Octava temporada de Juego de Tronos: Nuestra guardia ha terminado
Si crees que esto tendrá un
final feliz, es que no has estado prestando atención.
Ramsay Bolton
¡Hola, chic@s! La última temporada de Juego
de Tronos bajó el telón el
pasado domingo y esta nueva entrega no ha dejado indiferente a nadie.
Han sido casi dos años de espera y, durante todo este tiempo, nuestra
cabeza no ha dejado de pensar en los mil y un momentos
que la serie nos podía
ofrecer: la muerte de Cersei a manos de Arya, el enfrentamiento entre
los muertos y los vivos, Jon sobrevolando Poniente a lomos de
Rhaegal, el/la posible
candidato/a a ocupar el Trono
de Hierro… Nuestra larga
espera tuvo su recompensa el pasado 14 de abril cuando los seis
episodios que conformaban el desenlace llegaron a HBO y el resultado,
para muchos seguidores, no ha sido el esperado.
Cuando escribí la review de
la séptima temporada comenté que la espectacularidad le había
ganado la partida al guion y esa narración pausada a la que nos
tenían acostumbrados, y con la que podíamos saborear mucho mejor la
evolución de los personajes, había desaparecido prácticamente por
completo para ir directamente
al grano de
muchas cuestiones. Esta
última temporada no ha sido una excepción y hemos vuelto a notar un
ritmo muy acelerado en la historia que no ha permitido que sus
personajes y sus tramas se desarrollen como es debido. Han sido seis
capítulos de infarto y creo
que con un par de episodios más la historia hubiese sido mucho
mejor. Sin embargo, y a pesar de las prisas y
sus consecuentes irregularidades,
he vuelto a disfrutar de esta temporada debido a ese amor que siento
por sus personajes y porque una vez más, la serie basada en las
novelas de George R.R. Martin, demuestra que no tiene nada que
envidiarle a la gran pantalla. Juego de Tronos puede
presumir de muchas cosas y una de ellas es ese sello cinematográfico
que posee. Así que agarraos bien a vuestro dragón porque estamos a
punto de volver a Poniente por última vez, ¡y
no me hace falta decir que este viaje está lleno de spoilers!
Una
vez más, con sentimiento
La
intro de Juego de Tronos puede
presumir de tener el título de ser ese opening que es un pecado
capital saltarse. Durante siete temporadas, la intro nos ha ido
guiando a través de todas las localizaciones por las que se mueven
los personajes y los famosos astrolabios nos han relatado los
acontecimientos ocurridos
antes de la serie. Sin embargo, este año el opening ha cambiado y
en él se respira el invierno,
y aunque sigue
con el mismo estilo, en esta entrega hay dos cambios significativos.
El primero son las localizaciones ya que estas muestran un carácter
más intimista al introducirnos en los interiores de Invernalia y
Desembarco del Rey, para culminar con el tan ansiado
Trono de Hierro. Por otra parte, los astrolabios han llevado grabados
en esta ocasión la historia que nos ha narrado la serie y ha ido
desde los eventos más actuales hasta los más antiguos. En ellos
hemos visto la caída del Muro a
manos de Viserion y el Rey de
la Noche, la fatídica Boda
Roja y el nacimiento de los dragones con el cometa rojo de fondo. Por
último, como pequeño detalle y hasta el tercer episodio en el que
transcurre la Batalla de Invernalia, vemos el recorrido que los
caminantes blancos hacen hasta llegar al hogar de los Stark. Esta
nueva intro ha sido como un soplo de aire fresco y también ha sido
de lo más
nostálgica al mostrar las tramas que tanto nos han marcado y que se
han quedado grabadas en nuestra memoria.
Un
primer episodio lleno de paralelismos
Qué
lejos queda ya aquel 17 de abril de 2011, fecha en la que se inició
esta aventura, ¡y cuántas cosas han ocurrido! El primer episodio de
la octava entrega estuvo lleno de semejanzas con el capítulo piloto
y gracias a esto nos damos cuenta del enorme viaje que los
personajes, y también nosotros, han recorrido. En el episodio de
2011 vemos al rey Robert Baratheon llegar a Invernalia con
todo su séquito y con la pieza musical The King’s Arrival
de fondo. Bran y Arya, que por
aquel entonces eran unos niños, esperan muy emocionados (y uno de
ellos escalando) la llegada del rey. Durante esos minutos vemos las
primeras interacciones entre los personajes: Joffrey y Sansa,
destinados a casarse,
se ven por
primera vez, Robert y Ned Stark se reencuentran y este último
pronuncia las palabras: Your grace, Winterfell is yours (Su
alteza, Invernalia es vuestra), Jaime Lannister llega mostrando todo
su esplendor como comandante
de la Guardia Real y Sandor Clegane hace lo mismo con su mítico
yelmo con forma de perro. Más tarde, la acción se traslada a las
criptas de la mano de Ned y Robert para visitar los restos de Lyanna
Stark, hermana del primero y de la que Robert estaba profundamente
enamorado. Por ella se inició la guerra que acabó con los Targaryen
y que llevó a los Baratheon al poder. Sin embargo, ocho
años más tarde, las cosas son muy distintas. Invernalia vuelve a
prepararse para una nueva llegada, pero en esta ocasión, vemos a Jon
Snow (que en el primer episodio se
posiciona en un segundo plano debido a su condición de bastardo) y
Daenerys Targaryen (que por aquel entonces era una princesa
desterrada bajo las manos de su cruel hermano) llegar con todos los
honores y la misma banda
sonora que acompañaba a Robert.
Al igual que Bran y Arya, un niño espera emocionado, y en las alturas, la llegada de ambos personajes, y mientras este pequeño se escurre
entre la gente para obtener unas mejores vistas del acontecimiento,
una Arya ya adulta lo mira enternecida. Si en el episodio piloto Sansa Stark mira con devoción a Joffrey Baratheon, en esta ocasión es Arya Stark quien mira con alegría a Gendry Baratheon, su fiel
compañero de aventuras en el pasado. Tras esta espectacular llegada
en la que los dragones confirman la grandeza de la casa Targaryen,
llega el turno de los reencuentros, pero en esta ocasión, la reunión
es un poco más tensa. Si en el episodio piloto Ned proclama
orgulloso que Invernalia es de Robert, esta vez su hija Sansa
pronuncia prácticamente las mismas palabras que su progenitor dijo
en su día, pero de manera forzada. Obviamente, la pelirroja de los
Stark no ve con buenos ojos a Daenerys Targaryen. La
otra escena interesante vuelve a transcurrir en las criptas y esta
vez está protagonizada por Jon y Sam. Tras siete temporadas, los
espectadores ya sabemos que la rebelión de Robert fue iniciada por
una mentira y si en el primer episodio Ned Stark oculta la verdad
sobre Lyanna, y por consiguiente el origen de Jon Snow, en esta ocasión, Sam, en el mismo lugar,
desvela que Jon es en realidad Aegon Targaryen, el verdadero heredero
del Trono de Hierro. Y para
finalizar, creo que ninguno de nosotros ha podido olvidar la escena
final del piloto en la que Bran descubre sin querer la
relación incestuosa entre Jaime y Cersei Lannister. Para que el
secreto no viera la luz, Jaime tiró a Bran de lo alto de la torre en
la que fueron descubiertos,
pero el resultado no fue el esperado por los Lannister ya que el
pequeño sobrevivió. Estos tres personajes cerraron el episodio
piloto y de manera muy similar se da por concluido el primer capítulo
de la octava temporada, pero esta vez tenemos a Jaime y Bran frente a
frente. Si en el episodio piloto Jaime era todo arrogancia, en este
capítulo el Matarreyes llega a Invernalia oculto, como si de un
mendigo se tratase, y descubre estupefacto y lleno de vergüenza a
Bran en su silla de ruedas. Esta escena muestra de manera excelente
el camino de Jaime Lannister, que empezó siendo un personaje odioso
y ha acabado convirtiéndose en uno de los personajes más queridos
debido a su proceso de redención.
Daenerys
y Sansa: las dos caras de una misma moneda
Esta
temporada de Juego de Tronos nos
ha dado el enfrentamiento entre Daenerys Targaryen y Sansa Stark.
Ambos personajes me gustan
muchísimo y en otras circunstancias habrían sido grandes aliadas,
pero el poder siempre se posiciona en primer lugar y esto genera
numerosos conflictos. Sansa y Daenerys han tenido recorridos
similares ya que ambas comenzaron siendo muy sumisas, pero poco a
poco su empoderamiento llegó y ahora saben cómo jugar al juego de
tronos. Daenerys, en este sentido, despertó antes que Sansa, pero la
joven Stark no se ha quedado atrás y su evolución ha sido
fascinante. La vida de la
pelirroja, hasta hace poco,
siempre estuvo comandada por terceros y ella no tenía ningún tipo
de voz. Sin embargo, la hija de Ned Stark se liberó de sus cadenas
al mismo tiempo que también lo hacía el Norte y por este motivo,
Daenerys no es bien vista en este lugar ya que los norteños no
necesitan que los salven.
Sansa y Daenerys tienen aspiraciones diferentes y
a la vez similares: mientras
la primera quiere autonomía
para el Norte, la segunda
solo aspira a tomar el Trono
de Hierro y gobernar los
Siete Reinos (y eso incluye el
dominio de los Stark). Ambas
tienen las ideas claras, sus personalidades están muy marcadas y son
difíciles de doblegar. Aunque
les cueste reconocerlo son muy parecidas y sus disputas nos han mostrado la gran fortaleza y complejidad que
poseen. Ha sido todo un choque de reinas que ha sido una delicia ver
y Sansa
Stark ha sido la gran triunfadora ya que
ha sabido mover muy bien las piezas del tablero para
desestabilizar a la Targaryen.
A
Knight
of the Seven Kingdoms, un episodio
infravalorado
El
segundo episodio de la temporada me pareció una carta de amor
preciosa hacia todos los personajes que nos han estado acompañando
durante casi una década. El Rey de la Noche y todo su ejercito están
a punto de llegar y los protagonistas se enfrentan a un futuro
incierto. Hay una gran carga
emocional, ya que tanto ellos como nosotros nos preparamos para la que
podría ser su última noche. Muchos de los personajes completan su
arco de redención en este capítulo y en todo momento estos están
acompañados de momentos emotivos, cómicos y muy humanos para que la
despedida sea más difícil y dolorosa. Lannister, Targaryen, Stark,
Greyjoy…
Estas familias han vivido enfrentadas durante años, pero por ironías
de la vida ahora se encuentran unidas para luchar contra la muerte, ya
que como dice Jaime Lannister: Esto va más allá de la
lealtad. Es supervivencia. En
este episodio no hay acción, pero sí emoción ya
que se dedica a enseñar a sus personajes en momentos íntimos que
nos permiten ahondar todavía más en su naturaleza. El capítulo
finaliza con la llegada de los Caminantes Blancos, pero un par de
minutos antes Podrick nos deleita con su versión de Jenny of Oldstones, una canción que
habla sobre la muerte y sobre aquellos que han estado en nuestra vida
y no queremos decirles adiós. A Knight of the Seven
Kingdoms es un capítulo
maravilloso y que recuerdo con un gran cariño porque nos enseña una vez más el gran vínculo que hemos creado con estos personajes.
La
Batalla de Invernalia
Y aquí llegamos al episodio más esperado (y largo) de la serie. La vida y la muerte se ven las caras en una batalla que se rodó en 55 noches y todos los seguidores de la serie teníamos el entusiasmo, y las expectativas, por las nubes. He visto este capítulo dos veces y en su segundo visionado lo disfruté y me gustó mucho más ya que pude fijarme mejor en su realización. Los Caminantes Blancos son criaturas que se escapan de nuestra lógica y no sabemos qué sucederá; por lo tanto, se palpa la tensión y el miedo ante la inminente batalla. Este capítulo tiene momentos realmente épicos cuya belleza visual es espectacular. Personalmente, me quedo con dos momentos: los Dothraki en sus caballos y armados con sus arakhs prendidos por el fuego yendo a un destino desconocido en medio de la oscuridad y por otro, Drogon y Rhaegal rodeando a los luchadores de Invernalia por un escudo de llamas para que los Caminantes no accedan a ellos. Esta batalla tuvo innumerables bajas y entre ellas vimos partir a Theon Greyjoy, Lyanna Mormont, Beric Dondarrion, Jorah Mormont, Melisandre o Edd el Penas. Sin embargo, estos no fueron los únicos en decir adiós a la serie. Sorprendentemente, y sin esperarlo, el Rey de la Noche y los Caminantes se despidieron en un giro que nos pilló a muchos por sorpresa ya que personalmente siempre pensé que ellos eran el gran objetivo de la temporada, pero me equivoqué. Siempre creímos que Jon daría muerte al Rey de la Noche, pero en realidad este honor lo tiene Arya Stark. Nadie esperaba esto, pero su escena fue de lo más aplaudida. No obstante, este giro generó preguntas como: ¿Cuál es el objetivo de Jon Snow? ¿No fue revivido para matar al Rey de la Noche? Si Jon no mata al líder del ejército de los muertos, ¿entonces a qué está destinado? La Batalla de Winterfell supuso el final de la primera mitad de la temporada y su desenlace me resultó agridulce ya que las tramas con los Caminantes Blancos siempre me resultaron muy atractivas y la muerte del Rey de la Noche me pareció un tanto simple. Me esperaba mucho más. Sin los muertos de por medio da inicio la segunda mitad de la temporada y con ella vuelve a primera plana esa figura mítica que unos aman y otros odian: el Trono de Hierro.
Las
Campanas
¿Por qué siempre son los inocentes los que sufren más cuando ustedes, grandes señores, juegan a su juego de tronos? Lord Varys
El quinto episodio de Juego de Tronos ha generado mucha polémica ya que hay seguidores que lo odian y otros que lo adoran. En mi caso, me encuentro en el segundo grupo porque creo que con este capítulo la serie vuelve a recuperar su esencia y esta se basa en dejar al espectador totalmente roto. Ya nos lo mostraron con la decapitación de Ned Stark en la primera temporada o con la Boda Roja en su tercer año. Ningún personaje está a salvo y cuando ya nos habíamos acomodado, la serie nos vuelve a recordar que todo puede pasar. Técnicamente es un capítulo espectacular y como he dicho al principio de esta entrada, la serie no tiene nada que envidiarle al cine. Este episodio se ve desde dos puntos de vista: por un lado, tenemos a las dos monarcas, Cersei y Daenerys, y su lucha por el trono; y por otro, el pueblo que sufre las consecuencias. Este último punto es muy interesante porque, y aunque sea una serie de fantasía, es un reflejo de lo que ocurre en la vida real cuando los inocentes tienen que pagar injustamente la incompetencia de sus líderes. Las campanas marca un antes y un después en la serie ya que en ella somos testigos de un giro del que siempre se ha hablado mucho, pero que no queríamos creer: la caída de Daenerys Targaryen.
El quinto episodio de Juego de Tronos ha generado mucha polémica ya que hay seguidores que lo odian y otros que lo adoran. En mi caso, me encuentro en el segundo grupo porque creo que con este capítulo la serie vuelve a recuperar su esencia y esta se basa en dejar al espectador totalmente roto. Ya nos lo mostraron con la decapitación de Ned Stark en la primera temporada o con la Boda Roja en su tercer año. Ningún personaje está a salvo y cuando ya nos habíamos acomodado, la serie nos vuelve a recordar que todo puede pasar. Técnicamente es un capítulo espectacular y como he dicho al principio de esta entrada, la serie no tiene nada que envidiarle al cine. Este episodio se ve desde dos puntos de vista: por un lado, tenemos a las dos monarcas, Cersei y Daenerys, y su lucha por el trono; y por otro, el pueblo que sufre las consecuencias. Este último punto es muy interesante porque, y aunque sea una serie de fantasía, es un reflejo de lo que ocurre en la vida real cuando los inocentes tienen que pagar injustamente la incompetencia de sus líderes. Las campanas marca un antes y un después en la serie ya que en ella somos testigos de un giro del que siempre se ha hablado mucho, pero que no queríamos creer: la caída de Daenerys Targaryen.
Tomaré
lo que es mío con fuego y sangre
Recuerdo
que cuando vi el famoso episodio de la Boda Roja quedé devastada por
lo que ocurrió. Esto tuvo lugar en el noveno episodio de la tercera
temporada y en el siguiente capítulo aún pudimos ver rastros de
ella. Sin embargo, al final de este aparece Daenerys Targaryen
liberando a los esclavos de Yunkai y estos la alzan como si se
tratara una estrella de rock a gritos de Mhysa (Madre). Fue un
momento precioso y lleno de esperanza y pensé: Aún tenemos a
Daenerys. Han pasado seis años de este momento y las cosas son muy
diferentes. La liberadora y rompedora de cadenas ahora es una tirana
y aunque es un giro muy interesante, duele verlo porque Daenerys
siempre fue una de nuestras heroínas. Muchos han criticado a los
guionistas por mostrar de manera precipitada este giro de los
acontecimientos y estoy de
acuerdo con ellos. Esta transición necesitaba más tiempo, más
desarrollo. Es cierto que en el anterior capítulo se empezó a
preparar el terreno para sacar el lado oscuro de la Targaryen, ya que
en dicho episodio vemos que no es querida en el Norte; Rhaegal y
Missandei son abatidos por Cersei (sin nombrar la muerte de Jorah en
la batalla de Invernalia) y a esto tenemos que sumarle que Jon es el
heredero legitimo al Trono de Hierro, y que los que la rodean parecen estar
dispuestos a traicionarla. Todo esto es una bomba de relojería para
Daenerys y cuando se proclama triunfadora ante Cersei, en vez de
mostrar ese lado compasivo que siempre vimos en ella, hace todo lo
contrario: masacra la ciudad de Desembarco del Rey. ¿Dónde está
nuestra Daenerys? Este cambio del personaje interpretado por Emilia
Clarke es efectista y hace que te plantees
muchas cosas acerca de ella. Una de mis preguntas fue si muchas de
las decisiones que tomó en el pasado fueron las correctas, porque en
mi caso nunca las cuestioné, ya que Daenerys era una heroína a la
que acogí con los brazos abiertos y cuando mostraba determinación
la apoyaba sin rechistar. Otro punto de vista muy interesante se
centra en si Daenerys ha sido todo este tiempo una especie de villana
encubierta y los espectadores nunca supimos interpretar las señales
que nos daban. El lado oscuro de Daenerys la vuelve mucho más
compleja ya que es una heroína caída, un personaje trágico, y nos
demuestra su vulnerabilidad ante el poder. El trono la ha absorbido y
corrompido y duele verla así después de su viaje. Sin embargo, y
tras ver el episodio final, creo que el gran problema de Daenerys se
encuentra en el sexto capítulo
y no en el quinto.
La
Reina de las Cenizas
El
último episodio de la serie arranca con unos primeros minutos
sublimes donde todo es muerte y destrucción. Desembarco del Rey es
una triste estampa de lo que fue y las cenizas caen sobre la ciudad
como si de nieve se tratara. El escenario es dantesco, apocalíptico
y en él luce orgulloso el estandarte de los Targaryen. La puesta en
escena está llena de símbolos y la llegada de Daenerys a lomos de
Drogon es simplemente espectacular. La nueva villana de la historia
ofrece un discurso que nos recuerda muchísimo a Hitler
y el nazismo y sus palabras vuelven a estar llenas de incoherencias.
En la review de la séptima temporada comenté que Daenerys tenía dos caras ya que ella misma se contradecía en sus ideas. Esta
vez tampoco es una excepción porque proclama que Desembarco del
Rey ha sido liberado de una tirana; ¿pero acaso ella no lo es
también? Si el resto del mundo no piensa como ella entonces estos
serán castigados. Su discurso es el único válido y no hay ninguna
otra opción. Cuando vi este capítulo aún estaba intentando
asimilar este cambio en el personaje y poco después de que Daenerys
se retire de escena, Jon y Tyrion se convierten en los representantes
del público al discutir el nuevo estado de la que hasta hace poco
era una mujer querida y admirada. Jon representa a esa audiencia que
intenta justificarla ya que los últimos acontecimientos que ha
vivido le han pasado factura y es normal que no haya podido aguantar
más la presión. Sin embargo, Tyrion intenta abrirnos los ojos y
rememorar ciertos momentos del pasado que no supimos interpretar.
Daenerys tenía nuestro apoyo porque castigaba a los malvados, pero
tuvo comportamientos injustificables que no supimos ver. Se cree una
elegida y sus acciones no necesitan justificación alguna porque son
las correctas. Tyrion repite en más de una ocasión la siguiente
frase: Creía en ella. Y creo que esta frase nos representa a la perfección porque
nosotros también creímos y confiamos en ella con los
ojos cerrados. A pesar de esta conversación entre los dos
personajes, la opinión que se tiene de Daenerys sigue siendo muy positiva ya
que muchos espectadores continúan posicionándose en su bando al ver el trato tan negativo que el personaje ha recibido en su final. Como he dicho anteriormente, el problema está en la falta de desarrollo ya que
este sexto capítulo, en vez de mostrarnos esta nueva personalidad de
la protagonista, la liquida rápidamente en una escena que está muy
bien filmada pero que es anticlimática. Daenerys, como ya sabemos, muere a manos de
Jon y delante del Trono de Hierro. Lo que realmente me ha gustado de
este momento es la intervención de Drogon ya que este,
en un momento de furia y desolación, destruye el Trono de Hierro al
entender que este ha sido el culpable de la ambición y corrupción
de su madre. Esta escena está llena de simbolismo porque el trono
fue construido con las espadas de los enemigos de Aegon I y estas
fueron unidas gracias al fuego de Balerion. Un dragón creó el trono
y otro lo destruye. El final de Daenerys está lleno de tristeza y
melancolía cuando Drogon decide llevársela con él y ambos
desaparecen en el cielo hacia un destino incierto. El final del
personaje de Clarke fue muy precipitado y hemos perdido una trama de
lo más potente.
El
arco de los personajes
El
personaje de Daenerys no ha sido el único que no ha sido bien
tratado. Mi gran decepción de esta temporada ha sido el trato que se
le ha dado a la gran Cersei Lannister. Lenna Headey puede estar
orgullosa de su Cersei porque es uno de los grandes personajes de
esta historia, pero esta temporada solamente ha aparecido en tres
episodios y su cuota de pantalla ha sido muy reducida. No le han dado
buenos diálogos y he echado de menos un enfrentamiento con Daenerys.
Me ha dolido que no se le haya dado el lugar que merecía porque
Cersei es una auténtica leona que nos ha dado momentos gloriosos. Si
seguimos hablando de Cersei no podemos obviar su más que anunciada
muerte, pero esta no ha ocurrido como nosotros habíamos pensado
desde prácticamente el principio. ¿Quién no ha soñado con verla morir a manos de Arya? En mi cabeza siempre pensé que Arya
ejecutaría a Cersei llevando puesta la cara del famoso Matarreyes, pero al final
no ha podido ser. Su muerte ha sido de lo más benévola ya que muere
en brazos de su gran amor: Jaime. Si hablamos del hermano mellizo
de Cersei tengo que decir que, a pesar de volver a los brazos de su
hermana, ha demostrado ser un buen hombre y su final ha sido de lo más
poético ya que vino al mundo con Cersei y se despide de él con
ella. El arco de Jaime ha sido muy interesante, pero al final no
puede evitarlo y vuelve a abrazar a esos demonios con los que tanto
había luchado. Por otro lado, Jon Snow, el príncipe prometido y
heredero al Trono de Hierro, ha ido dando tumbos prácticamente hasta
el final. Le ha faltado iniciativa y ha vivido doblegado a las
órdenes de Daenerys. Su relación con la Targaryen no me ha
convencido por la falta de desarrollo y química que hay entre ambos.
Ha sido un romance muy forzado y Jon me convenció mucho más con
Ygritte. Por último, tenemos al otro gran protagonista: Tyrion
Lannister. El personaje de Peter Dinklage es uno de los más queridos
y para los que hemos leído las novelas, sus capítulos son oro puro
debido a su astucia e inteligencia. No obstante, parece que desde que
dejó Desembarco del Rey a finales de la cuarta temporada, su
brillantez se fue apagando poco a poco para que personajes como Jon o
Daenerys destacasen. Esta temporada ha seguido en esta misma línea a
excepción de los dos últimos episodios en los que hemos vuelto a
disfrutar, aunque no con el mismo nivel, de sus diálogos. Tyrion,
dentro de lo que cabe, consigue un final afable y vuelve a ser la
mano del rey de un nuevo monarca que, en teoría, no le dará tantos
quebraderos de cabeza como los dos anteriores.
Incoherencias
Esta
temporada ha tenido más de una incoherencia y seguramente se me
habrá escapado más de una, pero desde aquí quiero destacar las que
os voy a enumerar a continuación. La primera se centra en la armada
de Daenerys ya que esta pierde a la mayoría de los Inmaculados y los Dothraki en la Batalla de Invernalia, pero parece que estos salen de
debajo de las piedras en los siguientes episodios porque su ejercito sigue siendo el mismo. El otro punto que me chirrió bastante tiene que ver con los
dragones. Por un lado, tenemos la muerte de Rhaegal a manos de Euron
Greyjoy y esta es bastante incongruente porque Daenerys y los dragones, mientras sobrevuelan el mar, no ven que les están esperando una
serie de barcos para atentar contra ellos. Por otro, tenemos la
actuación de Drogon en la destrucción de Desembarco del Rey. No
sabía que Drogon tuviera tal potencia y que la tripulación de
Greyjoy fuera tan lenta ya que él solito destruye las decenas de
barcos que le están esperando para matarlo con sus arpones. Si
seguimos hablando de la potencia de Drogon parece que este en vez de
escupir fuego escupe misiles. Si un solo dragón puede hacer esto no
me quiero ni imaginar que hubiera pasado si Rhaegal y Viserion le
hubiesen acompañado. El tercer aspecto tiene que ver con el destino de Jon tras asesinar a Daenerys. Cuando esta sale triunfadora de su batalla contra Cersei, Gusano Gris y los Inmaculados están desatados y vemos cómo varios soldados Lannister son ejecutados. Me extraña mucho que Gusano Gris no asesine a Jon tras matar a su reina y en cambio acepte que este sea encarcelado para más tarde, cumplir una cadena perpetua en el Norte. Por último, otra de las incoherencias se
presenta cuando Bran es escogido como nuevo rey. Es curioso como los
señores de las grandes casas eligen al hijo de Ned Stark como su
nuevo monarca sin discutir antes por ello. Juego de Tronos es
una serie sobre la ambición y el poder, pero aquí estos brillan por
su ausencia. Y para cerrar este apartado quiero incluir a la Compañía
Dorada por ser el gasto más inútil de toda la historia de Poniente.
Tanto bombo para nada. En serio, no contratéis sus servicios porque
el resultado va a ser de lo más insatisfactorio. ¡Avisados estáis!
La
manada sobrevive
Esta
temporada no ha sido perfecta ya que ha estado mal ejecutada, pero reconozco que el final me ha
gustado mucho. Juego de Tronos empezó mostrándonos la desgracia de
los Stark y cómo esta se fue extendiendo a lo largo de varias
temporadas; pero tras muchas plegarias a los Antiguos Dioses, se les ha dado un final feliz convirtiéndolos en los ganadores del juego. El lobo gobierna en todo su
esplendor ya que Bran es el nuevo rey de los ahora Seis Reinos, Sansa lo
hace en el Norte y Jon es desterrado a la Guardia de la Noche donde
seguramente será visto como el rey Más Allá del Muro. La conclusión de su historia es muy dulce porque, aunque a primera vista está cumpliendo un castigo, la realidad es diferente porque se reúne con el Pueblo Libre y todos se dirigen a un destino puro y honesto. Los conflictos, las conspiraciones y las batallas quedan atrás. Esta es la victoria de Jon y define muy bien quién es. La elección
de Bran como el elegido ha sido muy comentada ya que es un personaje
que no levanta muchas pasiones, pero en el fondo creo que es una
buena opción porque él posee todas las historias, las buenas y las
malas, y esto puede ser una baza con la que jugar a su favor para que
los errores del pasado no se repitan. Por otro lado, el destino de Arya, Jon y Sansa
se muestra de una manera preciosa ya que intercala diferentes
secuencias en las que podemos ver el nuevo rumbo de los personajes.
Personalmente, me alegra ver a Sansa como la nueva reina en el Norte
debido a toda su trayectoria y pienso que tendría que haber sido
reina mucho antes ya que ha demostrado tener astucia y estrategia.
Siempre diré que gracias a ella se ganó la Batalla de los Bastardos. Por otra parte, y como he dicho más arriba, vuelvo a recalcar que el destino final de Jon es un regalo para el
personaje ya que vuelve al lugar donde fue feliz. Durante esta
temporada le hemos escuchado decir en más de una ocasión que no es
un Stark, aunque eso no sea cierto, pero ha demostrado ser más lobo
que dragón. Jon es el héroe puro y noble y la imagen final de la
serie es preciosa ya que nos muestra a un rey exiliado rodeado de
salvajes. La serie acaba donde empezó y en esta ocasión, volvemos a tener a un
Targaryen desterrado, aunque esta vez la ambición y el poder
no forman parte de él. Este desenlace es agridulce porque por un
lado perdemos a Daenerys, pero por otro tenemos el triunfo de los
Stark. Muchos esperaban que la serie acabara como el rosario de la
aurora, pero parece que Juego de Tronos ha renunciado a su
naturaleza para ofrecernos un desenlace poético, melancólico y más
dulce de lo que esperábamos. A mí personalmente me ha emocionado
mucho.
El
Rey de la Música
No
quiero acabar este análisis sin nombrar a un hombre que ha hecho que
esta serie sea aun más épica de lo que es: Ramin Djawadi. El
compositor irano-alemán ha puesto música a todas las temporadas de
la serie y sus composiciones me han emocionado y puesto los pelos de
punta. Siempre me ha conmovido como ha ido hilando de manera
brillante variaciones de diferentes temas haciendo que sus
composiciones sean todavía más complejas e inolvidables. Adoro
todas sus creaciones, pero los temas de Daenerys siempre han sido mis
favoritos por la épica que presentan. De hecho, sus temas son los
únicos que tienen coros incorporados, con la excepción de los Caminantes Blancos, que ayudan a transmitir la
grandeza y el carácter ancestral de la dinastía Targaryen. A Djawadi no se le puede poner
ninguna pega porque su trabajo es excelente. Su música es un
personaje más y si podéis verlo en directo no os defraudará. En mi
caso, tuve el honor de verlo en directo hace un año gracias al
concierto Game of Thrones Live Concert Experience que
tuvo lugar en el Palau Sant Jordi y es una experiencia única.
Tras
casi dos años de espera, Juego de Tronos ha llegado a su
final y duele despedirse de todos estos personajes. Han sido ocho
años inolvidables y aunque esta temporada ha sido un tanto irregular
no debemos olvidar lo privilegiados que somos de haber sido testigos
contemporáneos de esta trágica, desgarradora y bella epopeya, que se ha convertido en todo un fenómeno social y cultural. Se
podría decir que es la serie más grande de esta segunda década del
nuevo milenio, la primera pertenece a Lost, y es la
serie de toda una generación. Ha sido un placer comentar las
temporadas, de hecho me da bastante pena acabar esta entrada, pero
todavía nos quedan las novelas, los diferentes spin-off que tienen
en mente, y de alguna manera u otra siempre se puede regresar a la
serie. ¡Que viva Juego de Tronos!
¡Hasta
la próxima!
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Hola Laura!
ResponderEliminarPues opino mas o menos igual. Para mí ha sido un final agridulce, ya que las dos últimas temporadas han sido demasiado rápidas. Me da pena el final de Daenerys, pero si me paro ha pensar detenidamente en la trayectoria del personaje, tengo que reconocer que es muy lógico. Entiendo la elección de Bran para el trono en lugar de Jon, ya que si hubiera ocurrido lo último hubiera habido otra guerra. Al igual que tú, el final de los caminantes blancos y de Cersey no me han parecido muy buenos, pues es un mal final para unos personajes que pedían otro tipo de final. La banda sonora espectacular y sublime. A ver qué tal las series que dicen se están rodando.
Un beso muy grande!
¡Hola, Mari Carmen! Muchos pensábamos que el gran villano de este desenlace iba a ser el Rey de la Noche, ¡pero nos engañaron! Y con respecto a Cersei pienso que un personaje como el suyo merecía mucho más. Le tendrían que haber dado más acción y me apena que no haya podido ver en lo que Sansa se ha convertido. Siempre di por hecho que Cersei moriría a manos de Arya, pero no ha sido así. Creo que con el tiempo la gente irá asimilando este final y puede que hasta cambien de opinión. También hubo muchas críticas al final de Lost y ahora muchos medios dicen que su desenlace fue inmejorable.
Eliminar¡Un beso!
¿Sabes Laura? esta mañana he estado por aquí dejándote un comentario, o creyendo que te lo dejaba (creo que al final no he debido de darle a publicar, me ha pasado alguna que otra vez más). En fin, lo que te decía es que el final me ha gustado, quizás habría cambiado algunas cosas sobre todo lo referente a mi querida Madre de Dragones (al final un poco menos querida para todo el mundo, pero no para mí) y John Nieve (mis dos personajes preferidos). Un poco desilusionada al principio con el final de John y de Dany, pero aún así el final me ha gustado. La serie es una pasada, me parece como a ti maravillosa en cuanto a casting, realización, ambientación, etc, posiblemente de las mejores series que he visto (y mira que veo series). No soy mucho de repetir (ni con libros ya leídos ni con pelis), pero en este caso creo que voy a hacer como tú, creo que volveré a disfrutarla entera por segunda vez y creo que la voy a saborear más aún. Es una pena que esta última temporada se la hayan querido quitar de en medio cuanto antes y no hayan habido unos diez capítulos como en las anteriores para habernos contado las cosas con más pausa, con más tranquilidad, desarrollando la trama bastante más, pero bueno, es lo que hay. Y yo voy a echar de menos esta serie..., mucho, pero como la he disfrutado, pues lo que suele decirse..., ¡que me quiten lo bailaooo!
ResponderEliminarBesos
¡Hola, Marian!
Eliminar¡Juego de Tronos ya es historia de la televisión! Mis personajes favoritos son Jaime y Sansa debido a la evolución que han tenido y mi final hubiese sido que Jaime muriera en brazos de Brienne. Daenerys siempre me ha gustado y sus momentos en la serie han sido épicos. Me ponían los pelos de punta y los mejores temas musicales eran los suyos. Jon también me gusta, pero no me apasiona tanto. Pienso como tú con respecto a la duración de esta temporada. Tanto esta como la anterior tendrían que haber tenido diez episodios cada una para desarrollar mejor a los personajes y sus tramas. Las dos últimas temporadas no han sido perfectas, pero el conjunto de toda la serie es espectacular. He disfrutado mucho con toda la serie y me ha dado momentos inolvidables :) ¡Ahora toca comprar la serie completa! ;)
¡Un beso!