Jurassic World: El reino caído (2018)

¡Hola, chic@s! Hoy, os traigo mi review de Jurassic World: El reino caído, la segunda parte de la nueva trilogía que regresó en 2015 y que supuso el reinicio de la franquicia que Steven Spielberg mostró al mundo allá por 1993. En esta nueva entrega dirigida por J.A. Bayona, la Isla Nublar, lugar en el que habitan los dinosaurios, está siendo amenazada por la inminente erupción de un volcán y por este motivo, Owen y Claire (Chris Pratt y Bryce Dallas Howard) deciden volver para salvar a las especies que se encuentran allí. Sin embargo, cuando vuelven a pisar el mítico lugar se dan cuenta de que aquellos que los acompañan forman parte de una conspiración que pretende sacar a los dinosaurios de la mítica isla para lucrarse con ellos.

Mucho se ha hablado de esta nueva entrega, y muy bien, y por eso las expectativas han sido muy altas. Muchos la consideran la mejor parte de la saga detrás de Jurassic Park y personalmente la he disfrutado mucho, pero no es una película redonda porque el guion de Colin Trevorrow y Derek Connolly muestra cierto desgaste ya que se repite un poco la trama que vimos en la anterior entrega con la creación de una nueva especie y las últimas escenas de Blue, el velociraptor de Owen, vuelven a ser las mismas que en Jurassic World. En este sentido, parece que hemos visto un poco más de lo mismo y espero que la tercera entrega arriesgue más y nos muestre algo que nos sorprenda y nos deje con la boca abierta. No obstante, a estas alturas el espectador ya no posee esa ingenuidad que tenía tiempo atrás y será difícil conseguir el factor sorpresa, por otro lado Hollywood tampoco está por la labor de innovar, así que les espera una dura tarea por delante.

Sin embargo, hay muchos puntos que me han gustado y que os expongo a continuación. Primero de todo, hay que aplaudir la labor de Bayona detrás de las cámaras porque nos trae una historia con momentos realmente impactantes y con guiños tanto a la primera película de Jurassic Park como a sus propias creaciones. Los primeros 15 minutos son espectaculares y no sé yo pero me ha dado la impresión de que han cogido el final original que tenían planeado para Jurassic Park, eso sí con algunos cambios, y lo han incluido al principio. ¿Se trata de un pequeño homenaje? Tal vez. Por otro lado, la película combina de manera notable los momentos dramáticos, cómicos y de acción, pero también hay lugar para la emotividad y el suspense.

Bayona nos ha mostrado momentos grandiosos que son marca de la casa, pero también ha creado un ambiente más macabro en forma de cuento de terror protagonizado por la pequeña Maisie. Todos hemos tenido terrores nocturnos cuando hemos sido niños y se pasa realmente mal. Unos se presentan en forma de ruidos, otros en forma de visión y en otros casos, en la figura del monstruo. En esta ocasión, el dinosaurio es el monstruo y Bayona crea un escenario con alguna que otra pincelada gótica, que nos recuerda a un relato de miedo incluyendo a Maisie oculta bajo las sábanas mientras el dinosaurio se va acercando lentamente a ella. Son escenas que están muy bien conseguidas y hay un plano que me recuerda muchísimo a Un monstruo viene a verme y la mansión en la que transcurre todo evoca a El orfanato.

Los actores cumplen en sus papeles, pero me gustaría destacar precisamente a Maisie (Isabella Sermon), que a pesar de su corta edad hace un gran papel, Justice Smith como Franklin ha aportado grandes dosis de humor y el retorno en forma de cameo de Jeff Goldblum como Ian Malcolm. ¿Veremos a Sam Neill y a Laura Dern en la última entrega de la trilogía? ¡Crucemos los dedos!

Una de las cosas que más me han gustado de esta nueva entrega de Jurassic World son los temas que presenta. Por un lado, vemos como el hombre, una vez más, es un ser de lo más avaricioso y en esta ocasión trafica con los dinosaurios (en las anteriores entregas también se lucraban con ellos de otras maneras). Cuesta ver cómo los dinosaurios, esos seres que dominaron la Tierra hace millones de años, se convierten en simples marionetas en manos de los humanos y asusta esa ambición que nos ciega y que nos puede llegar a convertir en monstruos. Parece que no aprendemos y siempre caemos dos veces en la misma piedra. Por otro lado, el mensaje ecologista que lanza la película es potente ya que hace un llamamiento por la conservación de la naturaleza y por lo tanto, su contenido es de lo más actual. Además, esta película nos prepara para la última parte ya que en ella los humanos y los dinosaurios tendrán que aprender a coexistir, dos especies separadas por millones de años, y que hasta la fecha parecía inviable. ¿Será posible? Por último, este segundo film da un paso más en cuanto a ciencia se refiere ya que los dinosaurios no son los únicos que han sido clonados. Son preguntas muy interesantes y aunque Jurassic World es una historia de ciencia ficción en ocasiones me da la sensación de que algún día todo esto podría ser una realidad.

Jurassic World, a pesar de no tener un guion redondo, es un blockbuster perfecto para pequeños y mayores ya que combina muy bien acción, suspense, diversión, aventura y drama. No da tregua, Bayona está en su salsa y nos trae un gran espectáculo, él es un ejemplo perfecto de que los sueños que tenemos de niños se pueden hacer realidad, y nos enseña el camino que nos llevará a la tercera y última entrega prevista para 2021. Por cierto, para acabar, me gustaría comentar que antes de que Jurassic Park viera la luz el T-Rex era el rey de los dinosaurios y cada vez que aparece en la saga su presencia es imponente. Sin embargo, el velociraptor lo ha ido destronando poco a poco y ese pequeño raptor que nadie conocía se ha convertido en el gran reclamo de la franquicia (aunque mi corazón siempre pertenecerá a los Brachiosaurus).

¿Habéis visto Jurassic World? ¿Qué os ha parecido?

¡Hasta la próxima!

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Fotografías: Universal y El Periódico