Klaus (2019)



¡Hola, chic@s! Ya sé que las fiestas navideñas nos dejaron hace casi un mes, pero el pasado lunes se anunciaron las nominaciones a los Oscar y dos son las producciones con sabor español que han conseguido un lugar para alzarse, quién sabe, con la ansiada estatuilla: Dolor y Gloria y Klaus. En esta ocasión vengo para hablaros de esta última, una película de animación que ha encandilado al público y a la crítica, y gracias a las fantásticas reviews que hay en la red decidí darle una oportunidad.

Klaus tiene como protagonista a Jesper, un cartero de vida acomodada que no sabe qué es la ley del mínimo esfuerzo. Cree que conseguirá todo lo que se proponga sin mover un dedo, así que su padre, para darle una lección que nunca olvidará, le envia a la lejana Smeerensburg, un gélido lugar en el que sus habitantes no envían cartas y donde el mal humor y la rivalidad son los que definen el día a día. Jesper está desesperado, pero su mala suerte cambia cuando conoce a Klaus, un juguetero solitario, y con el que empezará a traer, sin apenas darse cuenta, la alegría y la esperanza a Smeerensburg.

Empecé a ver esta película sin ninguna expectativa, pero en muy poco tiempo me ganó y acabé emocionada. Esta cinta de Netflix nos muestra el origen de Papá Noel y lo hace con una trama sencilla y emotiva en la que todas las piezas encajan a la perfección. Los cuentos de este tipo suelen tener como telón de fondo algún sabor político o religioso, pero Klaus se desprende de todo esto para tener su propia personalidad. Esto también lo podemos aplicar a su diseño ya que cuando vemos una cinta de animación sabemos si esta pertenece a una determinada franquicia (Disney, Pixar…), pero Klaus demuestra tener un estilo diferente. Por otro lado, todos sabemos hacia dónde va este relato, pero el viaje que tenemos que hacer hasta llegar al final es una preciosidad. Mensajes como la generosidad, el amor y la bondad están muy presentes y estos están representados por sus personajes principales. De Jesper me ha gustado mucho su humor y socarronería, y su evolución de chico egoísta e inmaduro a hombre generoso y de un gran corazón está muy bien desarrollada. Por otro lado, el retrato que se ha hecho de Klaus me ha parecido muy acertado ya que empieza siendo uno más de nosotros, para más tarde pasar a ser algo más grande e inalcanzable: un mito. Si los personajes principales se ganan tu corazón, los secundarios harán exactamente lo mismo y te arrancarán más de una sonrisa.




Klaus consigue explicar con calidez, humor, encanto y magia una historia que ya conocemos, pero, además de esto, esta cinta logra que nos emocionemos aportando un nuevo punto de vista a la leyenda. Sin ninguna duda está destinada a convertirse en todo un clásico navideño y su visionado en algo obligatorio cuando llegue diciembre. Veremos si en menos de un mes consigue llevarse el Oscar a la mejor película de animación.

¡Hasta la próxima!

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Fotografías: Netflix

Comentarios

  1. ¡Hola Laura! Pues aunque no suelo ver pelis infantiles por mí misma, sí que seguro será una candidata a verla con mis sobrinas en las navidades que viene. A ver, como va en los Oscar
    Besos

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    Respuestas
    1. ¡Hola, Marian! Esta película me despertaba mucha curiosidad por lo que había leído de ella, y la nominación al Oscar me ha dado el empujoncito que necesitaba para verla. Es una historia preciosa que me ha gustado mucho y me alegra que se haya convertido en candidata para verla con tus sobrinas ;)

      ¡Un beso muy grande!

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