Yo, Tonya (I, Tonya) (2017)
¡Hola, chic@s! A principios de la década
de los noventa, la patinadora Nancy Kerrigan sufrió un grotesco ataque con una
barra de metal que le destrozó la rodilla. El momento posterior a ese ataque
fue captado por las cámaras y el mundo entero vio a una Kerrigan llorando
desconsolada en el suelo. ¿Quién pudo hacer algo así? Esta agresión ocurrió
poco antes de los Juegos Olímpicos y cuando las investigaciones empezaron a dar
sus frutos éstas apuntaron al entorno de Tonya Harding, compañera de Kerrigan y
máxima rival dentro de la pista. Como podéis suponer esto fue un gran escándalo
y aunque nunca se pudo comprobar si Harding participó o no en dicho ataque,
América la sentenció y se convirtió en la gran villana de la historia. Su vida
se rompió por completo y mientras Tonya vivía un calvario, la elegante y
delicada Nancy fue elevada como la gran heroína de este macabro cuento. Estamos
ante un suceso con sus luces y sus sombras por lo tanto, ¿Tonya Harding es tan
mala como la pintan? Eso nunca lo sabremos, pero la nueva película de Margot
Robbie nos trae a la gran pantalla la vida de la infame patinadora, y ahora nos
toca decidir a nosotros si creemos su versión de la historia… o no.
Yo, Tonya nos narra la vida de Tonya Harding desde que esta es una niña de 3 años
hasta su edad adulta, y en ella vemos tanto sus éxitos como su caída a los
infiernos, pero gracias a esta cinta podemos comprobar por qué Tonya es como
es. Todos los americanos se quedaron con la versión que la televisión dio de ella y
muchos crearon una imagen que nació de la imaginación. Era un monstruo
sin corazón, no se merecía nada bueno, estaba bien que la abuchearan, ¿pero
quién hay detrás de ese personaje que el público hizo suyo y moldeó a su antojo?
En la película vemos cómo Tonya vive una vida llena de abusos, que empiezan con
su madre y después continúan a manos de su marido. Su infancia está marcada por
los golpes, los desprecios y las exigencias de su madre, que solo quiere que su
hija triunfe y lo demás le da igual. Esto marca la personalidad de Tonya, que
además de tener un fuerte carácter también parece que ha heredado los malos
modales de su progenitora. Debido a esto su trayectoria profesional se ve
perjudicada porque la patinadora no es la deportista que América quiere. Tonya
es diferente, tanto dentro como fuera de las pistas de hielo, no es la típica
princesa de cuento y el público y el jurado quieren precisamente esto, pero la
rubia no encarna dichos ideales. Sin embargo, y a pesar de que Tonya no es un
ángel, simpaticé con ella porque tiene un lado vulnerable que me conmovió. Es
cierto que hay momentos en los que la quieres matar, pero hay otros que hacen
que te pongas de su lado porque muestra una humanidad totalmente inesperada.
Durante las dos horas que dura la película hay una relación constante de
amor-odio con el personaje, pero al final me cayó francamente bien. Y
precisamente aquí está una de las grandes virtudes de este film, ¿es Tonya una
víctima o un verdugo?
Como estamos ante una historia llena de
contradicciones, el guion juega muy bien con este punto porque quiere que el
espectador escoja y lo hace a través de la recreación de diferentes entrevistas
que les hicieron en su momento a los protagonistas de la historia. Vemos la
historia de Tonya, pero a veces ésta se ve interrumpida por dichos testimonios
que te hacen dudar de la inocencia y la culpabilidad de cada uno de ellos y
cuando pensamos que ya sabemos de qué lado estamos aparece Tonya y rompe la
cuarta pared para dirigirse a nosotros y recordarnos que la versión que ella
cuenta es la verdadera.
Margot Robbie protagoniza esta cinta en la
piel de Tonya, y aunque este año parece que el Oscar ya tiene dueña, el papel
de Robbie merece sin duda la preciada estatuilla. Harding es un personaje de lo
más complejo por los puntos que he citado antes, posee una dualidad muy
interesante, y poco a poco va mostrando diferentes caras que no hacen más que
añadirle matices al personaje. Robbie está espléndida como Tonya porque muestra
de manera excelente la parte más desastrosa de su personaje, pero por otro
lado, cuando crees que ya no puede ir peor, resurge de sus cenizas y nos
muestra otra cara mucho más amable y limpia. Es una antiheroína maravillosa. Los secundarios que la acompañan
son perfectos, pero sin ninguna duda hay que destacar a Allison Janney como LaVona,
la madre de Tonya. Es difícil encontrar una pizca de humanidad en este
personaje y en ningún momento muestra algún afecto por su hija. Es una mujer
fría, calculadora y cruel y Janney lo borda. No me extraña que esté arrasando
en la temporada de premios.
Por otro lado, la cinta combina a la
perfección drama, mala leche y humor negro, básicamente representa lo que es la
vida de Tonya. La banda sonora es genial, está llena de ritmo, y me ha
encantado la manera en la que han rodado las coreografías de Tonya. La cámara
es todo movimiento y velocidad y nos da la sensación de estar con la
protagonista en la pista.
Yo, Tonya es una película fascinante que nos trae de vuelta un escándalo que yo no
conocía porque cuando tuvo lugar era muy pequeña, reconozco que cuando leí la
historia me pareció de lo más surrealista y no podía creer que fuera cierta, y
nos descubre la parte más humana de una persona que fue crucificada por todo un
país. La película nos deja grandes momentos y uno de ellos es ése en el que
Tonya nos dice que América siempre necesita un villano y un héroe, alguien a
quien odiar y otro a quien amar. Está claro que a ella le tocó ser la mala de
la historia, y puede que estuviera involucrada en el ataque a Kerrigan, ¿pero
y si no lo estuvo y fue parte de una campaña de desprestigio? Lo importante es que cuando llegas al final de la película tienes que
decidir. ¿Confías en Tonya o no crees la historia que te ha contado?
No os la perdáis porque merece mucho la
pena y seréis testigos de una de las interpretaciones del año.
¡Hasta la próxima!
Si queréis acceder a mi página de
Facebook, haced click aquí
Fotos: Pinterest,
NY Times y The Sun
Sí, coincido totalmente contigo. Vale muchísimo la pena.
ResponderEliminarLo bueno de estas películas biográficas suele ser eso: conocer mejor al personaje y su vida. Pero en este caso tenemos una película fuerte en guión y técnicamente. Es todo muy espectacular.
¡SALUDOS!
¡Hola, Antoni! ¡Muchas gracias por tu comentario! Las películas biográficas, si se hacen bien, se convierten en grandes historias, pero cuando ocurre el caso contrario salen auténticos esperpentos jajajaja Yo, Tonya pertenece al primer grupo, y menos mal porque debido al trato que le han dado a Tonya y al escándalo que la rodea, podría haber salido una parodia.
Eliminar¡Saludos para ti también!