Villette, de Charlotte Brontë

¡Hola, chic@s! ¿Qué tal la semana? Parece que el verano ha llegado con unos días de antelación, y aunque reconozco que me encanta esta época del año ya que adoro el sol y el mar, admito que en ocasiones me da mucha pereza salir a la calle debido al intenso calor que se apodera de mí nada más poner un pie en la calle. Por este motivo, y para no sentir este calor asfixiante, en esta entrada de hoy he decidido viajar a Inglaterra y Bruselas gracias a Villette, un libro que me ha gustado mucho y que fue escrito por el miembro de una familia que forma parte de mi vida desde hace ya unos cuantos añitos: Charlotte Brontë, autora de la inolvidable Jane Eyre.

Adquirí mi edición de Villette durante la pasada edición de Sant Jordi y, aunque en un principio no entraba entre mis planes de las lecturas que quería adquirir, cuando lo vi no pude evitar hacerme con él. Mi edición, concretamente, pertenece a Alba Minus y es preciosa.

Villette fue la última novela que Charlotte Brontë escribió antes de su muerte y, por desgracia, es su novela más olvidada. Digo que es una desgracia porque en la historia protagonizada por Lucy Snowe, y de la cual os hablaré a continuación, podemos ver que Charlotte alcanzó su madurez como escritora ya que la trama es mucho más compleja y sofisticada que las de sus anteriores obras.

La protagonista de la última novela de la mayor de las Brontë es Lucy Snowe, una chica que entra a trabajar en un internado de Villette, una ciudad ficticia que se encuentra en Bruselas, ya que no tiene familia, amigos o dinero. Necesita trabajar para poder seguir hacia adelante y este internado parece ser su salvación. Su estancia en dicho internado no será muy tranquila que digamos ya que una serie de acontecimientos la pondrán a prueba de una manera prácticamente constante y esto hará que su personaje, sin perder su esencia, evolucione a lo largo de todos los capítulos. Personajes como el doctor John, Madame Beck, Ginevra Fanshawe, el profesor Paul Emanuel ¡e incluso el fantasma de una monja! también formarán parte de la transición de la protagonista y nos ayudarán a conocer mejor a nuestra heroína.

Uno de los grandes puntos fuertes de esta novela está en su narración ya que se trata de una novela íntima e intensa. Villette está narrada en primera persona por Lucy y a través de ella conoceremos a todos los personajes y los secretos que se esconden en el internado. Por un lado, creo que esta novela es íntima ya que durante todo el libro Lucy nos relata cómo se siente y nos describe esos sentimientos que en muchas ocasiones no muestra a los demás personajes, pero sí al lector haciéndonos de esta manera cómplices de sus esperanzas y desilusiones. Además, Lucy no solo se evalúa a sí misma sino que también lo hace con el resto de sus compañeros de viaje haciendo que la narración obtenga una gran profundidad psicológica de todos aquéllos que la rodean. Por otro lado, he dicho que esta obra es intensa ya que una de las cosas que más me han gustado de esta narración es que en muchos momentos no nos dice las cosas de una manera clara sino que lo que quiere es que nosotros sintamos lo mismo que la protagonista. Por ejemplo, en un momento de la historia Lucy sufre una fuerte depresión que no se dice claramente en ningún momento, pero tú sabes que la protagonista la está sufriendo ya que Charlotte lo que hace es describir el calvario de Snowe de una manera tan realista y agónica que hace que tú misma puedas sentir su dolor. Durante esta parte de la lectura tuve que dejar de leer ya que la intensidad de la narración estaba afectando a mi estado de ánimo. La depresión de Lucy no es el único punto que en vez de decirse alto y claro se expresa a través de diferentes sentimientos y descripciones, pero si queréis averiguarlo tendréis que leer el libro.

Como he dicho anteriormente, Villette está narrado en primera persona por la protagonista y esto la convierte en una narradora en la que no se puede confiar mucho. En mi caso, llegué a desconfiar de uno de los personajes (finalmente pude estar en lo cierto o no) y durante toda la lectura me mantuve muy escéptica con respecto a todo lo que me contaba y por este motivo disfruté mucho de su lectura. Fue como un juego para mí.

Me gustaría destacar que es imposible no ver en Lucy Snowe a la típica heroína creada por las Brontë ya que son personajes que a pesar de tomar decisiones que pueden ser vistas como tradicionales, ellas, no son mujeres para nada convencionales. Los personajes creados por Charlotte son mujeres que de cara al mundo no destacan debido a su físico y eso muchas veces es sinónimo de debilidad y una prueba más de la superficialidad que domina a la sociedad. Sin embargo, en el universo Brontë esto significa todo lo contrario ya que estas mujeres, en su interior, esconden una gran fortaleza e inteligencia que las ayuda a conseguir los objetivos que siempre han anhelado. Siempre que leo sus novelas me es imposible no ver en sus protagonistas a su autora ya que para mí es un fiel retrato de cómo se podía sentir ella, una mujer que a lo mejor no destacaba físicamente, pero intelectualmente podía ser un prodigio y eso era lo que realmente importaba y no la apariencia física ya que en la mayoría de los casos, una cara bonita (a pesar de que la persona no tuviese una gran personalidad y estuviese vacía intelectualmente) valía mucho más que una persona que tenía un gran mundo interior.

Villette demuestra que Charlotte y Lucy eran mujeres muy especiales y esto se puede ver en el desenlace de su historia. El final me dejó con el corazón en un puño y nada más llegar a la última página y ver como acababa todo fui corriendo de madrugada a mi habitación en busca de mi ordenador para buscar diferentes análisis y opiniones del final de esta obra en internet. La lectura de la última novela de Charlotte no deja indiferente a nadie ya que cuando llegas al final de ésta te das cuenta de lo bien escrita que está, de lo completa que es y te mantiene en vilo incluso una vez has descubierto su conclusión.

Jane Eyre es mi novela favorita ya que amé como se representó el concepto de almas gemelas entre dos personajes tan complejos, imperfectos y atormentados como Jane y Rochester demostrando que el amor es algo más que un sentimiento terrenal. Sin embargo, reconozco que Villette está mejor escrita ya que a pesar de que en Jane Eyre uno de los temas principales era que la protagonista obtuviese su independencia, el romance con Rochester se pone a la misma altura y puede eclipsar un poco la libertad obtenida de Jane. En Villette, Lucy es la verdadera protagonista de la novela y no consigue ser eclipsada por nada ni nadie. Es una novela que a los seguidores de las Brontë les va a gustar mucho, aunque siempre puede haber excepciones.

¡Hasta la próxima!

10/10

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