Notting Hill, de Roger Michell (1999)

William (Hugh Grant), propietario de una tienda de libros en el popular barrio londinense de Notting Hill, conoce a Anna Scott (Julia Roberts), la estrella más rutilante del firmamento cinematográfico. Desde el momento en que la actriz entra en su tienda, William empieza a cortejarla.

¡Hola a tod@s! ¿Cómo va la Semana Santa? Mis vacaciones se ven un pelín interrumpidas debido a los exámenes, así que entre descanso y estudio, vengo para escribir en mi humilde rincón y de esta manera desconecto un rato.

He pensado que después de un tiempo escribiendo solamente sobre libros, aunque el pasado lunes hice una excepción con la magnífica Juego de Tronos, ya es hora de que una película vuelva a coger el protagonismo. Tenía varias películas en la cabeza, pero he decidido escoger una que es ideal para desconectar y pasar un buen rato. La película de la que os estoy hablando es Notting Hill, protagonizada por Hugh Grant y Julia Roberts, y escrita por Richard Curtis.

Muchos de vosotros pensaréis que no se puede decir mucho sobre una historia de estas características, ya que es una película que se incluye dentro de la categoría de comedia romántica y, por lo tanto, mucha profundidad no tiene. Es verdad que Notting Hill no es un film que nos cuente una historia profunda y de la que aprendamos algo nuevo una vez la hayamos visto. Sin embargo, esto no quita que sea una película que a día de hoy, y tras 15 años después de su estreno, la gente no la recuerde con una sonrisa y te la recomiende como si estuviese aún en los cines.

Guardo muy buenos recuerdos de esta película ya que siempre que la veo no puedo evitar involucrarme en la historia y sorprenderme como la primera vez (y la he visto unas cuantas veces). Creo que uno de los puntos a favor que tiene Notting Hill es que no es una comedia made in USA. No estoy diciendo que las películas americanas sean malas, pero las historias que nos cuentan son muy típicas y muchas veces pecan de ser demasiado superficiales. En el caso de Notting Hill vemos una historia que ya la hemos visto muchas veces, pero hay algo diferente en ella. Los británicos cuentan este tipo de historias con una intimidad, una magia y un encanto muy especiales que hace que le den mil vueltas a las películas hechas al otro lado del charco. Los británicos tienen una clase y un humor que los hace únicos. Esta película reúne todos estos requisitos y supone un aire fresco para este género. Richard Curtis (ya sabéis lo mucho que adoro a este hombre) firma una película divertida, con una gran historia de amor y con un guion muy consistente que hará las delicias de muchos.

William Thacker (Hugh Grant) y Anna Scott (Julia Roberts)

La película puede tener muchas cualidades, pero como siempre digo, los personajes son los que van a hacer que el espectador se quede en su sillón hasta los créditos finales. En este caso, Hugh Grant y Julia Roberts, la pareja protagonista, están maravillosos en sus respectivos papeles. Grant es… a mí este hombre me encanta. En su vida privada puede haber hecho algunas cosas, pero como actor este hombre es una leyenda. Ha colaborado varias veces con Curtis y es el rey de la comedia romántica en Inglaterra. Físicamente no es guapo, pero tiene un atractivo muy especial que hace que te enamores de él en cada papel que hace (echadle un vistazo a Love Actually). Sus personajes suelen ser torpes y tímidos y eso lo hace encantador. En este caso, su personaje tiene el mismo perfil pero no se hace repetitivo en absoluto. Julia Roberts es (o fue) considerada la novia de América y el que le adjudicó este título no podía tener más razón. Con una simple sonrisa ilumina la pantalla y posee un encanto y una fragilidad que muy pocas actrices tienen. Me ha gustado mucho en su papel de actriz americana que es acosada por la prensa, un papel que para muchos puede tener (bastantes) similitudes con la vida real de Roberts.

 

Sin duda, esta película tiene una pareja protagonista espectacular, pero los secundarios no se quedan atrás y brillan con luz propia. Aunque no hayas visto la película, ¿quién no conoce al famoso amigo de Grant enseñando sus “músculos” a la prensa y vistiendo solamente unos calzoncillos? Es una escena mítica y divertidísima. Rhys Ifans está genial como Spike y es una auténtica revelación. Por otro lado, el resto de amigos son únicos en su especie, con los histrionismos y las típicas rarezas que solo los británicos tienen. El reparto me ha encantado ya que todos conectan con el espectador. Tienen un gran carisma y son un caramelo. Pueden ser raros e imperfectos, ¡pero son tan queribles!

El guión es bueno, el reparto es fantástico y la banda sonora es… simplemente perfecta. La (famosísima) banda sonora de Notting Hill es una de mis favoritas ya que las canciones envuelven a la película en un romanticismo simplemente precioso y se te quedan grabadas para siempre. She, el tema principal cantado por Elvis Costello, es una de mis canciones favoritas desde que la descubrí siendo una niña y ahora, en mi vida adulta, aún sigue ahí.

 

   

Ah, se me olvidaba. La película lleva el nombre del barrio de Notting Hill, y hay que decir que éste es un personaje más. Es el testigo de toda la historia, siempre está presente y, a través de él, nos adentramos en la vida de todos sus personajes. Eso sí, sin olvidarnos de ver sus calles llenas de un marcado carácter bohemio y romántico que deja huella.

La mítica librería en la que se conocen los protagonistas

Notting Hill es un clásico dentro del género de la comedia romántica y, sin duda alguna, te arrancará una sonrisa cada vez que la veas. ¡Una delicia! ¡Ya tengo ganas de volver a verla!

¡Hasta la próxima!

9/10