Stranger Things 3
¡Hola, chic@s!
Los fans de Stranger Things hemos
esperado casi 2 años para poder ver su tercera temporada y la espera
ha merecido la pena. Hemos vuelto a la aparentemente idílica Hawkins
para adentrarnos en más misterios, y en esta tercera entrega han
destacado más las relaciones personales que la trama fantástica.
La
segunda temporada de la serie fue más oscura y adulta que la
primera, pero este tercer año ha ofrecido un tono más cómico y
relajado que he disfrutado mucho.
Nuestros protagonistas, una vez más, y como era lógico,
vuelven a estar en problemas y creo que aquí es donde falla la serie
porque la trama de misterio y ciencia ficción vuelve a ofrecer más
de lo mismo y por lo tanto, la capacidad para sorprender al
espectador ya no es tan efectiva. Me gustaría que para la cuarta
temporada nos ofrecieran algo nuevo para
que los espectadores volvamos a sorprendernos de manera genuina.
No
obstante, la tercera temporada ha sido genial debido a sus
personajes. Los niños han entrado de lleno en la adolescencia y con
ella llegan los primeros amores y decepciones. Ha sido muy
interesante ver este lado de los protagonistas más jóvenes ya que
ha resultado refrescante, divertido y de lo más humano. La
adolescencia es algo bonito, pero al mismo tiempo es sinónimo de
inseguridad y miedo a los cambios y esto lo representa muy bien
Will (Noah Schnapp). El hijo de Winona Ryder en la ficción siente
que esta nueva etapa lo está separando de sus amigos porque
no está siguiendo el mismo rumbo que ellos y se siente desplazado.
Aquí es cuando la amistad, otro punto muy importante, entra en juego
y veremos si estos cambios reforzarán el fuerte lazo que los une o,
por el contrario, los separará.
Todos
los actores vuelven a hacer un trabajo soberbio y sus protagonistas
siguen con el mismo carisma de siempre. El año pasado personajes
como Max (Sadie Sink) y Billy (Dacre Montgomery) se incorporaron al
reparto de la serie, pero este año se ha llevado la palma ya que las
nuevas incorporaciones han sido realmente geniales. Robin (Maya
Hawke), Alec Utgoff (Alexei), Murray (Brett Gelman) y Erica (Priah
Ferguson) han sido una auténtica delicia por los momentos cómicos
que nos han dado, aunque a los dos últimos ya los conocemos de temporadas
anteriores, pero este año han tenido mucha más presencia. Mi
favorita, sin duda, ha sido Erica. La hermana pequeña de Lucas es
una
niña
de
lo más
repelente e
insoportable,
pero no sabéis lo que me he reído con sus salidas de tono. Este
personaje es oro y hay que mantenerla para la cuarta temporada. Por
otro lado, este año los protagonistas se han dividido en cuatro
grupos, que se unen en la recta final, y cada espectador
tiene a su favorito. Es cierto que personajes como Eleven, Mike o
Hopper son los predilectos oficiales de la audiencia, pero yo me quedo con esos secundarios que
te roban las escenas en un abrir y cerrar de ojos. Esta tercera
temporada tiene como vencedores al equipo formado por Dustin (Gaten
Matarazzo),
Steve (Joe
Keery),
Robin y Erica por lo disparatado de esta agrupación. Para mí son
los ganadores indiscutibles y la dinámica establecida entre los
cuatro es digna de ver. No decepcionan y son pura diversión.
Porque, ¿cómo veis
a una pandilla formada por dos chicos de casi veinte años, un
adolescente y una niña de diez? ¡Ya os podéis imaginar la escena!
Para
acabar con el apartado de los personajes, reconozco que en esta
entrega Dacre Montgomery ha hecho un trabajo impecable con su Billy.
Ha protagonizado momentos cruciales
y se ha desarrollado muy bien su historia. El año
pasado no me gustó porque no tuvo ningún peso
en la trama, pero parece que los guionistas le han dado una
oportunidad que ha sido perfecta para redimir al personaje y al
actor.
Estos cuatro me han conquistado. ¡Son unos cracks! |
La
historia transcurre en 1985 y hay que destacar que el ambiente
ochentero está muy presente en todos los capítulos a través de su
estética y sus referencias culturales. Como he dicho al principio de
esta entrada, este año ha sido más cómico, pero el momento
estrella tiene lugar en el último capítulo cuando, en un momento de
lo más dramático, los guionistas se sacan de la manga una situación de
lo más divertida y tierna, que desemboca
en una
combinación muy, pero que muy
brillante. No voy a decir nada debido a los spoilers, pero solo diré
que la mítica canción NeverEnding Story tiene
un gran protagonismo.
Stranger
Things se
ha quedado estancada en su mitología; parece
que no avanza en
este sentido y
espero que en su cuarto año nos ofrezcan algo totalmente nuevo. Sin
embargo, sus personajes son los que salvan la función y hacen que la
serie sea una maravilla ya que estos
enamoran
al público y por eso nos
morimos por saber
más de ellos.
¡Hasta
la próxima!
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Fotografías:
Netflix
¡Hola Laura!! ¡Que bien que hayas reseñado la tercera temporada de esta serie! La verdad es que había leído críticas bastante malas hablando sobre todo del tema de la ciencia ficción, lo mismo que dices tú, que nada nuevo y que ni te sorprende y aburre. En lo de los personajes, casi todo el mundo coincide, pero yo no tenía muy claro si verla o no, de hecho creo que en mi interior ya había decidido abandonarla. Ahora, después de leerte, ya me estoy planteando verla, sobre todo por lo que cuentas de los personajes, que merece la pena por ellos. Ya veré..., ya te contaré
ResponderEliminarBesotes
¡Hola, Marian!
EliminarEs una temporada que se disfruta, pero la parte fantástica no ofrece nada nuevo, sigue el mismo esquema, y me temo que pueden continuar por ese camino. Los personajes son geniales. Mi favorito es Steve. Su evolución de la primera a la segunda temporada fue alucinante y pasó de no gustarme a ocupar el primer lugar. Si la ves, espero que la disfrutes ;)
¡Un beso!