Cims Borrascosos, de Emily Brontë

 



¡Hola, chic@s! Hace unas semanas regresé a Wildfell Hall tras más de una década, y esta relectura, junto con el visionado de la película Emily, me llevaron a revisitar Cumbres Borrascosas, de Emily Brontë, pero esta vez en catalán (Cims Borrascosos).

El libro empieza cuando el señor Lockwood llega a Cumbres Borrascosas para hablar con el propietario de la finca, el señor Heathcliff, ya que Lockwood reside de alquiler en la Granja de los Tordos, otra propiedad que este último tiene. El ambiente en Cumbres Borrascosas es hostil y sus habitantes son fríos y distantes. En otras palabras: la hospitalidad brilla por su ausencia. La mayordoma del señor Lockwood, Ellen Dean, trabajó en el servicio de Cumbres Borrascosas años atrás y esta decide explicarle al forastero la historia de la familia.

En la mansión de Cumbres Borrascosas vivía el señor Earnshaw y sus dos hijos: Hindley y Catherine. Después de un viaje, el padre regresa a la finca con un niño huérfano que ha encontrado en la calle y nadie sabe nada de él, así que el señor de la casa decide adoptarlo y bautizarlo como Heathcliff, convirtiéndolo así en un miembro más de la familia. Catherine y Heathcliff crean un lazo único e indestructible, y sus almas salvajes y libres vuelan juntas y sin ningún control por los páramos de Yorkshire. Sin embargo, cuando el padre de Hindley y Catherine muere, Hindley hereda la casa relegando a Heathcliff al servicio y humillándolo a la más mínima ocasión. Esta situación hace mella en el joven, que va sacando su lado más violento y trágico, pero esto es solo el principio para él, ya que, por otro lado, Catherine empieza a sentirse halagada por las atenciones del joven y elegante Edgar Linton, que vive en la Granja de los Tordos, un hecho que no se le escapa a Hindley, que ve en este interés una oportunidad de oro para que su hermana pequeña y Edgar sellen su unión a través del matrimonio. Esto significa la separación de Heathcliff y Catherine, dos almas en una que parecían estar destinadas a estar juntas para siempre, y con este adiós empieza la historia y el camino del protagonista.

Es muy, pero que muy difícil hablar de Cims Borrascosos y plasmar bien la naturaleza de su historia, porque la novela, al igual que su autora, es una fuerza indomable, así que cuando hablas de ella tienes la sensación de no estar haciéndole justicia. Cims Borrascosos, la única novela de Emily Brontë, es inalcanzable, se te escapa de las manos, y parece que su trama habita en otra dimensión. Se ha especulado muchísimo sobre el origen de esta historia, pero para mí es un reflejo del enorme y complejo mundo interior de la escritora (que merecería un análisis exhaustivo), una mujer que no se ceñía a las convenciones de la sociedad y que prefería vagar libre por sus queridos y melancólicos páramos.

 

Ralph Fiennes y Juliette Binoche, como Heathcliff y Catherine. Fuente: The Guardian

Cuando leemos la sinopsis de la novela, pensamos que estamos ante la historia de un amor legendario e indestructible, lo cual es cierto, pero en Cims Borrascosos también habitan la venganza, la crueldad, la obsesión, la autodestrucción y la muerte. No busquéis una novela amable porque no la vais a encontrar. Emily Brontë sitúa su historia en un punto geográfico pequeño, ya que su trama se desenvuelve entre la distancia que separa Cumbres Borrascosas de la Granja de los Tordos, y fuera de estas dos mansiones no existe nada más. Gracias a este enfoque, Emily consigue crear un escenario minúsculo que huye de cualquier contexto histórico y, además de su originalidad, la situación de claustrofobia es más que evidente. Cims Borrascosos es de estilo gótico y la perturbación, la violencia, la destrucción y los elementos sobrenaturales siempre están presentes.

La novela abarca dos generaciones: la primera está compuesta por Heathcliff y Catherine, y la segunda por la hija de esta última y sus primos. Los encargados de relatar esta historia son el señor Lockwood y Ellen Dean, nuestros dos narradores en primera persona, así que debemos confiar en ellos, en especial en Ellen, porque lleva prácticamente todo el peso de la narrativa. En mi caso, nunca he dudado de ella, ya que es una mujer muy sensata y, por consiguiente, creo en la autenticidad de los hechos que cuenta. No obstante, que la novela esté narrada en primera persona tiene un hándicap importante y este es que no nos podemos meter dentro de la mente de Heathcliff, su protagonista, y uno de los grandes personajes que ha dado la literatura.

Cims Borrascosos está compuesta por unos personajes que no caen bien; son bastante odiosos, la verdad, y la corrupción que los envuelve está decidida a pudrir hasta la parte más insignificante de sus almas. Sin embargo, esto no te distancia de la lectura, al contrario, ya que son unos personajes fascinantes que intentas descifrar, pero al mismo tiempo la autora no te da ese gusto. Emily Brontë no buscaba justificaciones ni moralejas, ella era libre y no seguía reglas, así que si te gustaba, pues perfecto, pero si este no era el caso, pues esta no era tu novela. Si nos centramos en Catherine y Heathcliff, su pareja principal, vemos que su historia de amor es salvaje y primitiva y va más allá de la muerte. Muchos pensaréis que estamos ante un amor legendario e inmortal, lo cual es cierto, pero esto no quita que su relación sea tóxica, dependiente, obsesiva y asfixiante. No es una relación ejemplar y sus protagonistas tampoco caen bien. Por un lado, Catherine tiene una personalidad altiva, variable y caprichosa que te saca de quicio; de hecho, ella propicia muchos de los conflictos que hay en la obra. Y, por otro lado, tenemos a Heathcliff, el verdadero protagonista de la novela. Heathcliff merece una entrada aparte, como todo lo que contiene este libro, porque es un hombre del que se desconoce su origen y en algunos pasajes se duda incluso de que sea humano, lo cual le otorga un aire sobrenatural que se nos escapa de las manos y que nos imposibilita encasillarlo. Heathcliff tiene rasgos de héroe byroniano, y se caracteriza por ser un antihéroe torturado lleno de rabia y autodestrucción que va marchitando todo aquello que lo rodea. Para muchos, Heathcliff es un antihéroe, pero ahora que he vuelto a leer la novela, y que lo tengo menos romantizado, pienso que es un villano al que no le importa que los demás sufran con tal de obtener su venganza. Su ancla es Catherine, pero cuando esta se va de su lado, algo en su interior se desata y hará que destruya todo lo que se interponga en su camino. ¿Conecto con Heathcliff? No con sus acciones, pero como personaje es brillante, único, y me encantaría llegar al origen de su ser.

Cims Borrascosos es toda una experiencia porque Emily Brontë no busca la conexión con el lector. Ella plasma su particular mundo y los lectores somos libres de interpretar la historia según nuestro punto de vista. Los personajes son odiosos, no los voy a justificar, pero eso no quita que sean deslumbrantes, y todos ellos hacen que te arraigues a una historia llena de pasiones salvajes y primitivas. Es una novela única que se queda contigo y a la que intentas encontrarle una explicación, pero al igual que pasa con Emily, su autora, nunca descubriremos la más absoluta verdad sobre ella.

A continuación, os dejo las entradas que escribí en el blog sobre Emily:

Reseña de Cumbres Borrascosas

Reseña de la biografía de Emily Brontë por Winifred Gérin

Reseña de Emily (2022)

¡Hasta la próxima!

Comentarios

  1. He leído el libro hace algunos años, muy bonito.
    Te invito a pasar por mi blog. Feliz semana!

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