La Mujer Invisible (The Invisible Woman) (2013)

¡Hola a tod@s! La entrada de hoy está dedicada a La mujer invisible (The invisible woman), una película que debía de haber incluido hace ya algún tiempo en el blog. Este film nos narra la relación clandestina que Charles Dickens vivió durante los últimos años de su vida con Ellen (Nelly) Ternan, una jovencísima aspirante a actriz de dieciocho años (él tenía cuarenta y cinco). Muchos pensarán que estamos ante una película sobre Charles Dickens, pero siento decepcionar a los seguidores de este mítico escritor ya que la historia no está enfocada en él sino en la joven Nelly, convirtiéndola, de esta manera, en la absoluta protagonista de la cinta. 

Os confieso que tenía muchas ganas de ver esta película ya que reúne todos los ingredientes de las historias que me gustan ver sin embargo, he de decir que el resultado no ha sido el que yo me esperaba ya que el film no me ha entusiasmado, y tras pensarlo detenidamente creo que la razón ha sido mi falta de empatía hacia la pareja principal. No sé si lo habré puesto en alguna otra entrada, pero Charles Dickens es un autor con el que nunca he simpatizado del todo ya que no me ha cautivado como otros autores anglosajones (y no anglosajones). He leído algunas de sus novelas, pero siempre había algo que me impedía adorarlo como lo hago con otros escritores. ¿El motivo? Ni yo misma lo sé, pero a veces, aunque lo intentes una y otra vez, no te puedes llevar bien con todo el mundo. Y ese es el caso de Dickens. En La mujer invisible el encargado de dar vida al mítico autor es nada más y nada menos que el oscarizado Ralph Fiennes y que, irónicamente, interpreta a  un Dickens carismático con el que el público no tarda en simpatizar, ¡y eso me incluye a mí! Sin embargo, y pesar de mostrar una personalidad arrolladora y con la que conecté desde el primer momento, había algo en el personaje que me hacía desconfiar de él. Reconozco que tal vez mi sentimiento negativo hacia Dickens me ha influenciado a la hora de juzgar esta interpretación por lo tanto, mi opinión no tiene que ser compartida con todo el mundo.

La otra parte de la pareja es Nelly Ternan, interpretada por la nominada al Oscar Felicity Jones, y es aquí donde encontramos a “la mujer invisible” de la película. Cómo os he dicho antes, la relación entre Ternan y Dickens fue clandestina no solo porque él estaba casado y era padre de familia, sino también debido a la hipocresía que se vivía en la Inglaterra del siglo XIX. La sociedad victoriana era una sociedad que de puertas para afuera era todo elegancia, educación y buenos modales, pero en la intimidad muchos victorianos ocultaban vicios y secretos que no eran moralmente aceptados y aquél que no comulgaba con lo que era considerado lo correcto era crucificado (y sino que se lo digan a Oscar Wilde) por aquéllos ciudadanos que proclamaban ser perfectísimos, pero en el fondo muchos de ellos guardaban oscuros secretos bajo llave. Pues bien, tras haberos soltado esta mini clase teórica de la hipocresía que se vivía en aquella época, Dickens no podía permitir que su secreto viese la luz ya que eso echaría por tierra su reputación y por este motivo, Nelly permaneció oculta durante muchísimos años llegándose a pensar que dicha amante nunca existió. La protagonista parecía haberse esfumado con el viento y no había rastro de su existencia. Pasó muchos años en el olvido hasta que la aclamada  biógrafa Claire Tomalin la sacó a la luz a través de un libro que comparte título con el de la película. Gracias a ella, hemos podido descubrir a Ternan, el secreto que Dickens ocultó hasta finales del siglo XX. En la película, Felicity Jones interpreta a Nelly y ella es la narradora de esta historia ya que, a través de sus recuerdos, conocemos a Dickens y el romance que vivió a su lado.  El retrato que la actriz de La teoría del todo hace de Ternan al principio del film es el de una chica cándida e inocente que se enamora del aclamado autor, pero con el paso de los años vemos como de esa chica emerge una mujer fuerte y madura. La interpretación de Jones está dotada de una gran elegancia y sensibilidad y me ha gustado mucho, pero no me ha enamorado ya que le ha faltado fuerza y pasión. Ambos personajes están interpretados muy bien, pero la carencia de carisma ha hecho que esta película no me haya gustado de la manera que yo esperaba, y no sabéis la rabia que me da.

Por otro lado, también he tenido la sensación de que a la historia le ha costado arrancar y a la relación amorosa la he notado fría y un poco forzada. Por este motivo, en determinados momentos se me ha hecho un poco densa, lenta y por momentos he perdido interés en ella.

Sin embargo, no todo va a ser negativo en esta historia ya que, por ejemplo, su recreación de la época victoriana es excelente ya que tanto la fotografía como el vestuario son maravillosos y captan a la perfección el espíritu de aquella época. También me gustaría nombrar los planos que se hacen de Nelly paseando por la playa como si fuese un fantasma merodeando solo a la orilla del mar ya que son, simplemente, preciosos. Por otro lado, os he de confesar que me ha arrancado más de una sonrisa ver al genial Wilkie Collins en este film. ¡Cuando apareció por primera vez no me lo podía creer!

Bright Star

Esta película me hace pensar en Bright Star, film que está basado en el romance que el poeta romántico John Keats mantuvo con Fanny Brawne, pero una vez más esta historia no está centrada en Keats, el archiconocido poeta, sino en Brawne (si queréis leer las entradas que les dediqué a Bright Star y Fanny Brawne solo tenéis que hacer click aquí y aquí respectivamente). Por lo tanto, estas dos películas dejan a un lado al personaje público y famoso (en este caso, Dickens y Keats) para dar a conocer a Ternan y Brawne. He citado Bright Star ya que esta película también nos cuenta la historia de una mujer que fue ignorada durante años y que décadas después de su muerte su rostro por fin vio la luz para descubrirse como la musa y el amor oculto del malogrado poeta inglés. A diferencia de La mujer invisible, esta historia sí que me cautivó debido a su emotividad, romanticismo, cálidez y la humanidad y el carisma que desprendían las interpretaciones de Ben Whishaw y Abbie Cornish. Sin nombrar la gran química que transmitían como pareja. Bright Star es una película hecha poesía. Sinceramente, me hubiese gustado encontrar estas características en La mujer invisible, pero tristemente no ha podido ser. Espero que con el paso del tiempo pueda ver esta película con otros ojos y, ya de paso, ver si mi percepción sobre Dickens cambia... o no.

¡Hasta la próxima!

6,5/10

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