Nellie Bly, la vuelta al mundo en 72 días y otros escritos
¡Hola, chic@s! El pasado Sant Jordi me
hice con el libro Nellie Bly, la vuelta al mundo en 72 días y otros
escritos, y para mí ha sido un descubrimiento en todos los sentidos. No
sólo he descubierto a Bly sino que también me ha sorprendido todo lo
que he aprendido a través de sus artículos y hazañas. ¿Por qué no me
hablaron de ella en el colegio?
Considerada por muchos como la autora del
periodismo de investigación, Nellie Bly (1864-1922) no tuvo una vida fácil,
aunque eso no fue un obstáculo para ella ya que se convirtió en una de las
periodistas más importantes de finales del siglo XIX. Se movió en un mundo
hecho por y para los hombres, pero eso no la paró y consiguió plasmar su nombre
en la Historia. El libro que protagoniza la entrada de hoy es una recopilación
de sus escritos y sinceramente, mientras leía sus palabras no podía evitar
visualizarla como una mujer del siglo XXI. Es increíble lo adelantada que era
para su tiempo y cómo los derechos que las mujeres defendemos hoy en día son
los mismos que Bly proclamaba.
El libro está dividido en 7 partes y cada
una de ellas se centra en los casos que investigó. En el primer capítulo
titulado Reunir a las chicas de verdad, Bly critica el machismo
de la sociedad y cómo las mujeres son solamente valoradas para las tareas
domésticas y la maternidad. Nellie aboga para que las mujeres tengan acceso a los
estudios, y por lo tanto a una educación, y cree firmemente que las mujeres
pueden hacer perfectamente el trabajo que está diseñado exclusivamente para los
hombres:
Si las chicas fueran chicos,
bien pronto se diría: “Que empiecen por donde quieran; si tienen ambición,
podrán labrarse un nombre y fortuna”. (...) Un joven que empiece de chico de
recados podrá abrirse camino hasta formar parte de la empresa. Las chicas son
igual de listas, aprenden mucho más rápido; ¿por qué, entonces, no pueden hacer
lo mismo? (...) Los comerciantes aseguran que las mujeres son mejores
dependientas. ¿Por qué no enviarlas como viajantes de comercio? Son capaces de
hablar igual que los hombres; al menos, los hombres afirman que es un hecho
constatado que hablan mucho más y con mayor rapidez. (...) Sus vidas serían más
alegres, su salud mejoraría, sus bolsillos estarían más abultados, a menos que
sus patronos hicieran lo mismo que ahora: pagarles la mitad porque son mujeres.
Bly trata en el capítulo Otra vez
infiltrada, la brecha salarial que existe entre hombres y mujeres y
cómo estas últimas sufren explotación en sus trabajos. Para ello, Nellie se
hizo pasar por una chica más que buscaba trabajo en una fábrica en la que hacían cajas, y una vez contratada investigó desde dentro cómo los jefes trataban a
sus empleadas:
Las mujeres les resultaban atractivas a
los empleados en parte porque las veían como una mano de obra más dócil y fácil
de manejar, pero también porque costaban menos dinero. Casi siempre se las
contrataba para los puestos menos cualificados y ganaban entre la mitad y un tercio del salario que percibían los
hombres.
Uno de mis capítulos favoritos es La
cuestión de la mujer y me encantó leerlo ya que descubrí cosas
interesantísimas. Por ejemplo, descubrí que en el siglo XIX hubo una mujer
llamada Belva A. Lockwood, que fue candidata a presidenta de
los Estados Unidos de América. Me pareció increíble no conocer ese dato hasta
que leí este libro. Lockwood luchó por los derechos de la mujer y era feminista,
aunque el término aún no estaba en uso. Hay un apartado de este capítulo
titulado ¿Las mujeres deberían tener derecho a pedir la mano?, y
en el que Bly entrevista a diferentes personalidades para saber qué opinan al
respecto. Lo curioso del caso es que los hombres apoyaban esta iniciativa, pero
en cambio las mujeres eran mucho más reticentes.
Una de las partes más perturbadoras del
libro es la que se llama En el manicomio y en ella seremos
testigos de cómo Bly se hizo pasar por loca, de manera literal, para poder
entrar en el sanatorio de Blackwell’s Island y demostrar los malos tratos que
recibían las mujeres que se encontraban allí internas por parte de los
facultativos de aquel oscuro centro. Las mujeres que había allí recibían todo
tipo de vejaciones; las golpeaban, estrangulaban (como lo leéis), se burlaban
de ellas, les arrancaban el pelo produciéndoles clapas, las bañaban en agua
helada o las toallas que tenían las compartían entre todas (algunas sufrían enfermedades de la piel), entre otras cosas.
El maltrato físico y psicológico era constante. Uno de los párrafos que más me
impactaron es en el que Bly narra como las pacientes más peligrosas estaban atadas a una cuerda y tiraban de un carro en el que se encontraban sentadas las enfermeras.
Bly también sufrió humillaciones y
descubrió que en el sanatorio había mujeres perfectamente cuerdas pero que
estaban ahí por tener, por ejemplo, mal genio, también por no saber expresarse
en inglés o por ser un estorbo para sus familias. Muchas de ellas entraban
mentalmente sanas, pero la soledad del manicomio y la falta de libertad las volvía completamente
locas.
Y así fue como la señora Louise Schanz
acabó condenada al sanatorio, sin una sola oportunidad de hacerse entender.
¿Hay alguna excusa para tal negligencia, me pregunto, con lo fácil que es
conseguir un intérprete? (...) Aquí se trataba de una mujer a la que se había
sacado del mundo libre, sin su consentimiento, para meterla en un sanatorio,
sin oportunidad de mostrar su cordura. Confinada de por vida, con toda
probabilidad, tras los barrotes de un manicomio, sin decirle en su idioma ni
tan siquiera por qué. (...) La señora Schanz rogó en alemán que le contaran
dónde estaba e imploró su libertad.
El capítulo llamado Trotamundos está
dedicado a la gran hazaña de Nellie Bly: dar la vuelta al mundo en menos de 80
días para superar el récord de Phileas Fogg, el personaje ficticio creado por
Julio Verne en La vuelta al mundo en 80 días. Imaginad lo impactante que
fue para la época ver a una mujer viajar sola por el mundo con un simple bolso
de mano como equipaje. Bly consiguió el récord ya que hizo su travesía en 72
días y fue una heroína para todo el país. A través de sus palabras conocemos
los diferentes destinos que visitó gracias a las descripciones de los lugares y
sus tradiciones. Su carrera fue de lo más emocionante y el orgullo que los
ciudadanos sentían por ella se contagia en el lector. Una vez más, Nellie
demostró ser una mujer llena de coraje, fuerza y valentía.
Sin embargo, esta mujer es una caja de
sorpresas y ésta no fue su única proeza ya que en la recta final de su carrera
estalló la Primera Guerra Mundial, y consiguió posicionarse en el frente para
poder informar de lo que estaba ocurriendo en las trincheras. El capítulo En
la línea de fuego fue bastante duro de leer por todos los horrores que
Bly narra, y una vez más te das cuenta del daño que causan las guerras en los
ciudadanos y cómo los jefes de estado miran para otro lado sin preocuparse de
nada. Es una auténtica vergüenza y causó en mí un sentimiento de tristeza e
impotencia.
El capítulo que cierra este libro se llama
Querida Nellie y en él se narra como la periodista, a través de
una columna que tenía, ayudaba a sus lectores y, entre otras cosas, ayudó a muchos
niños a encontrar un hogar. Es un capítulo breve que narra un caso lleno de
esperanza, pero hay otro que sirve para exponer las decepciones Nellie Bly. Es
un capítulo agridulce y con él llegamos al final de este magnífico libro.
Nellie Bly es una mujer que ha inspirado a
muchas personas y fue un ejemplo en su país, pero por desgracia su nombre no ha
llegado con la misma fuerza a otras partes del mundo. Nunca había oído hablar
de ella pero este libro me ha descubierto a una mujer admirable y realmente
fascinante a la que se le tendría que dar más visibilidad. Desde aquí os animo
a que os hagáis con esta apasionante obra ya que no os arrepentiréis. Quedaréis
maravillados por todo lo que vivió y seréis testigos de que los héroes, en este
caso heroína, también son de carne y hueso.
¡Hasta la próxima!
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Fotografías: Penguin Random House, Capitán Swing, Wikipedia y Pinterest
Lo estoy ojeando continuamente...me encantan los libros de exploradoras y exploradores...Siempre los tengo cerca de mí. Me alegra saber que has disfrutado tanto con el libro....lo cierto es que dan ganas de coger la mochila y marcharse...
ResponderEliminarUn abrazo y feliz verano
¡Hola, María!
EliminarDescubrí a Nellie con este libro y ojalá la hubiera descubierto antes. ¡Me hubiese encantada conocerla! Fue una todoterreno y me ha encantado perderme en todas y cada una de sus aventuras.
¡Un beso y feliz verano para ti también!