Nadie quiere esto (Nobody wants this)

 

Fuente: Netflix

¡Hola, chic@s! Hace unas semanas se empezó a hablar en redes sociales del resurgimiento de varias estrellas millennials, en otras palabras: aquellos intérpretes que encandilaron a la audiencia nacida entre las décadas de los 80 y los 90. Los nombres que más sonaron fueron los de Joshua Jackson (Dawson crece), Kristen Bell (Veronica Mars) y Adam Brody (The O.C.), y precisamente hoy voy a hablar de Nadie quiere esto (Nobody wants this), la nueva comedia romántica de Netflix que ha causado sensación y que está protagonizada por dos de las estrellas millennials que he mencionado un par de líneas más arriba: Kristen Bell y Adam Brody.

Nadie quiere esto tiene como protagonistas a Joanne, una presentadora agnóstica que está al mando de un podcast sobre amor y sexo, y Noah, un rabino con grandes aspiraciones profesionales. Ambos vienen de mundos totalmente opuestos y a primera vista dos personas así no pegarían ni con cola; sin embargo, a veces las cosas más improbables tienen lugar, y Joanne y Noah se quedan prendados el uno del otro. A lo largo de los 10 episodios que componen la primera temporada (ya se ha confirmado una segunda entrega) veremos cómo evoluciona su relación y con ella la unión de sus mundos. Ambos se adoran, ¿pero este entusiasmo también lo compartirán sus familiares y amigos?

Nadie quiere esto es una comedia romántica que me ha encantado y uno de sus grandes puntos a favor es tener como pareja protagonista a un hombre y una mujer que superan los 40 años de edad. Las nuevas generaciones suelen comentar que un romance así carece de credibilidad, frescura y romanticismo, ya que para ellos estas personas son muy mayores y ya no existe la magia que se suele tener a los 20, por ejemplo. Sin embargo, Nadie quiere esto rompe con esta teoría y nos regala una relación en la que se nota la experiencia, pero al mismo tiempo también puedes sentir la ilusión de la primera vez. La relación de Joanne y Noah es maravillosa porque además de presenciar cómo se enamoran, también puedes ver cómo la inseguridad y la desconfianza que algunos hechos pueden provocar se solucionan a través de la comunicación y sin llegar a dramas innecesarios.

Kristen Bell y Adam Brody rebosan encanto como Joanne y Noah y no puedes evitar conectar con ellos desde el primer momento. Me ha gustado mucho la independencia y libertad que Joanne transmite y, por otro lado, el Noah de Brody es un hombre sensible y con una gran responsabilidad afectiva, algo que se agradece y que rompe con la masculinidad que muchas veces nos han intentado vender en pantalla, y en la cual la imagen del chico malo siempre era la más atractiva e interesante. Los protagonistas están de diez, pero los secundarios no se quedan atrás porque todos poseen una personalidad de tocapelotas que me chifla, sobre todo la familia del rabino ja,ja,ja,ja. Morgan y Sasha, la hermana de Joanne y el hermano de Noah respectivamente, son dos personajes disparatados que comparten una química muy especial y me muero por ver su desarrollo. Además, también tenemos a los padres de la pareja protagonista y estos no podrían ser más especiales (tengo muchas ganas de ver un encuentro entre los consuegros, ¡saltarían chispas!). Todo el reparto forma un pack perfecto y todos se han compenetrado muy bien a la hora de ofrecernos momentos cómicos y surrealistas.

Nadie quiere esto es una comedia romántica muy entretenida que ha conquistado a la audiencia (y en ella podemos encontrar a diferentes generaciones) y que se pasa en un suspiro – los capítulos no llegan a la media hora de duración -. Todos los personajes funcionan como un reloj y su protagonista, Noah, rompe con éxito los estereotipos de lo que, en teoría, era una masculinidad atractiva. Por algo ya se le conoce como el rabino sexy…

¡Hasta la próxima!

 

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