Eso que tú me das (2020)

 

Fuente: Atresmedia cine / Producciones del Barrio

Qué bonito es el amor,

más que nunca en primavera.

Que mañana sale el sol,

porque estamos en agosto…

¡Hola, chic@s! Puede que fueras, o no, fan de Jarabe de palo, pero lo que no se puede negar es que, para muchos, la voz de Pau Donés ya forma parte de la banda sonora de sus vidas. Si echamos la vista atrás y recordamos esos momentos que se quedaron por alguna razón grabados en nuestra memoria, seguramente Donés aparezca por algún lado. Yo misma me hice esta reflexión hace unos días y me sorprendió lo presente que Jarabe de palo había estado en mi vida. Las letras de sus canciones son aparentemente muy sencillas, pero si nos paramos a escuchar con atención vemos que en esas estructuras tan simples se lanzan grandes mensajes y, sobre todo, se hace hincapié en esos pequeños momentos que nos hacen felices pero que por desgracia casi nunca reparamos en ellos. Solemos asociar la felicidad con momentos inalcanzables y creemos que eso de ser felices es un estado permanente, pero esto no es así. La felicidad se encuentra en las pequeñas cosas, en los pequeños detalles (como en el breve fragmento de la canción Depende, la cual abre esta entrada) y muy pocos son conscientes de esto. El pasado 9 de junio, Pau Donés nos dijo adiós tras una larga lucha de cinco años contra el cáncer y pocos días antes de morir le concedió a Jordi Évole una entrevista para poder mostrarse al público tal y como es. Esta tiene lugar en la casa de Donés, en la Vall d’Aran, y la conversación que transcurre entre ambos es sencilla, sin pretensiones, como las letras de sus canciones, y es ahí donde radica su gran virtud.

El documental Eso que tú me das da inicio con Évole dirigiéndose a la casa de Donés. Va con todo su equipo en una furgoneta pero no vemos al periodista, solo le oímos hablar por teléfono con la oncóloga del cantante, y mientras esto ocurre el espectador se adentra dentro de la historia como si se encontrara en el mismo vehículo que Évole. Los nervios y la incertidumbre que pueda sentir el periodista en ese momento también la sentimos nosotros porque no sabemos con qué nos vamos a encontrar. Empezamos a imaginar mil y una cosas, pero tras unos instantes en los que nuestra mente ha hecho todo tipo de conjeturas, la pantalla finalmente nos enseña a un Pau Donés muy deteriorado físicamente, pero con una fortaleza y serenidad mentales que más de uno quisiera tener. La integridad del cantante nos tranquiliza y esos nervios iniciales desaparecen por completo; y es entonces cuando empieza una charla que conmueve porque está llena de pequeñas grandes cosas que nos van a emocionar y hacer reír a partes iguales. No esperéis un melodrama porque no lo vais a encontrar, al contrario, es como si Pau y Jordi se estuvieran tomando un café y nos dejaran ser parte de ese momento tan íntimo. En la entrevista se habla de todo y se tocan muchos puntos, pero el tema principal es la vida, una vida que a veces no valoramos hasta que ya es demasiado tarde. El documental está lleno de frases para enmarcar y que nos ayudarían mucho en nuestro día a día, pero yo me quedo con lo que os he comentado antes de la felicidad: hay que apreciar esos pequeños momentos (y también a esas personas) que no valoramos y que nos hacen felices. Porque eso es la vida, tal cual, y tenemos que sacarle todo el partido que podamos porque no sabemos qué puede ocurrir mañana.

Eso que tú me das tiene una duración de 65 minutos que se hacen muy cortos. No quieres que la charla finalice porque te sientes muy a gusto en ella y quieres seguir riendo y emocionándote. La palabra cáncer suele estar rodeada de muchos estigmas y las personas que la padecen también los sufren, pero este documental quiere romper con todas esas barreras y normalizar esa palabra que tanto tememos pronunciar. Este inspirador documental está hecho con un gran amor y respeto hacia su protagonista, y cuando abandonas el cine lo haces con una enorme sonrisa en la boca. Id a verlo, no os arrepentiréis.

Para acabar, me gustaría darle las gracias a Pau, allí donde estés, por este precioso regalo tan lleno de vitalidad y optimismo. Seguirás viviendo y brillando eternamente a través de tus canciones.

¡Hasta la próxima!

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