Alias Grace: La novela vs La serie
Pienso en todas las cosas que se han escrito sobre mí. Que soy un demonio
inhumano. Que soy una víctima inocente de un chantajista forzada contra mi
propia voluntad y poniendo en riesgo mi propia vida. Que era demasiado
ignorante para saber cómo actuar y que colgarme sería un asesinato. Que visto
bien y con decencia y que robé a una
mujer muerta para aparecer así. Que soy callada por naturaleza y con fuerte
temperamento. Que parezco una persona a pesar de mi posición humilde. Que soy
una buena chica con una naturaleza flexible y nada malo sale de mí. Que soy
engañosa y retorcida. Que tengo pocas luces, pero soy un poco mejor que un
retrasado. Y me pregunto, ¿cómo puedo ser todas estas cosas a la vez?
¡Hola, chic@s! Descubrí a Margaret Atwood
con El cuento de la criada y me
encantó, así que no pude evitar volver a la librería para
hacerme con otra de sus novelas: Alias Grace. La historia que en esta
ocasión nos narra la autora fue un hecho real que ocurrió en la Canadá de 1843
cuando Grace Marks y James McDermott fueron acusados de acabar con las vidas de
Thomas Kinnear y Nancy Montgomery, el señor y el ama de llaves de la casa en la
que trabajaban los presuntos asesinos. La participación de la joven en este
doble asesinato siempre estuvo salpicada por la polémica ya que muchos no
dudaban en que esa chica frágil y bonita era una despiadada asesina, pero
también había otros que estaban convencidos de su inocencia. ¿Ángel o demonio?
Grace Marks es un misterio y el final de su vida también lo fue. En la entrada
de hoy no solamente voy a hablar de la novela de Atwood sino también de su
adaptación para la pequeña pantalla para que veamos de esta manera las posibles
diferencias y similitudes que hay entre ellas. ¡Empecemos por la novela!
El libro de Margaret Atwood está basado en
un hecho histórico, pero hay elementos ficticios ya que hay situaciones y personajes
que nunca existieron. Por ejemplo, el doctor Jordan y Mary Whitney son
personajes inventados por la autora, que han sido creados para conocer y
profundizar en el personaje de Grace ya que aquí la protagonista es absolutamente
ella. La lectura de esta novela es de lo más interesante porque,
principalmente, nos invita a descubrir si Grace es realmente una asesina, pero
como me ocurrió con Big little lies, el asesinato queda en un segundo
plano porque su protagonista te atrapa por completo y te fascina la complejidad
que habita en ella. Conocemos la vida de Grace desde su niñez hasta que se le
pierde la pista en su edad adulta. Vemos las penurias por las que ha tenido que
pasar, los abusos y los maltratos. Su vida no es fácil y simpatizamos con ella
porque es una mujer que va superando muchos obstáculos. Además, su carácter es
dulce y bondadoso. Es imposible que sea una asesina. ¿O realmente lo es y nos
está manipulando? Para que el lector esté en este estado de confusión constante,
Atwood ha creado una historia con cuatro estilos diferentes de narración. Por
un lado, Alias Grace es una novela epistolar ya que hay momentos en los
que la trama se desarrolla a través de una serie de cartas, la mayoría escritas
por el doctor Jordan; también se recurre a testimonios reales de la época que
nos relatan diferentes aspectos de Grace un tanto perturbadores sobre su salud
mental, que nos hacen desconfiar de ella; por otro lado, el narrador en tercera
persona nos narra la vida del doctor Jordan y sus pensamientos y conflictos con
la medicina, su madre, su pasado y su atracción por Grace; y por último,
tenemos la narración en primera persona, que está protagonizada por Grace
Marks, y que al contarnos ella misma su historia puede que esté contando lo que
le interese o esté maquillando los acontecimientos a su favor para que la
apoyemos y creamos en su inocencia. Por lo tanto, siempre existe la posibilidad
de que no sea una narradora objetiva, así que no podemos evitar estar con todos
los sentidos en alerta para ver si comete algún fallo que la delate.
La prosa de Atwood es una auténtica
delicia no solamente porque escribe realmente bien sino porque crea personajes
de una manera impecable. Todos ellos están cuidados al detalle y Grace es un
personaje que tiene diferentes capas que Atwood va retirando de la joven poco
a poco para que el lector la vaya conociendo, pero al mismo tiempo en vez de ir
descubriendo el misterio, lo que hace es que su complejidad vaya creciendo y en
mi caso no podía parar de maravillarme cada vez más. Es un personaje muy
intenso que se apodera de ti y que, de alguna manera, se queda grabado en el
lector.
Me han gustado mucho sus interacciones con
Mary Whitney, su amiga del alma; Jeremiah, el buhonero de buen corazón; y el
doctor Jordan. Con este último destacaría la fascinación que me ha producido la
confianza y la atracción sexual que se desarrollan entre ambos y también el
constante tira y afloja que tienen durante todo el libro. Desde mi punto de
vista, el doctor Jordan nos representa a nosotros. Él escucha el relato de
Grace y tiene que decidir si ésta dice o no la verdad. Está confundido y no
sabe qué pensar de ella. Su conflicto es el nuestro y su final no puede ser más
irónico a la vez que triste. Es un coprotagonista que ha estado a la altura y
sus disputas me han parecido muy interesantes.
El último punto que me gustaría señalar de
esta fascinante novela es su crítica hacia el trato que recibía la mujer en el
siglo XIX. Los personajes femeninos son víctimas de una sociedad machista
y algunas de ellas se ven expuestas al aborto, la miseria o
a un matrimonio impuesto. Además de esto, los maltratos y abusos son
frecuentes, y estos actos están vistos como algo absolutamente natural, en
especial si estas mujeres pertenecen a las clases más bajas. La impunidad que
hay es insultante y si algo ocurre siempre es culpa de la
mujer, porque como dice Mary: “Una vez que te encuentran con un hombre en tu
habitación, tú eres la culpable, sin importar cómo ha llegado él hasta allí.”
Alias Grace no sólo habla de una supuesta asesina sino también es
una denuncia al trato que recibía la mujer, un maltrato que por desgracia aún
sigue bastante vigente en pleno siglo XXI.
La novela de Atwood ha sido llevada a la
pequeña pantalla de la mano de Netflix a través de una miniserie de seis
episodios en el que vemos el viaje de Grace Marks. Es una adaptación notable ya
que la complejidad de Grace es como la que se muestra en la novela y la
interpretación que ofrece Sarah Gadon es fascinante, hechizante e inquietante.
Impecable. Ella es la dueña y señora de la obra y consigue llevarnos a su
terreno, simpatizamos con ella y no queremos que nada malo le pase, aunque en
el fondo, de manera consciente o inconsciente, desconfiamos de ella. La relación
entre la protagonista y el doctor Jordan me ha encandilado al igual que en el
libro y me ha gustado ver a estos dos personajes que tanto había imaginado
cobrando vida ante mis ojos.
Esta adaptación nos transmite mil y una
emociones ya que las diferentes atmósferas que vemos en ella son maravillosas.
Por ejemplo, la serie me ha recordado por momentos a un cuento gótico por su
atmósfera oscura y onírica y sus momentos sobrenaturales. Estos puntos hacen
que la historia sea todavía más inquietante, y uno de sus puntos álgidos se
encuentra en la escena de la hipnosis. Sin embargo, y a pesar de que las
características de los relatos góticos crean cierta congoja en el espectador,
las escenas de los abusos a Grace no se quedan atrás. Estos no se ven de manera
explícita, todo está rodado de manera muy sutil y dejan que nuestra mente sea
la encargada de imaginar el horror que ocurre tras la puerta. Parece una
historia de terror. Por otro lado, la estancia de Grace en casa de Kinnear cada
vez se vuelve más tétrica y asfixiante a medida que se acerca el final y estas
sensaciones también las sentimos nosotros. Por lo tanto, Alias Grace
consigue que las personas que se encuentran tras la pantalla sientan el miedo y
la tensión que sufre nuestra protagonista. Y si sentimos todas estas cosas es
que nuestra implicación con la historia es total.
A pesar de que la serie le ha hecho
justicia a Grace no puedo decir lo mismo con el doctor Simon Jordan. Edward
Holcroft ofrece una gran interpretación, pero todos sabemos que cuando un libro
es adaptado muchas cosas se pierden en el camino, y el doctor Jordan ha sido
uno de los afectados. Su papel en la serie ha sido básicamente ser el doctor de
Grace y su relación con la señora Humphrey se ha visto reducida de manera
considerable, al igual que su pasado. En el libro conocemos cómo era la vida de
Simon cuando era un niño, por qué se hizo médico, la relación con sus padres y
el servicio, su opinión sobre la medicina… Estos puntos son ignorados en la
serie y es una pena porque Jordan es un personaje muy interesante. Los
secundarios que rodean a Grace también han sufrido un tijeretazo, al igual que
la vida de la protagonista en Irlanda antes de llegar a Canadá, ya que el tiempo para
contar la historia ha sido limitado y si hubiesen tenido 10 capítulos en vez de
6 para desarrollar la historia, personajes como Jordan, la señora Humphrey o el
reverendo Verringer habrían tenido más desarrollo.
El desenlace de la serie me ha resultado
más melancólico y conmovedor que el del libro. Curiosamente, ambos finales son
iguales, pero me ha conmovido mucho ver el final de esta extraña pareja gracias a las grandes interpretaciones de Gadon y Holcroft. Estamos ante dos
personas que tenían una conexión bastante íntima y que por
circunstancias de la vida su relación ha quedado en un eterno punto de espera.
Ni siquiera ha acabado y ambos personajes sienten un vacío muy grande,
aunque en el caso del doctor es más dramático todavía.
Tanto la novela como la miniserie de
Alias Grace son maravillosas y os las recomiendo de manera encarecida
porque os van a fascinar. Ambas consiguen adentrarnos en una historia
inquietante en la que debemos entrar en la mente de Grace para conocerla y
adorarla, pero también para analizarla por si nos está mintiendo. Cada
lector/espectador tendrá su propia interpretación de la historia. En mi caso,
quiero creer a Grace, pero hay algo que hace que no confíe plenamente en ella.
¿Y vosotros? ¿Creéis que Grace fue una víctima inocente o una cruel
asesina?
¡Hasta la próxima!
Fotografías: CBC y Ediciones Salamandra
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Hola, Laura.
ResponderEliminarA mí también me gustó mucho "El cuento de la criada", así que desde entonces tengo pendiente la serie. "Alias Grace" me llama mucho la atención y espero poder leerla este año, cuanto antes, mejor.
No puedo juzgar mucho, pero por lo que leo de tu reseña, tiene todos los ingredientes para ser una historia que no me deje indiferente. Atwood me parece una escritora fantástica.
Un besazo.
¡Hola, Sofía!
EliminarAlias Grace es una novela maravillosa, incluso me gustó más su lectura que la de El cuento de la criada porque ésta tiene más ritmo. Atwood es una escritora a la que he descubierto bastante tarde (hace ahora un año), así que espero ir leyendo poco a poco todas su novelas ya que no tienen desperdicio :)
¡Un beso muy grande!