El Regreso de Mary Poppins (Mary Poppins Returns) (2018)



¡Hola, chic@s! Cuando era una niña había tres cosas que no me gustaban mucho de Mary Poppins. La primera era el carácter un tanto prepotente de la niñera cuando esta lee lo que le ha dicho su cinta métrica mágica: Mary Poppins, prácticamente perfecta en todo. La definición en sí no me molestó, pero sí cuando segundos antes le dice a Jane que es un poco marisabidilla. ¡Mary Poppins, tú también lo eres! El segundo punto se centra en Bert y ella ya que mi romanticismo empedernido quería irremediablemente que acabaran juntos. ¡Nunca pasó! Y el tercero es su final. No sabéis la pena que me invadía cuando Mary Poppins dejaba a los Banks. ¡Quería que se quedara a vivir con ellos! Con el paso de los años empecé a ver la película con otros ojos, unos más adultos, y me di cuenta de detalles y mensajes que no percibí cuando era una niña. Todo se volvió mucho más emotivo para mí. Este clásico de Disney forma parte de mis películas favoritas y de vez en cuando vuelvo a él. Por este motivo, cuando se anunció el rodaje de El regreso de Mary Poppins, su más que tardía secuela, no sabía qué pensar. ¿Era necesario? No sabía si era un movimiento acertado, pero luego empezaron a salir los trailers y las fotografías y me invadió una gran ilusión. A lo mejor no era una mala idea traer de vuelta a la niñera más mágica del cine y así una nueva generación tendría la oportunidad de perderse en ese mundo de fantasía y esperanza que siempre va con ella. Ayer vi El regreso de Mary Poppins, tras meses de ansiada espera, ¡y aquí tenéis mi opinión!

El regreso de Mary Poppins nos lleva de vuelta a la calle del Cerezo, pero esta vez han pasado 24 años desde que Mary Poppins dejó a los Banks. Nos encontramos en la década de los 30 y Londres vive sumergida en la Gran Depresión, una época de lo más triste y gris, que hace que muchos de sus ciudadanos se encuentren a las puertas del desamparo. Jane y Michael Banks ya no son esos niños que conocimos en su día porque han crecido y ahora son dos adultos. Mientras la primera sigue la estela de su madre al luchar por los derechos de los demás, en este caso los trabajadores, su hermano Michael vive en la famosa casa en la que se crió, pero en esta ocasión con sus tres hijos y Ellen, su ama de llaves. No son buenos tiempos para el nuevo patriarca de los Banks ya que debido a la pérdida de su esposa todo su mundo se está viniendo abajo poco a poco. Ante el desastre que se acerca, Mary Poppins vuelve a bajar del cielo para poner en orden las vidas de aquellos niños que en su día estuvieron a su cargo y descubrieron un mundo que solo los ojos de aquél que conserva a su niño interior puede ver.

Esta película ha sido todo un torbellino de emociones para mí. He llorado y reído y la historia, como su protagonista, es prácticamente perfecta en todo, pero hay un punto que creo que no ha estado a la altura. Sin embargo, empecemos por lo positivo. El regreso de Mary Poppins es un homenaje a la película original y, según se mire, esto puede ser un punto a favor o un hándicap para el espectador. Para el que espere una historia totalmente nueva y que quiera desprenderse de la estela de su predecesora aportando su propia identidad, entonces esta no es su cinta ya que los guiños y los paralelismos con el film de 1964 son constantes. En este sentido, no han arriesgado mucho. A mí esto no me ha molestado porque precisamente me encuentro en el otro bando, en ese que esperaba darse un baño de nostalgia sin ningún disimulo. Muchos han dicho que la película puede ser un poco manipuladora, pero no me ha importado en absoluto ya que ha sido como volver a tener 5 años y creo que muchos de los adultos que se encontraban en la sala se han sentido igual. Veo esta secuela como un regalo para aquellos que crecimos con la película de Julie Andrews y la cinta de Rob Marshall cumple con creces su cometido.


La fotografía y el vestuario son una maravilla y gracias a la magia del cine volvemos a ese Londres de hace 54 años que todos recordamos con mucha nostalgia y melancolía. La recreación es perfecta. Y para que este mundo vuelva a estar vivo necesitamos a los personajes que habitan en sus calles. Emily Blunt está estupenda como Mary Poppins. La británica sabe hacerse con el papel desde el primer momento y su versión se asemeja más a la de los libros de P.L. Travers ya que su Mary Poppins es más ácida y muestra un carácter un tanto distante y soberbio. Al principio no estaba segura de si iba a empatizar con ella, pero poco a poco, y aunque sigue manteniéndose firme, va dejando caer a través de pequeños detalles esa humanidad y bondad características del personaje. Lin-Manuel Miranda es Jack, un farolero que de niño conoció a Mary Poppins y que ahora acompañará a la niñera y a los niños de los Banks en sus aventuras. Miranda se maneja bastante bien en su papel, al igual que los secundarios, que son todos de altura, pero tenía muchísimas ganas de escribir esta review, entre otras cosas, para hablar de Dick Van Dyke. Cuando supe que el actor iba a estar en la secuela di saltos de alegría. No sé vosotros pero Dick Van Dyke es mi infancia y este hombre siempre ha sido sinónimo de energía, alegría y optimismo, y lo más bonito es que consigue contagiarlo. Así que ayer su intervención me hizo llorar de alegría, emoción y nostalgia. Y no fui la única. Su escena en el banco es corta, pero crea el enlace más perfecto y directo con la película original. Y hablando de personajes… ¿Soy la única que piensa que el personaje de Angela Lansbury era el que estaba destinado para Julie Andrews?

Las escenas musicales están muy logradas mostrando una gran puesta en escena con increíbles coreografías y las escenas animadas mantienen la esencia de la original. Sin embargo, llegamos al punto que no me ha convencido y este son las canciones. Los temas compuestos para la película original se te quedan grabados en la memoria, no se olvidan, y es imposible no tararearlos o cantarlos. Desgraciadamente, aquí no ocurre lo mismo y en mi caso, solo recuerdo dos temas musicales y creo que en parte esto se debe porque ambos aparecen en los trailers y por lo tanto, ya los había escuchado con antelación.




El regreso de Mary Poppins es la reinvención de un clásico y un regalo perfecto para esta Navidad ya que está lleno de nostalgia, emoción y diversión. Al igual que pasa con Jane y Michael, Mary Poppins consigue que volvamos a conectar con nuestra niñez y nos enseña a ver las cosas de otra manera. Es una película que trata temas como el capitalismo, la pérdida y cómo recuperar esa ilusión y fuerza para seguir hacia adelante. La película original nunca podrá ser superada, eso es una hazaña imposible, pero es una secuela que he disfrutado mucho. Ahora os toca verla a vosotros y si lo hacéis quiero conocer vuestra opinión.

¡Hasta la próxima!

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Fotografías: Disney, IMP Awards, Hollywood Reporter




Comentarios

  1. ¡Hola Laura!! ¡Feliz navidad!! No soy mucho de ver este tipo de películas (creo que no soy tan nostálgica como tú...), pero después de leer tu reseña creo que voy a llevar a mis sobrinas a verla, que les va a encantar
    Besos

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    Respuestas
    1. ¡Hola, Marian!

      ¡Genial! Seguro que la disfrutarán mucho :) ¡Y Feliz Navidad para ti y todos los tuyos!

      ¡Un beso!

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  2. Hola Laura!

    La verdad es que estaba decidida a no verla, pero después de leer tu opinión he cambiado de opinión a ver qué tal, espero que no me decepcione. Soy incondicional de la Mary Popins original.

    Un beso!

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    1. ¡Hola, Mari Carmen! La película original siempre será un icono, y la mejor, pero esta secuela también es muy buena, aunque es cierto que si la comparamos con la original entonces sale perdiendo, pero si la miramos como película individual está muy bien.

      ¡Espero que te guste!

      ¡Feliz año! ¡Un beso!

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