Las Brujas, de Roald Dahl

¡Hola, chic@s! Cuando era una niña, recuerdo que vi por televisión una película sobre unas brujas. La historia me impactó, pero con el paso de los años su recuerdo se fue difuminando. No obstante, una imagen se me quedó grabada para siempre: la de una mujer anciana que fumaba una especie de puros y a la que le faltaba un dedo. Durante mucho tiempo intenté dar con la película, pero mis esfuerzos no tuvieron los resultados esperados. Sin embargo, un buen día empecé a leer Las brujas, de Roald Dahl, ¡y la abuela del niño protagonista era la mujer que recordaba! ¡Estaba leyendo el libro de la película! Recuerdo que la historia de Dahl me encantó, mi mente no paraba de imaginar a aquellas brujas gracias a las descripciones que su autor daba de ellas, y mi imaginación creaba imágenes terroríficas. Hace unos meses decidí hacer una relectura y ahora que soy adulta, toda esa magia que tiene el libro sigue intacta.

En este cuento, Roald Dahl nos traslada a un mundo, nuestro mundo, en el que las brujas existen, pero estas se esconden tan bien que es muy difícil dar con ellas. Todas parecen mujeres adorables, pero no tenemos que fiarnos de su amabilidad ya que su apariencia es solo un disfraz que esconde un oscuro secreto. En esta historia, nuestros héroes son una abuela y un niño que tendrán que luchar contra estas brujas que pretenden convertir a los niños en nada más y nada menos, ¡que en ratones!

Cuando era una enana y leí este libro me quedé simplemente con que las brujas querían destruir a todos los niños y eso me aterró. Solamente me quedé con lo más básico del libro, pero una vez adulta me di cuenta de lo rica que es esta historia. La típica imagen que tenemos de la figura de la bruja es la de esa mujer horripilante con su verruga en la nariz y que viaja en escoba. Sin embargo, Dahl crea su propia mitología acerca de este personaje y a través de diferentes capítulos nos va describiendo cómo son las brujas y cómo podemos distinguirlas. Por otro lado, la relación entre la abuela y su nieto es maravillosa. Mientras ambos luchan contra las brujas, el autor va desarrollando y mostrando al lector el gran vínculo que existe entre los dos y el amor profundo que sienten el uno por el otro. Las conversaciones entre ambos personajes me arrancaron más de una sonrisa debido a la ternura que se respira. Precisamente, los dos protagonistas son una delicia ya que nuestro pequeño héroe es el que nos representa haciendo todas las preguntas sobre las villanas de la historia y también cuando expresa su incredulidad e inocencia al descubrir la existencia de estas. Por último, la abuela no es una abuela muy común ya que años atrás anduvo detrás de las brujas y ahora va a ir a por ellas una vez más.

Fuente: Espinof

La prosa de Dahl es una maravilla ya que es directa y sencilla, pero al mismo tiempo la historia es muy elaborada. No hay momento para el aburrimiento, en cada capítulo ocurre algo que hace que el lector no pueda despegarse del libro. Es cierto que es un libro de poco más de 200 páginas y es cortito, pero gracias al uso de diálogos, la lectura se te pasará en un abrir y cerrar de ojos.

Las brujas es un libro imprescindible de la obra de Roald Dahl ya que el autor crea su propia imagen de estos fascinantes personajes y todo esto lo hace a través de una historia de lo más entretenida, divertida y emotiva. En esta relectura me ha enamorado el vínculo de sus dos protagonistas y su final es una preciosidad. Es una lectura que disfrutarán los pequeños y los que ya no lo somos tanto, porque cuando eres adulto te das cuenta de cosas que no viste cuando tu única preocupación era hacer los deberes.

¿Hay por aquí algún fan de Roald Dahl?

¡Hasta la próxima!

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