Nosferatu (2024)
Fuente: Fotogramas |
¡Hola, chic@s! Cierro
el 2024 con mi review de Nosferatu, remake
de la película de 1922, un film icónico debido, entre otras cosas, por todas
las leyendas que han crecido a su alrededor.
No es ningún secreto
que la Nosferatu original es la
primera adaptación cinematográfica de Drácula, la novela de Bram Stoker, lo que
ocurre es que cuando la rodaron no pidieron permiso a los descendientes del
autor – de hecho, dijeron que era una adaptación libre - , y Florence, la mujer
del escritor, se metió en una batalla legal que ganó y gracias a esto le
tuvieron que entregar todas las copias de la película - unas copias que
posteriormente quemó y que hizo que el film dejara de existir -. No obstante,
para finales de los años 20 del siglo pasado, se recuperaron algunos negativos
y la película finalmente vio la luz en Nueva York - si estáis interesados podéis verla completa en
YouTube -. Como he dicho más arriba, muchas han sido las leyendas e historias
malditas que han crecido alrededor de este largometraje y estos relatos, que
rozan lo fantástico, le han otorgado a la cinta un estatus grotesco y morboso que
nadie se ha molestado en desmentir.
Esta nueva adaptación
está dirigida por Robert Eggers y en su reparto podemos ver nombres de la talla
de Willem Dafoe, Lily-Rose Depp, Nicholas Hoult o Bill Skarsgård. El tráiler
despertó el entusiasmo de los espectadores, así que la pregunta es la siguiente:
¿esta nueva versión está a la altura?
Nosferatu narra la historia del Drácula de Bram Stoker, y se nota lo mucho que bebieron de
ella, por no decir otra cosa, porque lo único que cambia es la localización, en
este caso nos encontramos en Alemania, y los nombres de los personajes. El
resto no hace falta que lo explique porque ya lo conocéis.
Personalmente es una película que me ha gustado mucho,
pero al mismo tiempo no me ha entusiasmado, y ahora os cuento por qué. Este
film es, técnicamente, una obra de arte. Eggers consigue crear un cuento
gótico, que incluye homenajes al expresionismo alemán, bellísimo y hay planos que parecen
estar sacados directamente de un lienzo. Además, hay escenas que son muy
teatrales y esto ayuda a la hora de dar un toque clásico a la historia. Lo
bello y lo macabro están en todo momento conectados y la conjugación de estos dos
puntos tan opuestos me ha dejado totalmente fascinada. Por otro lado, me ha
parecido muy interesante que de fondo tengamos el tema de la moralidad
victoriana, una moralidad más bien hipócrita, y que negaba por completo la
posibilidad de que la mujer pudiera sentir cualquier tipo de deseo carnal. ¿La
mujer no tenía ningún instinto sexual? Claro que lo tenía y la película nos
muestra esa otra cara que la sociedad del siglo XIX se negaba a ver.
Si nos centramos en su reparto debo decir que Lily-Rose
Depp me ha sorprendido mucho, ya que ofrece una interpretación física que pone
los pelos de punta. Por otro lado, Nicholas Hoult también hace un papel
estupendo como el sufrido esposo que cae preso del Conde. Ambos me han gustado
mucho y no tengo ninguna queja. Sin embargo, a continuación viene el punto que
ha hecho que para mí la película no sea redonda, y este tiene como protagonista
al Conde Orlok. Veamos, el famoso conde de Nosferatu
siempre ha ido asociado al rostro de Max Schreck, un actor que para muchos es
un enigma, llegando al punto de especular con la posibilidad de que el intérprete era un vampiro de verdad.
El listón estaba muy alto, pero Bill Skarsgård aceptó el reto
encantado. ¿Lo ha hecho bien? La interpretación del actor es buena y valoro
mucho el trabajo hecho con su voz, y también su caracterización, porque el
vampiro queda retratado como un monstruo y no se le da ningún rasgo - ni rango
- romántico; no obstante, su encarnación del Conde no me ha producido ningún
tipo de miedo y para mí esto era algo
fundamental. Es cierto que hay un par de momentos que te mantienen en alerta,
pero ya está, todo el potencial se queda ahí y es una pena porque el personaje
prometía mucho. Por otro lado, el rostro del vampiro se revela demasiado pronto
– en la película original ocurre igual – y esto termina rápidamente con la
tensión.
Nosferatu es una película visualmente
perfecta, una maravilla que te deja pegada a la pantalla y que te mete de lleno
en su historia llena de oscuridad. Sin embargo, no he conseguido una conexión
total con ella porque el personaje de Orlok no ha producido en mí el efecto que
esperaba. Puede que la sombra de Schreck se haya encargado de eso, ya que cuando
pienso en Nosferatu la primera imagen
que viene a mi cabeza es la de su tétrico rostro. ¿Recomiendo verla? Sí que la recomiendo porque a pesar del inconveniente con el personaje del Conde, el
resto de la película es una obra de arte y merece ser vista. El mundo de Nosferatu está lleno de sombras y es una
delicia perderse en ellas (con o sin vampiro siniestro).
Bueno chic@s, llegamos al final de la reseña y con
ella os deseo a todas y todos un muy feliz 2025. Estos 12 meses me han traído
cosas buenas y no tan buenas, pero de estas últimas siempre he sacado un aprendizaje personal que me ha hecho más fuerte. Espero que este año que está a punto de empezar nos siga
trayendo películas, series y libros para comentar. ¡Seguro que será una vuelta
al sol espléndida!
¡Hasta la próxima!
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