilgos de las señoritas del sur de Inglaterra, sus
futuras lectoras. Hay que tener esto muy presente al analizar la acogida que
tuvo Cumbres
Borrascosas.
(Descripción de Emily por parte de la
señorita Nussey, amiga de Charlotte) Puedo observar dos aspectos esenciales
del carácter de Emily: que era bondadosa por naturaleza, siempre y cuando la timidez
la obligara a reprimirse, y que era alegre cuando estaba en los páramos. En
ninguna otra parte se sentía tan ella misma, tan libre; en ninguna otra parte
tenía tantos amigos, los animales salvajes que llevaban su propia vida y con
los que se sentía en intensa comunión.
Era una región hecha a la medida de su mente, que ya entonces no podía soportar
que nadie le pusiera límites.
Por
su extremada reserva, parecía impenetrable, pero era encantadora; su fuerza
moral invitaba a confiar en ella. Pocas personas tienen el don de mirar y
sonreír a los demás como lo hacía ella. Cualquiera de sus raras miradas
expresivas era digna de ser recordada toda la vida; tal era la profundidad del
alma y sentimientos que había en ella, acompañada de un gran temor de revelarse
a sí misma.
Fueron
observaciones muy perspicaces para la época. La reserva de Emily no era simple
timidez, sino una barrera para salvaguardar su vida interior. A los quince años
esto significaba adquirir un dominio completo de su existencia material.
(Heathcliff
como héroe Byroniano) Cuando Emily leyó a Byron estaba saliendo de la niñez
para entrar en la adolescencia, por eso la impresionó tanto. También ella se
estaba convirtiendo en un ser insociable. Rehuía a las personas con quienes
tenía que tratar debido a la posición que su padre ocupaba en la parroquia; se
negaba a enseñar en la escuela dominical; no hablaba con nadie en la calle en
las desdichadas ocasiones en que tenía que ir sola al pueblo, y constantemente
apartaba la mirada cuando un extraño le dirigía la palabra. La causa de esta
aversión a las formas sociales normales no era la misantropía, sino su intensa
vida interior – no permitía que allí entrara nadie -, su conciencia cada vez
mayor de la diferencia que había entre sus intereses y los de los demás, y el
temor a la intromisión de éstos en su privacidad. (…) Milton había sido el
poeta preferido de Patrick Brontë cuando era un muchacho y se sabía El
paraíso perdido de memoria. La figura de Satanás produjo en Emily un
efecto profundo y perdurable. La sensación que tiene el ángel caído, consciente
de sus derechos perdidos, de que su poder es inútil, despertó en ella
admiración y compasión.
(Sobre
el misticismo de Emily) Dado su carácter indefinible, sólo podremos analizarlo
correctamente si nos atenemos a las palabras que la propia Emily empleó al
intentar describirlo. Aunque ya había dado signos, tanto en su conducta como en
sus primeros escritos, de estar viviendo en dos planos del ser gracias a la
fuerza de su imaginación (…) Mientras que antes la voluntad creadora provenía
de su interior, la experiencia de la que habla aquí se refiere a una fuerza
cuya supremacía -uno está tentado de decir presencia-
es exterior a ella, tal como reconoce la propia Emily. La soledad, la añoranza
de los suyos y la frustración podían inducir en una muchacha con una
imaginación tan desbordante un estado mental receptivo a una experiencia
espiritual profunda, como si la misma intensidad de su nostalgia pudiera hacer
realidad el deseo de su corazón. El “deseo”, como lo repetiría tanto y tan a
menudo en el futuro, debía ser libre, tenía que ser liberado de las trabas de
la existencia física como primera condición para alcanzar la
unión completa con “el alma de la naturaleza”, con la vida del universo o con
el Absoluto (palabra que jamás empleó).
(…) Su poesía demuestra que tomaba posesión de ella cada vez con mayor
frecuencia y que ello dependía principalmente de su entorno y de circunstancias
de soledad casi completas. No hay indicios de que estas “visitaciones” hubieran
ocurrido en la infancia, dejándola permanentemente desolada cuando cesaron. (…)
Fue a partir de entonces cuando tales manifestaciones se convirtieron en la
finalidad y la consumición de su vida, como el amor físico para otras mujeres.
Fueron la inspiración de su poesía; cuando cesaron, ella murió.
(Anécdota
sobre Keeper, el perro de Emily. No hay que olvidar que Emily era una gran
amante de los animales y muchas veces, para ella, era más importante la vida de
estos seres que la de las personas) En una oportunidad una persona fue a
decirles que Keeper y otro perro enorme
que no era del pueblo se estaban peleando en el camino. Ella se encontraba en
ese momento en el jardín y la sirvienta fue a contarle, como si se tratara de
la cosa más natural, lo que estaba sucediendo. No dijo una palabra, tampoco dio
muestras de perplejidad. De inmediato, corrió a la cocina, cogió el pimentero y
se precipitó al camino, donde encontró a los salvajes agarrándose el uno al
otro por el pescuezo, apretándose con una fuerza mortal mientras que varios
animales que se creían hombres los miraban sin intervenir como cobardes que
eran, con miedo de tocarlos, y se quedaron con la boca abierta cuando vieron a
esa frágil criatura saltar sobre los animales, atrapando a Keeper por el cuello
con un brazo mientras que con la otra mano les espolvoreaba bien los morros con
pimienta y los separaba empleando toda la fuerza de su voluntad; luego se llevó
con ella a Keeper, ese perro magnífico a casa, sin mirar ni una sola vez a los
hombres, es un decir, que estaban ahí parados atónitos ante la hazaña.
(Sobre el misticismo de Emily) Siempre y cuando
nada viniese a socavar la promesa de los “pequeños espíritus brillantes” de su
“Fantasía”, Emily vivió en el reflejo de su luz, alcanzando a menudo un estado
de éxtasis. John Greenwood, que se encontró con ella una mañana en que volvía
de los páramos, registró en su diario lo transfigurada que parecía en
ocasiones. El pobre hombre nunca olvidó la experiencia porque, dijo, “aún en
éxtasis” le devolvió el saludo con extraordinaria “dulzura”, “su semblante se
iluminó con luz divina". De haber estado conversando con ángeles, no habría brillado más. Me pareció sagrada,
celestial.
La
tragedia de Emily Brontë, como lo demuestran sus últimos años, no radica en su
temprana muerte o en un fracaso literario, sino en la pérdida de su “Dios de
las visiones”, en la partida de su "ángel radiante” cuando ella más lo
necesitaba.
(Opinión
de Charlotte sobre los poemas de Emily) Un día, en el otoño de 1845, encontré
casualmente un tomo de poesía escrito a mano con la letra de mi hermana Emily.
No me sorprendió, desde luego, puesto que sabía que ella podía escribir poesía
y que lo hacía. Lo examiné detenidamente y fue algo más que sorpresa lo que se
apoderó de mí: una convicción profunda de que no se trataba de efusiones
comunes ni se parecía en nada a la poesía que las mujeres escriben en general.
Me parecieron versos condensados y lacónicos, potentes y auténticos. Además,
tenían una música peculiar, salvaje, melancólica, destinada a elevar el
espíritu.
Emily
Brontë fue, sin duda alguna, una mujer indescriptible, irrepetible y muy
especial. Sería apasionante poder estudiar no solamente su obra sino también a
ella. El mundo que la rodeaba le era pequeño, muy pequeño. Era como si perteneciese
a otro lugar. Es muy difícil descifrar la personalidad de la escritora de Cumbres
Borrascosas pero Winifred Gérin nos acerca, de manera magistral, a la
figura de la más enigmática, fascinante y singular de las hermanas Brontë. Una
lectura muy recomendable ya que, desde mi humilde opinión, nos descubre a la
artista que mucha gente no conoce. Creo que esta biografía la sitúa en el lugar
que merece. ¡Espero vuestros mensajes en
el blog!
¡Hasta la próxima!
10/10
Tu blog ha sido nominado para el premio One lovely blog award!! Felicidades!!! Más información aquí:
ResponderEliminarhttp://laslecturasdemrdavidmore.blogspot.com.es/2013/05/me-llena-de-orgullo-y-de-felicidad-que.html
¡Ay, qué ilusión! Muchas gracias por avisarme, David :) ¡Nos vamos leyendo!
ResponderEliminarSaludos,
Laura
Son clásicos imperecederos. Tendré que hacer un hueco a Charlotte Brontë. Gracias por pasarte por mi blog, espero que mis sugerencias te resulten interesantes. Estaré pendiente de las tuyas. Un saludo
ResponderEliminarHola, Marybel
ResponderEliminarEl otro día descubrí tu blog y creo que me iré pasando cada vez que publiques. Emily Brontë me gusta mucho pero mi novela favorita es Jane Eyre, de su hermana Charlotte Brontë. Si no la has leído te la recomiendo.
Saludos,
Laura
Una maravilla de reseña, Laura.
ResponderEliminarMe dejas con ganas de leer la biografía y también quiero leer la que escribió Elizabeth Gaskell sobre su hermana Charlotte.
Un besito!
Ana
¡Muchas gracias, Ana! Yo también quiero leer la biografía de Gaskell sobre Charlotte :) Ahora que pienso creo que en la biblioteca de mi facultad la tienen...
Eliminar¡Un besito para ti también!
Interesante: reseña de la biografìa de Emily Bronte.Gracias Ana: me interesa sobre manera, leer la biografìa de Charlotte: gracias de antemano . Saludos cordiales.
ResponderEliminar¡Hola, Araceli!
EliminarPrecisamente ahora mismo estoy leyendo la biografía de Charlotte y en septiembre publicaré la reseña en el blog :)
¡Un saludo!