El legado de Catherine Elliot, de Gemma Camblor y Esther Gili

¡Hola, chic@s! Durante el último trimestre de 2018 muchos libros llegaron a nuestras librerías, y uno de ellos fue El legado de Catherine Elliot. Todo el mundo hablaba maravillas de la obra de Gemma Camblor y Esther Gili y la verdad es que las reseñas que leía no hacían más que alimentar mis ganas de hacerme con él. Menos mal que lo hice, porque Catherine y el resto de mujeres que protagonizan este libro merecen ser descubiertas y recordadas.

El legado de Catherine Elliot da inicio con la historia de Catherine, una mujer del siglo XIX cuya mente está llena de historias y personajes, que luego cobran vida cuando los plasma con su lápiz y papel. Su historia nos muestra lo difícil que era ser escritora (y mujer) en aquella época, un tiempo en el que también vivieron grandes leyendas de la literatura como las hermanas Brontë, Elizabeth Gaskell o George Eliot, ya que la única manera para que tu historia captara la atención de los lectores era ocultándote detrás de un seudónimo masculino. Catherine, harta de esta injusticia, decide escribir un libro firmado con su nombre, y esta decisión afectará a la recepción de este ya que debido a su acto heroico su texto nunca llegará a los lectores. Sin embargo, la vida es muy caprichosa ya que su historia sobrevivirá al paso del tiempo gracias a una serie de mujeres de diferentes generaciones a las que Catherine cambiará sus vidas para siempre. Su obra será custodiada por estas féminas, desde el siglo XIX hasta nuestros días, y a pesar de ser muy diferentes entre sí, todas tienen algo en común: un gran espíritu de lucha y superación. Parece que el libro de Catherine guarda algo especial en sus páginas ya que es leer las primeras palabras y todas caen bajo un hechizo que les hace ver la vida de otra manera y las anima a luchar por aquello que creen y que las hace sentir vivas.

Estamos ante un libro que enamora porque es muy inspirador y todas sus páginas están plasmadas por una gran belleza. La prosa de Gemma Camblor es sencilla y directa, pero esta no viene sola ya que está acompañada por las maravillosas, exquisitas y preciosísimas ilustraciones de Esther Gili. Todos sus dibujos están llenos de color, son una obra de arte y te quedas embobada viéndolos. De hecho, en más de una ocasión, me quedé observando durante varios minutos sus páginas porque, además de ser una hermosura, están llenas de pequeños detalles.

Cada lector/a tendrá a su protagonista (o protagonistas) favorita y en mi caso, todas me han encantado, pero reconozco que tengo debilidad por Margaret. ¡Qué maravilla de mujer! Para mí ha sido una especie de musa y me encantaría ser como ella. Por otro lado, también tengo mucha debilidad por Catherine y Anne, dos mujeres que me han recordado a Jane Austen y las hermanas Brontë (de hecho, Anne trabaja como institutriz y se apellida Bell, y la pequeña de las Brontë se llamaba también Anne, trabajó de institutriz y su seudónimo a la hora de escribir sus novelas fue Acton Bell).

El legado de Catherine Elliot nos enseña que debemos luchar por nuestros sueños y no dejarnos vencer por las adversidades; pero también es un libro que ama, y valga la redundancia, los libros y nos muestra el gran poder que estos pueden tener en nosotros. Si nos lo ponemos a mirar, es una bonita carta de amor a la literatura. El libro de Catherine, una vez leído y cumplido su función, pasa a las manos de la siguiente lectora, y una vez tú acabas la lectura sientes que debes pasar esta obra a esa hermana, madre o amiga que forma parte de tu vida, y es algo que haré. Sin darte cuenta tú también has entrado a formar parte de la historia y eres una de las afortunadas del legado dejado por Catherine. Por lo tanto, os recomiendo la lectura de esta preciosa novela que, sin duda, os va a enamorar.

¡Hasta la próxima!

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