Por Trece Razones (13 Reasons Why)

¡Hola, chic@s! El pasado mes de marzo llegó a Netflix 13 Reasons Why, una serie basada en la novela homónima de Jay Asher, y que nos relata el infierno que tuvo que pasar la joven Hannah Baker antes de suicidarse. El recurso utilizado en esta historia, y que llama mucho la atención, es que la protagonista narra las razones que la llevaron a acabar con su vida a través de una serie de cintas de cassette que van llegando a sus compañeros de instituto y gracias a ellas conocemos cuándo y cómo comenzó su declive.

La serie protagonizada por Katherine Langford (Hannah) y Dylan Minnette (Clay) relata de una manera muy directa y dura un tema tan delicado y lleno de actualidad como es el bullying. Muchos dicen que es una serie muy morbosa, y puede que tengan razón ya que hay escenas muy gráficas que son difíciles de ver, pero me ha gustado que sea tan cruda porque creo que muchas de las situaciones que vive Hannah en el instituto con sus compañeros también las han vivido (y viven) diferentes adolescentes, y de esta manera podemos darnos cuenta de lo que puede ocurrir en los centros de enseñanza. No debemos olvidar que a veces, tristemente, la realidad supera a la ficción.

Es cierto que en ocasiones el ritmo de la serie ha sido un tanto irregular y algunos episodios han sido un poco lentos, pero esta historia ha retratado de manera brillante el comportamiento que las personas suelen tener ante el acoso escolar y que por desgracia también ocurre en la vida real y nos tendría que hacer reflexionar. El primer punto que más me llamó la atención es cómo los compañeros de Hannah se lavan las manos e intentan trivializar la muerte de la joven diciendo que era una dramática y una histérica y de esta manera evitan admitir su parte de culpa. Solamente les importa mantener su imagen de niños buenos mostrando de esta manera un gran cinismo e irresponsabilidad. El segundo aspecto que me ha parecido muy real es el que muestran algunos jóvenes que quieren ser aceptados por el grupo de alumnos populares y si eso significa denigrar a un compañero pues se hace y punto. Este es el caso de Alex, que originalmente era amigo de Hannah, pero poco a poco se fue alejando de ella para acabar en el grupo que al final acabó matándola. Sin embargo, estas decisiones pueden perseguirnos después y tener consecuencias en nosotros. El tercer punto es la misoginia que muestran los adolescentes y que la sufren los personajes de Jessica y Hannah ya que en algún punto las dos jóvenes han sido vistas como objetos sexuales,  han sido denigradas y han usado la violencia en ellas. Por otro lado, tenemos el centro educativo que hará todo lo necesario para limpiar su imagen y si para eso es necesario ir a juicio y declarar a Hannah culpable se hará. Estos aspectos me hicieron recapacitar sobre qué tipo de educación se les está dando a los más jóvenes y la irresponsabilidad, que no sólo muestran los adolescentes ante sus actos, sino también los institutos y las escuelas, que muchas veces le quitan hierro al asunto y luego pasa lo que pasa.

Muchos han dicho que 13 Reasons Why no necesitaba volver a Netflix porque su historia está más que cerrada, pero no estoy de acuerdo con esto ya que el desenlace deja muchas tramas abiertas y los personajes tienen que enfrentarse a lo que le hicieron a Hannah y dar la cara (o pagar por ello).

13 Reasons Why es una serie que me removió por dentro, me impactó, me hizo llorar y me indignó porque me demostró que aún tenemos mucho que aprender. ¿La recomiendo? Por supuesto. Es una serie muy necesaria porque aunque peque de ser comercial nos muestra la actitud pasiva que tenemos ante el acoso escolar, no le damos importancia, y esto tendría que cambiar. Tendríamos que ser más tolerantes y activos ante un problema de estas características y los padres deberían intentar romper esa barrera que sus hijos a veces crean a su alrededor para hablar con ellos y conocer sus preocupaciones e inquietudes.

¿Vosotros habéis visto 13 Reasons Why? ¿Qué os parece?

¡Hasta la próxima!

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Segunda imagen: www.culturaocio.com