Bridgerton (2020)

 

Fuente: Netflix

¡Hola, chic@s! Hace unos meses se anunció que la todopoderosa Shonda Rhimes había firmado un contrato con Netflix para producir contenido y su primera colaboración con la plataforma iba a ser Bridgerton, una serie de época basada en la saga de libros de Julia Quinn, y que goza de un gran éxito entre el público. Había leído acerca de estos libros hace ya algunos años e incluso recuerdo que quería hacerme con ellos por su temática, pero con algunas novelas siempre me ocurre lo mismo: dejo que el tiempo pase y al final quedan relegadas a un segundo plano o, directamente, al olvido. Sin embargo, la llegada de la serie ha hecho que la obra de Quinn vuelva a estar de actualidad y, ¿quién sabe?, a lo mejor ha llegado el momento de darle una oportunidad.

La primera temporada de Bridgerton nos lleva al Londres de principios del siglo XIX para presentarnos a la familia que da título a la serie y que está compuesta por ocho hermanos (cuatro chicos y cuatro chicas) y la madre de estos. Daphne Bridgerton, la mayor de las hermanas, debuta en el mercado matrimonial y espera casarse por amor. La joven empieza esta andadura llena de ilusión, pero poco a poco comprobará que la búsqueda de marido no es ningún camino de rosas. A todo esto, hay que añadirle la llegada de Simon, el duque de Hastings, un soltero de oro reacio al compromiso y con el que Daphne no empezará con buen pie. No obstante, ambos personajes deciden aliarse para que las expectativas sociales entorno a ella crezcan y para que él consiga deshacerse de todas las mujeres que pretenden convertirse en la nueva duquesa. Lo que los dos no saben es que la alianza que acaban de crear les unirá para siempre.

Esta primera temporada de Bridgerton está basada en la novela El duque y yo y el primer capítulo puede empezar recordando (en algunos puntos) a Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen, debido al retrato que se hace de la mujer y de la seguridad que le proporcionaría un buen matrimonio, y también por su pareja protagonista, que se perfilan como dos antagonistas destinados a enamorarse. Sin embargo, estas similitudes son solo una ilusión ya que la serie tiene una personalidad propia muy fuerte. Si vais a ver Bridgerton debéis tener claro que esta no es una serie de época clásica y convencional, al contrario: se toma muchas libertades y explora terrenos que no se suelen ver en este tipo de historias. Dos de los puntos más destacados están centrados en la inclusión racial y la sexualidad femenina. Cuando leemos historias decimonónicas los protagonistas suelen ser caucásicos y las personas de color no tienen cabida en ellas. En Bridgerton esto no ocurre ya que hay personajes de raza negra que, además de tener un papel importante, gozan de una posición privilegiada, como es el caso del duque o la reina Charlotte. Esto es, sin duda, algo muy novedoso, pero el otro punto que hay que tener en cuenta es el que está centrado en la mujer y el sexo. Los dramas de época, tanto en papel como en pantalla, no suelen mostrar la intimidad del matrimonio. Vemos el cortejo y, si es el caso, la boda, pero si hay que mostrar lo que ocurre después, ya se nos muestra a la pareja rodeada de sus hijos. En aquella época era impensable mostrar la intimidad de una pareja, pero en Bridgerton esto no es así y por fin podemos ver que las mujeres también son seres sexuales que pueden disfrutar del sexo al igual que los hombres. Esto se puede ver en los personajes de Daphne y Siena, y la primera de ellas representa una denuncia contra los tabúes con los que crecían las mujeres. En la serie podemos ver que los hombres gozan de muchas libertades, pero esto no ocurre con las mujeres, que crecen en la más absoluta ignorancia, además de ser observadas con lupa, y cuando llega el momento del matrimonio deben enfrentarse a su inexperiencia. Esto es lo que ocurre con Daphne, pero poco a poco la joven irá descubriendo el deseo sexual y este la irá empoderando.

Bridgerton se caracteriza por su excentricidad y sus variopintos personajes, entre los que se encuentra Lady Whistledown, una mujer que nadie ha visto pero que consigue poner las vidas de los ciudadanos patas arriba a través de sus boletines, en los que informa de sus andanzas y escándalos. Por lo tanto, los protagonistas tienen que ir con mucho cuidado porque esta escritora anónima e invisible lo sabe absolutamente todo de ellos. La pregunta es: ¿quién es esta mujer?

Bridgerton es una serie muy entretenida y llena de enredos y color, mucho color (si no me creéis, echad un vistazo a su fotografía y vestuario) que me ha encantado debido a su histrionismo y sus personajes. La relación de Simon y Daphne engancha muchísimo ya que en un principio no muestran ningún interés el uno por el otro (aunque sabemos que esto no es así) y es una delicia ver cómo luchan por negar los sentimientos que están naciendo entre ellos. A pesar de ser la pareja estrella, mi personaje favorito es Eloise, la hermana pequeña de Daphne, una chica que no está interesada en el matrimonio y que sueña con ser independiente y escribir. Cada libro se centra en un/a hermano/a y cómo este/a se enfrenta al matrimonio, así que, si hacemos caso a los libros, el siguiente es Anthony, el hermano mayor de Daphne y patriarca de los Bridgerton. Espero que sea así porque Anthony me encanta y por lo que he leído su historia es muy interesante.

¿Ya conocéis a los Bridgerton?

¡Hasta la próxima!

 

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