Hojas de dedalera, de Victoria Álvarez

 


¡Hola, chic@s! ¿Por dónde empiezo? Creo que por el principio. Hace 12 años leí Hojas de dedalera, el debut literario de Victoria Álvarez, un libro que me encantó debido a los elementos que reunía, y gracias a ello se convirtió en el ojito derecho de toda su obra. Hace unas semanas la autora anunció que su primera novela volvería a las librerías, pero esta vez tras un ejercicio de reescritura porque la Victoria actual la habría plasmado de otra manera. Esta oportunidad me pareció fascinante porque en anteriores reseñas siempre he comentado lo mucho que se ha notado, libro tras libro, su madurez como escritora. Durante más de diez años Victoria Álvarez nos ha regalado una gran cantidad de aventuras que he disfrutado muchísimo, pero Annabel y Víctor, los protagonistas de Hojas de dedalera, continuaban en lo más alto sin que nadie pudiera hacerles sombra. La semana pasada me hice de nuevo con esta novela que tantas alegrías me ha dado y su lectura me duró un fin de semana. Ha sido una gozada volver a ella bajo una mirada diferente, así que allá voy con mi reseña (que por lo que podéis deducir será de lo más entusiasta).

Hojas de dedalera nos lleva al Londres de finales del siglo XIX, y más en concreto al cementerio de Highgate, para que conozcamos a Annabel, una niña que tiene el don de comunicarse con los muertos. La vida de nuestra protagonista es dura y tras un episodio traumático decide huir y dejar el cementerio atrás. Los años pasan y Annabel se establece en la ciudad como una prometedora médium que cuenta con una gran clientela. La vida parece sonreírle, pero la joven mantiene una lucha interior con su pasado, y también futuro, que le impide ser feliz y abrir sus alas. Un día como cualquier otro, un lord llamado Víctor Rosenfield  se presenta en su casa para contratar sus servicios, pero este cliente es de lo más especial porque ya no pertenece a esta vida: ha sido asesinado y decide recurrir a Annabel para que la famosa médium averigüe quién fue el responsable de su muerte. Ambos personajes crearán una alianza que empieza siendo profesional, pero poco a poco irá decantándose hacia un lado mucho más personal. Su inevitable historia de amor pasará por momentos de todo tipo, pero lo más importante es que los secretos que parecían no tener respuesta empezarán a encontrar su camino y ambos descubrirán que las revelaciones que aguardaban en silencio pueden llegar a ser peores que la propia muerte.

Esta nueva versión de Hojas de dedalera es una maravilla porque Victoria ha plasmado en ella toda su experiencia como escritora. La novela se divide en tres partes y, aunque el corazón de la historia sigue siendo el mismo, los cambios producidos son más que notables. La primera parte es prácticamente idéntica a la original, aunque hay cambios, pero cuando esta llega a su fin e iniciamos la siguiente observamos que la trama y los personajes adquieren una dirección y un tono que no teníamos en la novela de 2011.

La prosa de Victoria Álvarez vuelve a ser una delicia porque siempre consigue que conectes con el relato y los personajes. Te metes de lleno en la trama y la sientes como si la estuvieras viviendo en primera persona. Además, todo está muy bien hilado y al final todas las piezas encajan a la perfección para que tengamos una visión muy clara de todo el puzle. En cuanto a los personajes, estos rebosan un encanto que te hace quererlos al poco de aparecer en escena. Recuerdo que Annabel y Víctor tenían una relación mucho más solemne en la novela original, pero aquí todo es mucho más ligero y tienen un tira y afloja muy divertido y seductor que te impide cerrar el libro. Por otro lado, los personajes de Ada y Nathan adquieren un mayor protagonismo y desarrollo para que de esta manera podamos apreciar mejor la historia que llevan con ellos. Para mí la revelación ha sido Nathan porque es un héroe romántico trágico y a mí estos perfiles me pueden. Es imposible no querer a Nathan, pero también a Víctor. Y hablando de lord Rosenfield…  Victoria Álvarez siempre ha tenido la destreza de crear personajes muy vivos y que son muy fáciles de visualizar. En muchas ocasiones parece que van a saltar de las páginas y esto es lo que me ha ocurrido con Víctor. Rosenfield es mi personaje favorito de la novela porque empieza de una manera y termina de otra; tiene muchas capas y cuando llegas al final puedes apreciar realmente su complejidad. Es una caja de sorpresas y su carisma y humor te atrapan desde el primer momento. Es un protagonista arrollador y lo vuelvo a repetir: tiene tanta vida que te da la sensación de tenerlo al lado.

Hojas de dedalera es una de las novelas de mi vida y esta nueva versión no ha hecho más que reafirmar mi amor por ella. Me ha hecho mucha ilusión que Victoria haya decidido revisitarla y desde aquí solo me queda darle las gracias. Por último, me emociona que gracias a esta reescritura muchos lectores vayan a descubrir a Annabel y Víctor, una pareja inolvidable que he tenido en mente durante todos estos años. En un momento de la novela, tanto en la original como en la reescritura, aparecen las palabras Volveremos a encontrarnos, y cuando pienso en ellas no puedo evitar sonreír al tomarlo como una premonición que nadie vio venir.

¡Hasta la próxima!

 

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