Adiós a The Big Bang Theory

¡Hola, chic@s! Esta entrada lleva varios días en mi cabeza y no sabía si escribirla, pero tras pensarlo mucho creo que es injusto que Penny, Sheldon, Leonard y compañía no tengan su propia entrada. Hace casi un mes que The Big Bang Theory se despidió de su audiencia y os confieso que mi relación con esta serie no empezó con muy buen pie. Recuerdo que todo el mundo hablaba maravillas de ella y de lo divertida que era, pero yo por más que lo intentaba no conseguía congeniar con ellos. Me era imposible encontrar ese humor con el que la gente disfrutaba tanto, así que la dejé. Sin embargo, un largo tiempo después, cogí como rutina poner Neox cada vez que estaba preparando clases o escribía mis borradores para el blog. Casualmente siempre que ponía dicho canal estaban dando The Big Bang Theory y poco a poco la serie me iba llamando más la atención. Recuerdo que mis ojos pasaban más tiempo en la pantalla que en los libros, y las carcajadas eran cada vez más constantes. Sus protagonistas se ganaron mi corazón sin yo esperarlo y desde ese momento, cada jueves por la noche, me siento delante del televisor para ver con qué me sorprenden.

The Big Bang Theory es una de las últimas sitcoms que solíamos ver a la vieja usanza, es decir, antes de que las grandes plataformas se hicieran con el poder de la pequeña pantalla, y este hecho me produce mucha nostalgia. He visto muchas veces los capítulos, pero curiosamente no sé si los he visto todos, ya que en Neox suelen repetirlos una y otra vez y en ocasiones no sé si lo hacen en orden cronológico (esto lo sé gracias al pelo de Penny).

La gran virtud de esta serie es que le ha dado protagonismo a ese grupo de personas que suele pasar desapercibido en la vida real: los nerds. Las series que vemos están protagonizadas por personajes atractivos y exitosos y cuando vemos estas historias todos queremos ser como ellos. En la serie de Sheldon, Penny y Leonard ocurre todo lo contrario ya que pertenecen a un conjunto que la sociedad mira por encima del hombro e infravalora, pero The Big Bang Theory nos ha abierto los ojos y nos ha demostrado que esas personas que vemos con tantos prejuicios pueden ser igual de divertidas, carismáticas, exitosas y atractivas que las de aquellas sitcoms que tanto amamos como es el caso, por ejemplo, de Friends. La serie empezó con un reparto prácticamente desconocido para convertirlos más tarde en auténticas estrellas de la televisión, y a través de estos 12 años hemos aprendido que ser nerd puede ser algo realmente genial. En media hora de programa los chicos del Big Bang te pueden hablar con chispa y humor de la amistad y el amor, algo muy típico en este tipo de producciones, pero también le ofrece un gran lugar a la ciencia y la cultura popular, ya que sin ellas esta serie no sería lo que es. Por otro lado, a lo largo de esta década, los personajes fueron evolucionando y demostraron que la diversidad es un valor que muy pocos valoramos. Todos tienen a su personaje favorito, el Sheldon Cooper de Jim Parsons es uno de los grandes personajes que nos ha ofrecido la televisión, pero yo voy a desviarme del camino y voy a elegir a Penny. El personaje de Kaley Cuoco empezó siendo el estereotipo de la típica vecina de al lado un tanto ingenua, para luego ir creciendo y convertirse en una mujer mucho más fuerte y segura.

The Big Bang Theory reivindicó el género de la sitcom y le dio valor a la cultura nerd demostrando que ellos también pueden ser exitosos. Gracias a la serie ahora son muchos los que se interesan por la ciencia, los cómics, la ciencia ficción, la fantasía… La subcultura en general. Estamos ante una divertida y entrañable historia que es un canto a la diversidad, ya que nos indica que ser diferentes puede ser algo extraordinario y no debemos avergonzarnos de ello, al contrario, debemos verlo como una virtud y explotar todos los puntos positivos que nos proporciona. Hace casi un mes se despidió de nosotros una de las últimas grandes sitcoms que hemos tenido el privilegio de ver, así que disculpadme porque me voy a ir a un rincón a cantar la canción Dulce gatito.

¡Hasta la próxima!

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Fotografías: CBS