Hamnet, de Maggie O'Farrell
¡Hola, chic@s! Septiembre
es sinónimo de retorno y nuevos comienzos, y el blog ya está listo para el
nuevo curso. Mi mes de agosto ha cumplido con creces mis objetivos, ya que he
podido desconectar y cargar las pilas. En este descanso he podido leer todos
los libros que me había propuesto y al mismo tiempo he compartido mis días de
lectura con mi familia y mis (añorados) paseos y baños en la playa. Como he
dicho al principio de esta entrada, septiembre es sinónimo de retorno y nuevos
comienzos, pero también significa decir adiós al verano y dar la bienvenida al
otoño, una estación que adoro por su melancolía, y qué mejor manera de volver
que con una novela que me ha transmitido a la perfección este sentimiento. Así
que damas y caballeros, hoy inauguro el curso 2021-2022 con la deliciosa Hamnet,
de Maggie O’Farrell.
Descubrí a Maggie O’Farrell
en 2015 durante mi último año de universidad gracias a la novela La extraña desaparición de Esme Lennox, una historia llena de sutileza
y misterio que recuerdo como si fuera ayer. Desde entonces, esta autora
irlandesa ha estado en mi radar y, tras unos años sin volver a leer nada suyo, he
vuelto a ella para cobijarme en Hamnet, una novela muy especial que me
ha llegado al corazón.
Con Hamnet, O’Farrell
muestra una gran valentía ya que se propone un objetivo muy arriesgado que, si
no sale bien, puede acabar en desastre; sin embargo, la autora es una maga de
las letras y por eso ha dado voz y vida, y de manera soberbia, a un hombre que
los amantes de la literatura, y los que no lo son, conocen a la perfección:
William Shakespeare. No obstante, debo decir que en esta novela el
famoso Bardo de Avon es un personaje secundario (ni siquiera es nombrado por su
nombre; simplemente lo conocemos como el preceptor, el hijo, el profesor de
latín, el padre, el marido…) y la auténtica protagonista es Agnes, su mujer (aunque en los
libros de historia siempre se la ha conocido como Anne). En este libro veremos
la vida doméstica de la familia hasta que un día esta queda rota en mil pedazos
cuando el hijo de Agnes y William, Hamnet, muere a la tierna edad de 11 años.
La novela se divide en dos líneas temporales: por un lado, tenemos la trama que tiene lugar en el presente y en la que Hamnet es el absoluto protagonista. En ella, el pequeño busca desesperadamente la ayuda de su familia debido a la repentina y grave enfermedad de su hermana melliza, pero su llamada de auxilio no tiene respuesta. Esta intensa búsqueda que parece no tener fin va siendo intercalada con otra línea temporal que tiene lugar en el pasado y que nos enseña cómo era la vida de Agnes antes de que Shakespeare entrara en su vida y cómo finalmente ambos se conocen, se enamoran y forman una familia. Estas dos tramas se entrelazan de manera constante hasta que ambas colisionan ante el auténtico motor de la historia: la muerte del pequeño hijo de la pareja. A partir de aquí, el tiempo vuelve a ser lineal y con esta nueva estructura narrativa la autora nos indica que la vida sigue, pero que ya nada volverá a ser como antes. Ya no hay esperanza, ni alegría; ahora estamos ante el día a día y el vacío, la tristeza y el dolor parecen dominarlo todo.
Maggie O'Farrell. Fuente: ABC |
La novela toca temas como
la maternidad, la pérdida y el duelo, y veremos cómo este último es encarado de manera
diferente por cada miembro de la familia Shakespeare. Creo que este punto es
muy importante porque la fase del duelo no tiene un mismo patrón para todos.
Cada uno canaliza su dolor de una forma distinta y si una persona no expresa
abiertamente su tragedia personal esto no significa que carezca de sentimientos. Cada persona es un mundo, y su duelo también, y esto se refleja muy bien en la novela.
Por otro lado, quiero destacar la prosa de O’Farrell porque es sencillamente exquisita. Esta
está llena de sutileza, sensibilidad, delicadeza y contención. Hay momentos
verdaderamente emotivos que te erizan la piel y te obligan a parar la lectura
para que puedas imaginártelos con tranquilidad y recrearte en ellos. Hay
escenas preciosas y tristes, y estas están impregnadas de una melancolía
bellísima que vamos a encontrar en la mayoría de sus páginas. La autora consigue
apropiarse de la vida de los Shakespeare y muestra su propia recreación de los
hechos. La novela es una historia de ficción basada en hechos reales y lo que
realmente me ha gustado es que O’Farrell ha convertido a Agnes en la absoluta
protagonista y heroína de este drama. La esposa de Shakespeare siempre ha
salido muy mal parada en las biografías dedicadas a este genio de las letras y
hay muy poca información sobre ella (incluso a veces esta información ha estado basada en especulaciones),
así que es una desconocida para la mayoría. Sin embargo, O’Farrell ha cogido su
figura y la ha moldeado para otorgarle una personalidad y una voz de lo más especiales.
Agnes es una mujer muy peculiar a la que la caracteriza una gran fuerza y
personalidad y también un lado un tanto salvaje. Es imposible no quererla y
sentirse fascinado por ella.
Por último, me gustaría
acabar esta reseña hablando de su final. Obviamente no voy a explicar cómo se desarrolla todo,
pero en Hamnet vemos el nacimiento de Hamlet, una de las grandes
obras de la literatura de todos los tiempos, y es muy emocionante presenciar cómo
la tragedia de la muerte del pequeño hijo de los Shakespeare y la tragedia del
famoso y malogrado príncipe de Dinamarca se funden en una sola. Su final es
redondo y se despide de nosotros por todo lo alto.
Hamnet es
una novela llena de sentimientos y emociones que te va envolviendo poco a poco
y cuando llegas a su final lo haces emocionada y con una sonrisa en la boca. Maggie
O’Farrell nos trae una historia muy humana y la lectura de este libro ha
removido muchas cosas en mí, ya que Hamlet me ha acompañado en momentos
importantes de mi vida. Recuerdo que la leí por primera vez cuando tenía 17
años, ya que formaba parte del programa de estudio de la asignatura de
literatura universal y no sabéis lo que disfruté de las clases y del posterior
trabajo que tuve que hacer. Por último, Hamlet volvió a mi vida en mi
último año de universidad y en forma de proyecto de final de carrera. En esta
ocasión, tuve que analizar en profundidad al fantasma de la obra e indicar si
este poseía rasgos protestantes o católicos (o ambos). Os aseguro que, si leéis
la novela de O’Farrell, percibiréis Hamlet de una manera muy diferente.
¡Hasta la próxima!
Página de Facebook: El blog perdido de Laura
Instagram: laura_lamiel
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