Una Chica Años Veinte: Un libro perfecto para el verano
No hace falta ser un lince para darse cuenta de que Lara Lington no
atraviesa un buen momento: su novio le ha dado esquinazo, su mejor amiga se ha
largado a Goa y la empresa de cazatalentos que ha montado con ella se va al
garete.
Ya es hora de que algo le salga bien. Pues no. En plena tormenta
existencial, aparece nada menos que el fantasma de su tía abuela Sadie,
recientemente fallecida a la edad de 105 años. Con el aspecto y la marcha de
una joven de los años veinte, Sadie la apremia para que recupere un misterioso
collar desaparecido en extrañas circunstancias, sin el cual nunca podrá
disfrutar en paz de su eterno descanso.
Y aunque Lara intenta tomárselo con calma, la impulsiva Sadie la empujará a
través de un alucinante y laberíntico enredo en el que se verán envueltos
personajes como su repelente prima Diamanté, un estirado ejecutivo
norteamericano y hasta la misma policía, que se pondrá a husmear ante la
sospecha de un improbable asesinato. Así, a lo largo de este hilarante laberinto,
Lara acabará convencida de que, si cuentas con la ayuda de un fantasma, al
final las cosas siempre se arreglan.
¡Hola
a tod@s! ¿Cómo lleváis el verano? ¡Hace muchísima calor! Viendo el tiempo que
hace lo único que apetece es ir a la playa o a la piscina para darse más de un
chapuzón y tomar el sol. ¿Y qué falta para que la tarde de playa o piscina sea
perfecta? Una bebida bien fresquita, un helado, música… un libro. Muchas veces
los libros son el complemento perfecto para una tarde calurosa de verano y aquí
os traigo uno de lo más entretenido y divertido: Una chica años veinte, de
Sophie Kinsella.
Llegué
a esta historia gracias a la recomendación de una amiga y la verdad es que el
libro no me ha decepcionado en absoluto. Nunca había leído nada de Sophie
Kinsella pero ahora me la apunto en mi lista de autores pendientes. Una
chica años veinte nos relata como Lara Lington, una chica de 27 años
normal y corriente, se encuentra con una persona inesperada en su vida: su tía
abuela Sadie. Hasta aquí todo bien pero es que Sadie está muerta y se me ha
olvidado deciros que su tía abuela es más bien… un fantasma. Lara nunca conoció
a Sadie en vida, o no logra recordarla, y ahora, después de su muerte, viene a
hacerle una visita. Pero no es la tía abuela que todos estáis
imaginando con su moñito blanco, su sonrisa encantadora y tejiendo en su sillón
mientras del horno viene un dulce olor a
galletas. No. En este caso, Lara y los lectores, conocemos a la Sadie de los
años veinte, una joven excéntrica, llena de energía y que está
loca de remate. ¿Por qué se le aparece a
Lara? Pues bien, cuando Sadie está a punto de ser incinerada, ésta se aparece a su sobrina nieta para que paren su funeral
ya que necesita saber donde está su collar. Sin él no podrá descansar y avanzar
hacia la luz. Imaginaros la situación, ¿cómo vas a parar un funeral? ¿Dices que
el fantasma de tu tía abuela te lo ordena? La gente pensará que estás para que te
encierren. Pues es a partir de este momento cuando empezarán a desencadenarse
situaciones esperpénticas una tras otra que nos harán reír a carcajadas. ¿Logrará
Lara parar el funeral y conseguir el collar?
Una
chica años veinte es un libro de temática chick-lit
(historias de chicas veinteañeras o treintañeras con problemas en el trabajo y
el amor) así que no sé si la gente que no sigue este género le gustará.
Independientemente de esto, la historia es muy divertida.
La
relación entre Sadie y Lara no empieza con muy buen pie pero poco a poco irá
cambiando. La relación de estos dos personajes me ha gustado muchísimo porque
sabes que tarde o temprano se llevarán bien, pero me ha gustado porque está muy
bien narrada y todo fluye con gran naturalidad. No hay nada forzado y ambos
personajes se complementan muy bien. Además, esta inesperada nueva relación
entre difunta tía y sobrina les dará la
oportunidad para conocerse la una a la otra, pero en especial conoceremos a
Sadie ya que es una mujer totalmente desconocida para el lector y los
personajes. Las situaciones surrealistas y cómicas son habituales en la trama y
me han hecho reír a carajadas. Como os he dicho antes, el fantasma de Sadie es
el de una chica joven que quiere comerse el mundo pero su problema es que ella está
estancada en los años veinte y adora esa época. ¿Quién tendrá que pagar el
pato? Lara. La pobre chica tendrá que vivir situaciones embarazosas con tal de
complacer a su difunta tía abuela. Situaciones que me han hecho reír pero si
esto me lo encuentro en la vida real es de vergüenza ajena. ¡Pobre Lara! En el
momento en el que se le aparece el fantasma de su tía abuela, la vida de esta
chica no es para echar cohetes. Su empresa no va bien, su novio la ha dejado… ¡Todo
es un desastre! Sin embargo, Sadie se ha aparecido a su sobrina para que ésta
la ayude en la búsqueda de su collar pero puede que Sadie también ayude a Lara
sin proponérselo. Al fin y al cabo tener un fantasma a tu lado puede tener sus
beneficios.
Si me ve alguien, me muero. Me muero de verdad.
Al bajar del taxi, echo una mirada rápida a ambos lados de la calle, Nadie a
la vista, gracias a Dios. En mi vida he
tenido una pinta más ridícula. Esto es lo que pasa cuando le permites
supervisar tu aspecto al fantasma de tu tía abuela.
Llevo puesto el vestido de la tienda, aunque apenas he logrado subirme la
cremallera. Está claro que en los años veinte no tenían mucho interés en las
tetas. Mis pies están embutidos en las zapatillas de baile. Seis largos
collares de cuentas tintinean alrededor de mi cuello. Una cinta negra con
cuentas de azabache me ciñe la cabeza, y de esa cinta sobresale una pluma.
¡Una pluma!
(…) Tengo la cara cubierta de polvos
claros, con un punto de colorete en cada mejilla. Los ojos perfilados con
gruesos trazos negros. Los párpados embadurnados con una pasta verde chillona
que venía en el estuche de baquelita.
(…) Avanzo envarada y muerta de timidez hasta que de pronto veo a Ed,
sentado a diez metros, con un traje convencional, bebiendo lo que tiene toda la
pinta de ser un gin-tonic. Levanta la vista, echa una ojeada distraída y vuelve
a mirarme.
- ¿Has visto? - clama Sadie, triunfal, - Se ha quedado
hipnotizado sólo de verte.
Hipnotizado, ya lo creo. Con la boca abierta y la cara pálida.
(…)
- ¡Sonríele! – me grita al oído – Camina hacia él moviendo los hombros y
dile: "Hola papaíto".
¿Papaíto?
Esta cita no es mía, me recuerdo febrilmente. Yo sólo interpreto un papel.
- ¡Hola papaíto! – digo en tono jovial.
- Hola – responde débilmente -. Estás… - Mueve las manos impotente, sin
encontrar las palabras.
(…)
- ¡Di algo! – Sadie da saltitos excitada, sin advertir nuestra incomodidad –
Di: "Tú también estás hecho un galán, amiguito. Y juguetea con el collar."
-Tú también estás hecho un galán, amiguito. – Lo miro con un rictus
forzado, sacudiendo los collares con tanto brío que me doy con las cuentas en
un ojo.
Ay. Me he hecho daño.
Además de estos dos fantásticos personajes también hay que destacar a los secundarios
que las acompañan ya que de manera consciente o inconsciente (más bien esta
última) serán partícipes de esta disparatada trama y todos ellos también tienen sus peculiaridades.
He
dicho que me he reído muchísimo mientras leía este libro y no estoy mintiendo.
Las ocurrencias de Sadie son desternillantes y hacen de este personaje el alma
de la novela. ¡Es fantástica! Por otro lado, Lara es un personaje muy cercano
al lector ya que es una chica normal y corriente con sus problemas cotidianos.
Una
chica años veinte es un libro original, ameno, divertido
y lleno de magia con el que no te aburrirás. Hay comedia, romance, fantasía,
personajes encantadores… Un libro perfecto para una tarde de verano que te
dejará con una sonrisa y se lee en un periquete.
¡Hasta la próxima!
8/10
Hola Laura!!
ResponderEliminarSi te soy sincera, yo miro la portada y no me llama en absoluto ni para leer la sinopsis, sin embargo, y habiendo leido tu reseña he cambiado de opinión por completo. No me imaginaba que este libro encerrara una historia así. Me llama especialmente la atención y lo apunto para mi larguíiiiiisima lista de pendientes.
Nos leemos!!
Besotes!!
MariCarmen
¡Hola, Mari Carmen! A veces las portadas engañan ;) Este es un libro que se lee perfectamente en dos días y te hace pasar un buen rato :)
ResponderEliminarNos vamos leyendo!!
Besos!!
Laura