Oppenheimer (2023)

 

Fuente: RTVE

¡Hola, chic@s! Este fin de semana el cine ha estado de fiesta gracias a los estrenos de Oppenheimer y Barbie. Ambas películas han llegado a la gran pantalla rodeadas por una gran expectativa, ¡y en mi caso no me han decepcionado! Hoy escribiré sobre Oppenheimer y en los próximos días le llegará el turno a Barbie; por lo tanto, no demoremos más la espera y hablemos del último film de Christopher Nolan.

Oppenheimer narra la creación y detonación de la bomba atómica, un acontecimiento marcado a fuego en el tiempo que supuso un antes y un después no sólo en la historia de Estados Unidos, sino también a nivel global. Christopher Nolan sabía que tenía entre manos una historia de una magnitud estratosférica y narrarla iba a suponer todo un reto. ¿Qué enfoque se le podría dar? ¿Qué temas se podían tratar?

Os voy a ser sincera cuando os digo que fui a ver la película sin apenas saber nada de ella. Mi conocimiento alrededor de lo que ocurrió con el desarrollo de la bomba atómica era nulo; ni siquiera sabía quién fue su creador. Ahora sí lo sé y realmente creo que mi ignorancia ha sido una gran ventaja, ya que las tres horas de esta película han sido un continuo descubrimiento y esto ha hecho que la disfrutara muchísimo.

Oppenheimer es una película de diálogos y de saltos en el tiempo que nos van ayudando a encajar las piezas de un puzle inmenso. De hecho, estas líneas temporales contrastan muy bien gracias al uso del color (punto de vista subjetivo y que va a cargo del protagonista) y el blanco y negro (punto de vista objetivo y que va a cargo de otro personaje). Por otro lado, este film no solamente se centra en la bomba atómica sino que también es una historia de política, conflictos morales, venganza y poder.

El reparto que conforma el último trabajo de Nolan es impecable y muy extenso (atención a todos los actores que aparecen en pantalla, porque son una estrella tras otra y si parpadeas mucho puede que te pierdas a alguna) y con apenas unas escenas ya te puedes hacer una idea de sus perfiles. En el apartado de actores secundarios me gustaría destacar a Robert Downey Jr. y Emily Blunt, ya que ambos están de diez. Es cierto que el papel de Blunt puede ser más secundario, pero su personaje es de armas tomar y protagoniza una de mis escenas favoritas de toda la película. Si nos enfocamos en el protagonista tenemos a Cillian Murphy, el eterno secundario del cineasta que por fin toma el timón de la historia. Murphy se mimetiza por completo con su personaje y muestra muy bien todas sus vertientes. Robert Oppenheimer es un hombre complejo y a lo largo de la película puede ser visto como un mártir, un villano o un antihéroe. El padre de la bomba atómica pasa por un largo proceso y en él habrá cambios, pero los que destacarán por encima de todos son la culpa y el remordimiento.

Oppenheimer es una de esas películas que, al acabarla, te dejan poso y durante varios días la estás analizando. Está muy bien desarrollada y su desenlace te deja con una reflexión que conecta inevitablemente con el presente (y con todo lo que estaría por venir). Se podría decir que estamos ante una historia atemporal porque por desgracia el ser humano no cambia y parece que estamos destinados a repetir los mismos errores una y otra vez.

¡Hasta la próxima!

 

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