Una temporada per xiular, de Ivan doig
¡Hola, chic@s! La
entrada de este viernes está protagonizada por Una temporada per xiular (Una
temporada para silbar), de Ivan Doig, un libro precioso que viene de la
mano de la editorial Viena Edicions.
Esta historia se sitúa
en 1909 y más concretamente en el pueblo de Marias Coulee, un rincón aislado de
Montana. En este lugar perdido viven Oliver Milliron, un granjero viudo, y sus
tres hijos (Paul, Damon y Toby); y la vida de todos cambia cuando leen un
anuncio que empieza de una manera bastante peculiar:
No
cuina, però tampoc mossega. - No cocina, pero tampoco muerde.
La protagonista de tan
insólita afirmación es Rose Llewellyn, una mujer también viuda y de buenas
costumbres, que ofrece sus servicios como criada. La familia Milliron decide darle una
oportunidad, pero lo que estos no saben es que Rose llegará junto a
su hermano Morris, un dandi que va siempre impecable, y que contrasta bastante
con la vida en Marias Coulee. Poco a poco estos dos forasteros
se convertirán en dos habitantes más del pueblo, especialmente cuando Morris
sea nombrado el nuevo profesor de la escuela. El hermano de Rose aceptará el
puesto de manera obligada, pero sus ingeniosos métodos marcarán un
antes y un después en su joven alumnado.
Ivan Doig, su autor, es
un cronista excepcional de la América rural. Empezar esta novela es meterse de
lleno en el día a día de una familia de granjeros y esto incluye colarse en sus
casas, su escuela y sus costumbres, y poco a poco, y de manera muy natural, nos
convertiremos en uno más de ellos, al igual que Rose y Morris. Estos dos
últimos personajes pueden ser vistos como un reflejo del lector, ya que al
principio de la novela ninguno de los dos sabe nada de los habitantes de Marias
Coulee, así que junto a ellos iremos
descubriendo ese pequeño, sencillo y maravilloso mundo.
La novela está narrada
por Paul, el hijo mayor de Oliver, y su relato es una mirada al pasado, ya que
el Paul que narra es un hombre adulto; por lo tanto, es imposible no ver en
esta historia un toque de melancolía y nostalgia. Paul y el resto de los
personajes son entrañables, y algunos son un poco excéntricos, como la tía
Eunice, una característica que le otorga a la novela un punto cómico. Todo este
pack hace que la lectura sea muy agradable, pero en la recta final hay un giro
en los acontecimientos que me sorprendió bastante y que le dio a la trama una
complejidad y profundidad que no esperaba (si queréis saberlo, tendréis que leer el libro).
Una
temporada per xiular es un libro amable y tierno, que no
vacío, no confundamos estos términos, que nos llevará de primera mano a la
América rural de principios del siglo XX. Esta crónica en forma de novela es
simplemente magnífica, y sus personajes son muy cercanos y humanos. Me han encantado todos, pero el contraste que aportan
Rose y Morris a la historia es, sin ninguna duda, la guinda del pastel.
¡Hasta la próxima!
¡Hola Laura!
ResponderEliminarleí Una temporada para silvar en 2012 (la tengo reseñada en el blog y por curiosidad le he mirado), recuerdo que me gustó mucho por todo lo que comentas, la ambientación a principios el siglo XX en una zona rural. Me encantó y con tu reseña he podido recordar a Rose, esa mujer que llega al pueblo para trabajar como ama de llaves en esa familia con niños que habían perdido a su madre y como trabajaba silbando, silbidos que alegraban el hogar de esa familia protagonista
¡Qué buenos personajes Rose y Morris!!
Me alegra que la hayas disfrutado
Besos!
¡Hola, Marian!
EliminarNo sabía que tenías esta novela en tu blog, ¡ahora mismo me paso a cotillear! La verdad es que es una historia muy bonita y entrañable, y sus personajes son preciosos. Me han encantado todos, pero la relación que Morris y Rose establecen con la familia Milliron es lo mejor. Me ha gustado mucho su dinámica.
¡Un beso!