Juego de Tronos (Game of Thrones): Sexta temporada

Esta entrada contiene spoilers

¡Hola, chic@s! El pasado 26 de junio Juego de Tronos se despidió temporalmente de la pequeña pantalla con su sexta temporada, una entrega que no ha dejado indiferente a nadie y que más de uno ha vivido con auténtica devoción. Esta temporada nos ha dado más muertes, venganzas, batallas épicas y una resurrección inesperada, pero que todos, en el fondo, sabíamos que iba a ocurrir. En un principio, parece que la serie inspirada en los libros de George R.R. Martin nos ofrecía más de lo mismo pero en esta ocasión, se han añadido dos factores que, hasta la fecha, no se habían visto en la serie. El primero de ellos se centra en que por primera vez esta entrega no es la adaptación de ningún libro ya que Martin, el autor de la saga, no ha llegado a tiempo (no me puedo creer que esté escribiendo esto) y no ha logrado finalizar la nueva entrega. Por lo tanto, los creadores de la serie han tenido que seguir con su travesía y de esta manera la serie se ha adelantado al libro. Revolucionario y triste a la vez. Por otro lado, y después de casi seis años, por fin nos vamos dirigiendo al desenlace de esta historia y esto se ha visto claramente con el lugar que va ocupando cada personaje. Durante cinco temporadas vimos como personajes como los Lannister, los Bolton o los Frey se salían con la suya y otras familias como los Stark sufrían su particular vía crucis en cada episodio. Sin embargo, esto ha cambiado y este aspecto ha beneficiado a la serie ya que le ha añadido todavía más expectación a la historia y esto se ha visto reflejado en la entrega que han mostrado los espectadores. En mi caso, os diré que he vivido esta sexta entrega con mucha emoción al ver que poco a poco todos van llegando al final de su camino y como cada uno va recogiendo la recompensa o castigo que merece. Ha sido una temporada que puede haber tenido un par de capítulos flojos, pero esto ha quedado compensado con los grandes momentos (no olvidemos ese glorioso noveno episodio) que la serie de David Benioff y D.B. Weiss nos ha ofrecido. Porque no nos engañemos, ver un capítulo de Juego de Tronos es toda una experiencia. Durante los cincuenta minutos que dura un episodio no puedes evitar emocionarte, enfadarte, reír, gritar o aplaudir delante de la pantalla. En serio, todo esto lo he hecho yo este año y creo que no he sido la única. Ha sido una temporada que parece haberle dado a los fans esos momentos que tanto han estado esperando. A continuación, os destacaré los seis puntos que más he disfrutado de esta sexta temporada.

Muertes… y más muertes

Una de las cartas de presentación de Juego de Tronos es que ninguno de sus personajes está a salvo y eso se demostró con la muerte de Ned Stark en la primera temporada. Por lo tanto, la muerte siempre acecha en cada uno de los episodios. Este año personajes como Hodor, Summer (sí las muertes de los lobos huargo de los Stark me afectan mucho, por lo tanto no me toquéis a Ghost), Margaery, Loras, Tommen, Ramsay o Rickon entre otros nos han dicho adiós y cada una de sus muertes ha aportado a la trama nuevos horizontes que ya están cogiendo forma. La muerte de Hodor es una de las más emotivas y tristes que he visto en pantalla ya que no solo nos teníamos que despedir del personaje sino que también fuimos testigos de por qué el entrañable amigo y protector de Bran solo podía articular la palabra Hodor. Su muerte a manos de los caminantes blancos se alternaba con el momento en el que la famosa palabra se apoderaba para siempre de un joven Hodor. Fue un momento dramático y emotivo y que al mismo tiempo abría un nuevo debate: ¿hasta dónde puede llegar el poder del joven Bran Stark? ¿Puede afectar a diferentes líneas temporales? Esto es algo que se tendrá que ver en futuros episodios, pero desde luego esta nueva incógnita promete.

Las muertes de Margaery, Loras y Tommen fueron para mí totalmente inesperadas, en especial la de Margaery. No esperaba despedirme del personaje de Natalie Dormer tan pronto ya que todo parecía indicar que tenía un plan que estaba a punto de ver la luz, pero este se ha visto interrumpido con su muerte o más bien por el asesinato a manos de su suegra, Cersei Lannister. Precisamente, la muerte del personaje de Margaery provoca el suicidio de Tommen, el hijo más joven de Cersei, al ser testigo de la muerte de su amada. Por lo tanto, debido a la muerte del joven rey, Cersei asume el poder y se convierte en la nueva reina. Esto no hace presagiar nada bueno ya que sin la figura de sus tres hijos, que eran lo único que nos dejaba ver la poca humanidad de Cersei, la nueva reina es todo un peligro. Veremos qué futuro le espera, aunque todos sabemos que está destinado al más absoluto desastre.

Por otro lado, y aunque hablaré de él en uno de los próximos puntos, me gustaría destacar la muerte del despreciable Ramsay Bolton ya que gracias a ella los Stark, esa familia que parecía no tener suerte en ningún aspecto, vuelven a tener en su poder su verdadero hogar: Invernalia. Creo que la muerte de Ramsay ha sido más que celebrada no solo porque el personaje lo merecía sino también porque esto ha supuesto que los Stark, por fin, hayan conseguido su tan ansiada recompensa, aunque aún queda mucho camino por delante.

Los Stark empiezan a ver la luz

Si la muerte en Juego de Tronos es una presencia constante la mala suerte de los Stark no se queda atrás. Durante cinco temporadas no he tenido ninguna esperanza para ninguno de ellos (al menos no hasta la recta final) ya que siempre se les cruzaba algún obstáculo en su camino que les impedía seguir hacia adelante y vivían una desgracia tras otra. Por lo tanto, aunque les pasase algo bueno sabía que, tarde o temprano, las cosas se iban a torcer y no me hacía ilusiones para que la decepción, más tarde, no fuese mayor. Ha sido muy triste ver como los miembros de esta familia han sido separados, maltratados y algunos de ellos asesinados de la manera más cruel, pero lo peor de todo era ser testigo de ver como nunca se hacía justicia. Parecían estar condenados, pero esto ha empezado a cambiar en esta sexta entrega. Este año Jon y Sansa se han reencontrado, ¡por fin! y juntos han recuperado su hogar. Sin embargo, las noticias buenas no acaban aquí ya que Jon ha sido nombrado nuevo rey en el norte. Por otro lado, la formidable Arya ha ido reduciendo su listado con el asesinato de Walder Frey, responsable de las muertes de su madre y su hermano Robb. Y Bran, que seguramente tendrá un papel más que importante en el futuro, aunque todavía está en su particular viaje, cada vez está más cerca. Ver como poco a poco los Stark se van imponiendo a los demás y que su futuro ya no es tan negro es, sin duda alguna, uno de los puntos fuertes de esta temporada y ha sido todo un regalo. Hemos sufrido mucho con ellos, pero ahora sus victorias también son las nuestras. Todavía no me puedo creer todo lo que les ha pasado este año y por primera vez no todo son lamentaciones para ellos a excepción de la muerte de Rickon.

La Batalla de los Bastardos

El noveno episodio de la sexta temporada ya figura como el mejor valorado (su nota es un 10) y la verdad es que fue una auténtica delicia verlo. Este episodio fue una experiencia cinematográfica gracias al despliegue de todos los medios usados que lo hicieron posible. Por un lado, la batalla de Daenerys para recuperar Meereen con la ayuda de sus tres dragones fue espectacular no solo por el gran poder visual y la espectacularidad de las escenas sino también porque muestra hasta dónde puede llegar la Madre de Dragones. Fuerza y poder en todo su esplendor.

Sin embargo, el gran reclamo de este capítulo fue la batalla liderada por Jon Snow y Ramsay Bolton por el dominio de Invernalia. Todos, muy en el fondo, sabíamos que Jon Snow ganaría esta batalla, pero con Ramsay todo es posible así que mejor ser precavidos por lo que pueda pasar. La batalla por el norte nos dejó escenas espectaculares llenas de violencia y sangre, pero también jugó con nosotros en el terreno emocional y es aquí donde Rickon juega un papel importante ya que Ramsay no juega solamente psicológicamente con él sino también lo hace con el espectador al infundirnos esperanzas con una muerte que sabemos que va a suceder, aunque haya momentos, muy breves eso sí, en los que queremos pensar que no se producirá. El poder visual de las secuencias es muy poderoso y demuestra lo grande que es Juego de Tronos que demuestra, una vez más, esa atmósfera cinematográfica que posee. Es una batalla que pone a cada uno en su sitio, para el goce de sus seguidores, pero quiero destacar que esta batalla nos demuestra quién fue la persona que verdaderamente la ganó: Sansa Stark, esa chica que empezó siendo una niña un tanto caprichosa y malcriada y al final, gracias a ella, Invernalia vuelve a estar en manos de los Stark. Ver esta batalla fue como ver un clásico entre el F.C. Barcelona y el Real Madrid en el que deseabas todo el rato que tu equipo ganase el partido. Fue un capítulo lleno de emoción y que lleva al límite no solo a los personajes sino también al espectador ya que de alguna manera te sientes parte de la historia y la espera mereció la pena. Absolutamente brillante.

Adiós a un gran villano

Uno de los puntos que me hizo ser seguidora de esta serie fue el odio que me causaron los Lannister desde el primer minuto (Tyrion es una excepción) y en especial Joffrey. Quería que el retoño de Cersei y Jaime recibiera su merecido, aunque tardó bastante, y su aparición en pantalla me ponía de los nervios porque me daba mucha impotencia que un niño tan malcriado y cobarde como él se sintiera con el derecho de hacer y deshacer lo que le viniera en gana. Es cierto que era el rey, pero la corona le iba grande en todos los sentidos ya que no mostraba dotes de liderazgo ni de estrategia y aun así se creía el amo y señor del mundo. No niego que me causaba cierto temor porque sabía que cuando se enfadaba todo podía acabar en un auténtico desastre, pero aun así su comportamiento me daba más rabia que miedo. Sin embargo, todo esto cambió con la llegada de Ramsay Bolton, ese bastardo, también en todos los sentidos, que disfruta mermando a sus víctimas de manera psicológica y física. Estamos ante un sádico en toda regla, un psicópata que disfruta con el dolor ajeno y Joffrey, a su lado, no tiene nada que hacer.  La batalla de los bastardos supuso el adiós de Iwan Rheon, el actor que encarna al personaje, y aunque su muerte ha sido muy celebrada (yo la primera) reconozco que echaré de menos la presencia en pantalla de este intérprete británico. Ha sido un gran villano que me ha puesto los pelos de punta en cada escena que aparecía. Él sí que me ha dado miedo. Cada vez que aparecía me echaba a temblar y su mirada transmitía todo el odio y la maldad que habitaban dentro del personaje. Se ha ido a lo grande y con una muerte de lo más irónica. Sin embargo, era su momento ya que nuevas tramas y conflictos se abren camino y él no tenía lugar. Sin duda, ha sido uno de los villanos más aplaudidos de la serie. Entró de manera discreta y ha conseguido que ninguno de nosotros olvide su cínica mirada.

Las mujeres se hacen con el poder

Juego de Tronos ha sido siempre una serie muy polémica ya que en múltiples ocasiones diferentes sectores han desaprobado la imagen que se transmite de la mujer. Por un lado, es cierto que los personajes femeninos han padecido momentos verdaderamente denigrantes sin embargo, uno de los puntos fuertes de las mujeres de Juego de tronos es que, en efecto, pueden sufrir todo tipo de maltratos y vejaciones, pero siempre consiguen levantarse y seguir con su lucha. Esta temporada hemos visto como Cersei Lannister, a costa de la muerte de su hijo, ha conseguido hacerse con el Trono de Hierro, pero todos auguramos que su reinado no será tranquilo ya que una de las razones es la llegada de Daenerys para reclamar lo que es suyo y esto promete un interesante duelo entre dos auténticas guerreras. Sin embargo, Daenerys y Cersei no son las únicas mujeres de armas tomar que nos hemos encontrado a lo largo de estos 10 episodios. Por un lado, tenemos a Arya Stark, que a estas alturas ya no necesita presentación alguna. Su fuerza e integridad siguen con ella y poco a poco va alcanzando sus objetivos. La joven Stark ha experimentado a lo largo de las temporadas un viaje espectacular que la ha ayudado a crecer y a prepararse para lo que viene. Sin duda alguna, esta incansable luchadora tiene que volver a su hogar y poner a todos los que hicieron sufrir a su familia en su sitio. Es un momento muy anhelado y presentimos que cada vez está más cerca. Este año, Yara Greyjoy también ha ocupado un lugar importante en la trama ya que esta mujer también lucha por su lugar como reina de las Islas del Hierro, una posición por la que tendrá que pelear y que la llevará a aliarse con Daenerys en una relación que ha levantado muchísima expectación. En este apartado tampoco debe faltar la jovencísima Lyanna Mormont, el personaje revelación de este año, y que se ha ganado a la audiencia por su tesón y gran carácter, y eso que no ha gozado de mucho tiempo en pantalla. La joven Lyanna consigue con un discurso espectacular proclamar a Jon Snow como nuevo rey en el norte, así que desde aquí ya os digo que Lyanna podría ser perfectamente una gran reina, a pesar de su corta edad, ya que no se anda con tonterías y su integridad y valor nos sorprenden al tratarse solamente de una niña. Su personaje promete y espero que los creadores de la serie no decidan prescindir de su presencia.

Y por último quiero hablar de Sansa, la gran revelación del año. La pelirroja de los Stark ha demostrado esta temporada ser una mujer valiente y fuerte y esto se debe seguramente a su matrimonio con Ramsay Bolton. Las penurias que tuvo que pasar la joven Stark con Ramsay ya las conocemos todos y desde mi punto de vista, esto la ha convertido en una mujer que ha tenido que luchar por su vida a cada instante y obligarse a ser fuerte en momentos en los que parecía que no había ninguna escapatoria. Sansa se ha endurecido y ahora su mente es más fría y práctica. Todo esto quedó más que patente en La batalla de los bastardos  cuando ella, sabiendo cómo se las gasta Ramsay, salva a su hermano y a sus compañeros de batalla de una muerte segura. Gracias a su poder de estrategia se ganó esta batalla y aunque muchos dan esta victoria a Jon debo decir que están muy equivocados ya que es ella la que la ganó. Sin Sansa, Ramsay seguiría siendo amo y señor de Invernalia.

Desenlace y una revelación muy esperada

El noveno episodio de esta entrega pareció un final de temporada debido a su intensidad y dejó exhausto a más de uno. Pero esto no era todo ya que todavía faltaba un episodio para cerrar esta sexta entrega. ¿Estaría a la altura? Para mí el final de esta temporada es sinónimo de la guerra que está por venir, un conflicto que todos sabíamos que inevitablemente tendría lugar y que ahora parece estar más cerca que nunca. Vientos de Invierno, el décimo episodio, empieza de manera brillante con el juicio que se tiene que celebrar por los pecados de Loras y Cersei pero esta lo impide explotando el templo con cientos de personas en su interior gracias al fuego valirio. Es una escena de diez minutos espectacular que va alternando imágenes del juicio con escenas de Cersei, Tommen y los asesinatos que están teniendo lugar y que están organizados por la madre del rey. Son diez minutos maravillosos en los que sabes que nada va a acabar bien y consigue impactarte y estremecerte.

Esta especie de prólogo es el punto de partida de un episodio que muestra como los personajes se van preparando para su particular batalla. Por otro lado, este último capítulo nos ha dejado una revelación que muchos de nosotros llevábamos esperando desde el primer episodio y este ha sido el origen de Jon Snow. A muchos no nos ha sorprendido ya que ha sido una teoría que ha ido pululando durante mucho tiempo, pero aun así esta revelación fue recibida con mucha emoción por parte de los espectadores y este secreto ya descubierto no hace más que agrandar la historia del bastardo de los Stark. ¿Podrá Jon unir a los dragones y los huargos? Muchos han dicho que el final de Vientos de Invierno es un poco anticlimático y puede que esto se pueda sentir así si se compara con el noveno episodio, pero yo no lo siento de esta manera. Para mí éste ha sido un final apoteósico ya que es el principio del fin de esta lucha por el poder. Cuando vi a Daenerys acompañada por Tyrion, sus dragones y toda su armada dirigiéndose a Westeros para reclamar lo que es suyo hizo que se me pusiera la piel de gallina (y esa banda sonora de fondo que, por favor, es una auténtica maravilla y no sólo en esta escena en particular ya que todas las piezas musicales de esta entrega han sido magníficas, especialmente cuando compruebas como los temas que hemos escuchado durante toda la serie han ido evolucionando y muchos de ellos se han fusionado). Ha sido un momento muy esperado (¡seis temporadas!) y me alegra ver como el personaje de Daenerys, que empezó la serie sin nada y siendo vendida a un khal como un triste objeto, se ha hecho a si misma gracias a momentos duros que la han puesto a prueba y finalmente, y tras un largo camino que ha recorrido sin rendirse en ningún momento, regresa a casa para ocupar su lugar en el trono (si nada o nadie se lo impide).

Esta temporada de Juego de Tronos, junto la tercera y la cuarta, ha sido mi favorita ya que le ha dado al público lo que llevaba tanto tiempo esperando y consigue que te involucres emocionalmente con muchas de sus tramas. Los dos puntos negativos que le pongo a esta sexta entrega es que ha dejado la trama de Dorne en un segundo plano, aunque no me ha importado mucho la verdad, pero hay que reconocer que no me ha gustado como la han querido rescatar en un último momento del argumento ya que ha quedado un poco forzado. Y por otro lado, esperaba que los caminantes blancos tuviesen alguna aparición en el último capítulo.

Ahora nos toca esperar diez largos meses para la vuelta de la serie. Solo quedan 13 episodios, según sus creadores, para el final y todos nos vamos a estar mordiendo las uñas. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto con una serie y eso es de agradecer.

Me voy a despedir con unas palabras que hemos esperado durante seis largas temporadas y que finalmente se pronunciaron: Winter is here!!

¡Hasta la próxima!

9/10

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