Grandes obras de la literatura en el teatro (III): Frankenstein (2018)
¡Hola,
chic@s! Este 2018 se celebra el bicentenario de Frankenstein, la mítica novela de Mary Shelley, y un clásico
imprescindible para cualquier amante de la literatura. Durante estos meses he
visto cómo diferentes clubs de lectura han incluido este libro en su
programación debido a su bicentenario y en mi caso, además de volver a
releerlo, acudí ayer al teatro para poder ver su versión teatral y no me
defraudó.
La
versión de Guillem Morales protagonizada por Àngel Llàcer y Joel Joan está
llena de fuerza y las actuaciones son espectaculares. La obra empieza con un
magnífico monólogo de Víctor Frankenstein (Llàcer) que nos mete de lleno en la
obra, porque nos habla del sufrimiento que nos proporciona la muerte de un ser querido y él nos convence de que no debemos resignarnos a ese dolor. Debemos
hacer lo imposible para no experimentarlo, aunque eso signifique burlar a la
propia muerte. Acto seguido vemos cómo su famosa criatura despierta y a partir
de aquí seremos testigos de una historia que pone ante nosotros diferentes
dilemas existenciales.
La
obra dura casi dos horas y media y se divide en dos partes. Durante la primera
mitad somos testigos de la angustia que le provoca a Frankenstein su creación y
las consecuencias que esto tendrá en sus más allegados. Por otro lado, vemos
cómo la criatura tiene que sobrevivir en el bosque y como si fuera un recién
nacido tendrá que aprender a comer, beber, vestirse, leer… aprender. La segunda
parte reúne a los dos grandes protagonistas de la historia frente a frente y su
enfrentamiento fue un auténtico deleite en el que Llàcer y Joan lo dan todo y
sus interpretaciones son excelentes.
Joel
Joan está fantástico como la famosa criatura. Su interpretación es muy física,
pero a la vez conmovedora porque nos demuestra que su fealdad, muchos lo ven
como un monstruo por este motivo, es un gran hándicap para él ya que esto
impide que los demás no vean la bondad e inteligencia que posee. Si Joan me ha
gustado, Llàcer ha superado todas mis expectativas. En sus apariciones
televisivas siempre le hemos visto como un hombre histriónico y con un humor
muy especial, pero aquí el Llàcer televisivo no está. Su Víctor Frankenstein
está lleno de drama, fuerza y cinismo. Se come el escenario y para mí es la
gran revelación de la obra.
Siempre
se ha asociado a la criatura con el monstruo de la historia por su apariencia
física, pero aquí, una vez más, vemos que el monstruo es realmente el doctor,
un hombre que se cree Dios y que realmente cree que puede hacer y deshacer a su
antojo todo lo que le venga en gana, aunque eso tenga consecuencias
desastrosas.
Esta
versión teatral está muy bien adaptada porque consigue reunir los grandes temas
de la novela de Mary Shelley, tiene un guion y una puesta en escena potentes y
los actores hacen justicia a estos míticos personajes. Es una gozada poder ver
adaptaciones de estos grandes clásicos. ¡Una delicia!
¡Hasta
la próxima!
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