Cualquiera menos tú (2023)

 

Fuente: Columbia Pictures

¡Hola, chic@s! El pasado 19 de enero llegó a los cines españoles Cualquiera menos tú, una comedia romántica protagonizada por Sydney Sweeney y Glen Powell, que se ha convertido en un éxito global totalmente inesperado. No entraba en mis planes ver esta película porque no me llamaba la atención, pero empecé a leer artículos que destacaban no sólo el poder que este largometraje estaba teniendo a la hora de llenar las salas de cine sino que también mencionaba su logro en taquilla al conseguir mantenerse o doblar los beneficios de la semana anterior. La gente estaba entusiasmada y a mí me picaba mucho la curiosidad, así que ayer me planté en el cine para descubrir la razón de este fenómeno.

Cualquiera menos tú nos presenta a Bea y Ben, una chica y un chico que tras conocerse de manera inesperada deciden tener una cita. El encuentro va sobre ruedas, pero todo finaliza abruptamente debido a un malentendido. El tiempo pasa, pero un buen día vuelven a verse las caras porque la hermana de Bea y la mejor amiga de Ben van a casarse en Australia. La pareja protagonista debe viajar hasta allí para asistir a la celebración del enlace, y aunque al principio piensan que esta experiencia va a ser de lo más negativa, ambos deciden fingir que están juntos por puro interés personal. Sin embargo, lo que en un principio es una simple estrategia para engañar a los demás, pronto irá evolucionando en algo que los dos protagonistas no esperaban en absoluto.

La película de Sydney Sweeney y Glen Powell basa su premisa en Mucho ruido y pocas nueces, la icónica obra de William Shakespeare, y es un punto que me ha encantado, porque aunque es una adaptación libre, tiene escenas que son referencias directas a este clásico. Cualquiera menos tú tiene una trama sin pretensiones que es de lo más simpática y me ha arrancado más de una sonrisa. No inventa nada nuevo, ya que se adapta a los cánones del género; por lo tanto, te da lo que quieres ver. Sí que es cierto que tiene puntos que podrían recordar a las comedias de los 90, pero no llega al encanto que estas tenían.

Si le echamos un vistazo al reparto, se ha hablado mucho de la labor de sus protagonistas y de la química que tienen en pantalla. A ver, tanto Sweeney como Powell están correctos y me ha gustado su dinámica, pero  también es verdad que la evolución de su relación ha sido un poco caótica y vacilante, así que me hubiese gustado ver un desarrollo más asentado y creíble. En cuanto a los actores secundarios, tengo que decir que todos están fantásticos. Para mí han sido la revelación de la película y cada uno, con sus diferentes personalidades, pone la guinda al pastel.

Cualquiera menos tú es una película feel good perfecta para pasar el rato y tiene unos créditos finales que te invitan a bailar y cantar (ahora entiendo la fiebre con el tema Unwritten, de Natasha Bedingfield, una canción que me encanta y que ha sido redescubierta gracias a este estreno). La historia me ha gustado, está bien, pero esperaba mucho más de ella. No entiendo el fenómeno que hay a su alrededor y creo que está sobrevalorada (puede que su éxito sea por los rumores que afirman que sus protagonistas están juntos en la vida real o por el poder de las redes sociales), pero me da igual ya que me pone muy contenta la ilusión que está generando entre los espectadores. Ayer mi sesión estaba a tope y todos los asistentes disfrutaron de una historia sencilla que tiene como único objetivo entretener. Me ha gustado formar parte de este fenómeno social y espero que las salas de cine se sigan llenando de esta manera.

¡Hasta la próxima!

 

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