Victoria: Segunda Temporada (2017)
¡Hola, chic@s! Hoy, os traigo mi review de
la segunda temporada de Victoria, que se estrenó el pasado 27 de agosto, y la verdad es que esta nueva entrega
ha superado todas mis expectativas. Este año hemos podido ver cómo continúa el
reinado de la joven Victoria y cómo la monarca tiene que enfrentarse a asuntos complicados de carácter político y social como, por ejemplo, la hambruna que asoló a Irlanda; y por otro
lado, también seremos testigos de encuentros con personajes tan míticos como Ada Lovelace.
En la primera temporada, Victoria se convertía en reina y fue una etapa de lo más interesante ya que
cuando sube al trono es prácticamente una niña y ante ella se abre un universo
atractivo y fascinante, pero que al mismo tiempo puede ser demoledor. La joven
tuvo que enfrentarse a muchos obstáculos y la experiencia hizo que ganara
carácter, sabiduría y fuerza. En esta nueva tanda de capítulos, Victoria ya no es ninguna
niña, ahora es una mujer segura que no sólo tiene que gobernar un país sino
también ser esposa y madre, y esto último no es tan bonito como le habían dicho
una y otra vez.
La segunda temporada de esta serie
británica ha profundizado en las relaciones personales y no me refiero
solamente a la de los dos protagonistas principales, Victoria y Albert, sino
también las de los secundarios que los rodean. Todas estas relaciones han
estado muy bien entrelazadas y en ellas hemos visto momentos emotivos,
dramáticos y cómicos; y sus personajes están en un gran estado de gracia debido
al encanto y carisma que desprenden. Gracias a ellos no he podido apartar los
ojos de la pantalla y si en la primera entrega me gustaron, en ésta me han
enamorado. Personalmente, mi relación favorita ha sido la protagonizada por
Alfred Paget y Edward Drummond, un romance que se ha ido desarrollando de una
manera elegante y sutil, y me ha gustado mucho ver una historia de amor entre dos
hombres en un drama de época. La perfección de todos los personajes se debe a
que la serie cuenta con un reparto (tanto los actores de siempre como las
nuevas incorporaciones) y un guion excelentes, aunque este último no ha retratado con fidelidad algunos acontecimientos, y tampoco podemos olvidarnos de la
maravillosa fotografía y el espléndido vestuario que los han acompañado durante
los ocho episodios.
Además de todos estos puntos positivos, me
gustaría destacar el trabajo de Jenna Coleman como Victoria. Su interpretación es
exquisita, se nota que está cómoda en el personaje, y su Victoria es una mujer
fuerte, decidida y tenaz, pero también vulnerable. Su dupla con Albert (Tom
Hughes) es perfecta y me encanta ver cómo entre tanta polémica sentimental entre parejas reales, ésta se profesa un
gran amor y respeto mutuo.
Por otro lado, me gustaría hablar del lado
maternal de la protagonista. Todo el mundo cree, y más si nos encontramos en el
siglo XIX, que la mujer, por naturaleza, ansía ser madre y que ése es su único
objetivo en la vida. Sin embargo, Victoria no se encuentra en este grupo ya que
no quiere ser madre. No tiene instinto maternal y le cuesta crear lazos con sus
hijos. Incluso en uno de los episodios podemos ver como la monarca, tras dar a
luz a su segundo retoño, siente una tristeza inmensa y nadie la entiende ya que
todas las mujeres cuando dan a luz deben sentirse increíblemente felices.
Lo que en realidad ocurre es que ésta sufre depresión posparto y éste fue un
punto muy interesante que el capítulo supo reflejar de manera notable. Por lo
tanto, me ha gustado ver esta cara de Victoria ya que este personaje refleja
muy bien lo que muchas mujeres sienten cuando expresan su deseo de no ser
madres ya que sienten que hay otras prioridades en sus vidas. En este sentido,
Victoria podría ser perfectamente una mujer del siglo XXI.
Además de las tramas de esta segunda entrega, la serie regresó el 25 de diciembre con Comfort and Joy, un
especial navideño de hora y media de duración en el que las historias que vimos en
el último capítulo de la temporada llegaron a una conclusión y todo esto se
desarrolló en un precioso ambiente navideño de lo más victoriano.
Victoria ha vuelto por todo lo alto con unas tramas muy personales, unos personajes que enganchan
y un guion y una estética de lo más cuidados. Sus ocho capítulos y su especial
de Navidad me han dejado con un gran sabor de boca y esto no hace más que
aumentar mis ganas por su próxima temporada, que seguramente llegará en el
último trimestre de este año que acabamos de estrenar. Sin ninguna duda, la
segunda entrega de Victoria ha sido un bonito regalo que ha hecho que me
haya acabado de enamorar por completo de la serie.
¿Y vosotros? ¿Sois fans de Victoria?
¡Hasta la próxima!
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Fotografías: Jenna Coleman Online y
Express.co.uk
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