Spider-Man: No Way Home (2021)

 

Fuente: Sony

Esta entrada contiene muchísimos spoilers.

 

¡Hola, chic@s! La entrada de hoy es atípica y especial, ya que voy a hablar de Spider-Man: No Way Home, la última entrega de la trilogía protagonizada por Tom Holland, una película que ha aterrizado en las salas de cine rodeada por unas expectativas mastodónticas, y desde aquí os digo que las cumple todas. Los que seguís mi blog sabéis que no he visto todas las películas del Universo cinematográfico de Marvel; de hecho, solo he visto Infinity War y Endgame, y lo hice porque sabía que estas dos entregas eran dos acontecimientos cinematográficos y quería ser testigo de ellos. Yo soy así. No he visto todas las películas porque llegué muy tarde a ellas y me da mucha pereza empezar desde cero, pero también hay superhéroes que no me llaman para nada la atención y esto supone un hándicap bastante importante, ya que todas las cintas están relacionadas entre sí. A pesar de no haberlas visto, sí he leído sobre estas producciones, así que más o menos estoy situada en el contexto, aunque sé que me habré perdido millones de referencias. ¿Por qué he acudido al cine a ver esta película? Muy sencillo: el factor nostalgia. En el tráiler de Spider-Man: No Way Home vi que personajes como el Doctor Octopus o el Duende Verde serían parte de la película y estos villanos acompañaron al Peter Parker de Tobey Maguire: el Spider-Man de mi generación. Por lo tanto, esto ya hizo que me interesara por la película, además de que los actores eran los mismos. A medida que pasaban los días, nuevos rumores iban ganando fuerza y uno de ellos era la materialización del conocido multiverso. Si aparecían los villanos que habían derrotado los Spider-Man de Tobey Maguire y Andrew Garfield, ¿entonces esto significaba que ellos también iban a hacer acto de presencia? Esto ya hizo que mi corazoncito se derritiera por completo, así que cogí mis entradas y me planté en el cine para ver si todas las teorías expuestas en la red se hacían realidad… o no.

El final de Spider-Man: Far From Home fue muy caótico, ya que la identidad del hombre araña fue revelada, así que en esta nueva entrega Peter Parker intenta arreglar todo este lío con la ayuda de Doctor Strange; sin embargo, las cosas no salen como ellos esperaban y el hechizo que iba a liberar a Peter de todas sus preocupaciones se tuerce un poco al traer a los villanos que conocen la identidad de Spider-Man, y con esto me refiero a villanos de diferentes universos. Spider-Man: No Way Home es una montaña rusa de principio a fin y está llena de acción e intensidad. Es una película que no da respiro, es una auténtica locura, y se disfruta muchísimo. Es un blockbuster espectacular que despierta muchísimas emociones y quiero destacar dos puntos que os expondré a continuación.

 

La unión de 3 generaciones

El cine nos ha dado tres Spider-Man en acción real: Tobey Maguire, Andrew Garfield y Tom Holland. Cada uno tiene a su Spider-Man favorito y en mi caso es el de Tobey Maguire. No seguí al Spider-Man de Garfield y al de Holland lo he visto en tres películas. Siempre que un actor es reemplazado por otro sentimos cierta aversión por el sucesor, pero esta película consigue algo maravilloso: que los tres coexistan e interaccionen entre sí. La aparición de Garfield y Maguire en pantalla fue algo inexplicable. Cuando el primero apareció se produjo un grito ahogado y todos contuvimos la respiración porque sabíamos lo que estaba por venir. Si Garfield estaba allí Maguire haría lo mismo, y efectivamente así ocurrió. Cuando el actor apareció los que nos encontrábamos en el cine empezamos a gritar y aplaudir. Fue algo espectacular. Se me pone la piel de gallina nada más recordarlo y esto es lo que me gusta de la cinta, ya que de algún modo a todos nos unían las mismas emociones. Spider-Man: No Way Home es mucho más que una película: es una parte de nuestras vidas que queremos volver a rememorar. A pesar de que Maguire es mi Spider-Man el que más me gustó fue Garfield. Su hombre araña aún lleva con él la muerte de Gwen y esto es algo que le impide avanzar en su totalidad. Es un Spider-Man que está en duelo y me conmovió muchísimo. La culpa forma parte de su existencia, pero su redención tiene lugar cuando consigue salvar a la M.J de Tom Holland de una muerte segura y en una escena que recuerda mucho a la que vivió con Gwen. Es un momento muy emotivo y la calidad actoral de Garfield es indudable. Si hablamos de las interacciones entre Maguire, Garfield y Holland, solo puedo decir que son oro puro. Estas están llenas de momentos entrañables, emotivos y cómicos, pero también tenemos nuestra merecida dosis de épica, porque una no ve todos los días a tres Spider-Man en acción y ya os digo que es algo fuera de serie. Otra cosa que también me gustó mucho fue cómo la película habla a los espectadores, ya que los personajes reflejan algunas opiniones del público como, por ejemplo, las críticas que en su día recibió el Spider-Man de Garfield. De algún modo, esto hace que nos olvidemos de las comparaciones y que nos reconciliemos con los conflictos que en su día despertó esta encarnación. Por último, no me quiero ni imaginar el gran trabajo que ha supuesto para los responsables de esta película el poder haber reunido a este gran elenco de actores (incluidos los villanos). Se merecen toda mi admiración y respeto porque no ha tenido que ser nada fácil.

 

Un final que nos muestra el origen de un héroe

Muchos pueden creer que esta película marca el final de Spider-Man, pero para mí es todo lo contrario. Personalmente pienso que la trilogía de Holland ha sido una especie de precuela que lo ha llevado al origen del personaje: al Spider-Man del cómic. Esta encarnación siempre ha destacado por su carácter adolescente y un tanto inmaduro y esta película supone un gran mazazo para él al perder, de alguna manera u otra, a sus seres queridos y aliados. Al final de la película nadie recuerda a Peter Parker, y el joven debe empezar de cero y completamente solo. Esto puede parecer desesperanzador, pero es todo lo contrario ya que dirige al personaje a sus orígenes más clásicos. Peter se encuentra en Nueva York y vive en un cuchitril, que por cierto me recuerda al apartamento del Spider-Man de Maguire, donde se confecciona su propio traje de Spider-Man, algo que hace que toda la tecnología proporcionada por Stark quede atrás. Peter rompe con todo y el camino que experimenta a lo largo de la película nos confirma que en el futuro vamos a ver a un Peter Parker mucho más maduro y adulto. El niño ha quedado atrás y ahora nos espera una nueva versión que promete.

Spider-Man: No Way Home es un auténtico regalo con el que ríes y lloras y es una historia épica que demuestra que el cine lo puede todo. Me enorgullece mucho que Marvel haya hecho posible que estos tres Spider-Man dejen de ser vistos como competidores y que a partir de ahora sean vistos como aliados. Además, no sabéis lo que me alegra que Maguire y Garfield ya sean oficialmente parte de este universo cinematográfico tan extenso. Las emociones que despierta esta película solo se viven una vez, así que disfrutad mucho de la primera vez porque luego no lo volveréis a vivir de la misma manera. Estamos ante el gran blockbuster del año y se puede decir que el cine dice adiós al 2021 por todo lo alto. Sin duda alguna, ha sido un viaje memorable que nos ha llevado al pasado, al presente y al futuro y esta película ha devuelto esa emoción y unión que el cine venía pidiendo a gritos desde marzo de 2020. Gracias.

¡Hasta la próxima!

 

P.D. Desde aquí también quiero mencionar la aparición que en esta película hace el actor Charlie Cox para integrar a su Daredevil a este universo y que nos recuerda que los personajes que estuvieron con él en The Defenders también quedan confirmados.

 

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