El Renacido (The Revenant) (2015)

¡Hola a tod@s! Hoy, a poco más de 48 horas para la entrega de los Óscar, os traigo mi análisis de una película que ha generado (y sigue generando) muchas expectativas: El Renacido (The Revenant), de Alejandro González Iñárritu.

El último film del director de Birdman nos traslada a la América más salvaje de principios del siglo XIX y lo hace de la mano del explorador Hugh Glass (Leonardo DiCaprio), que junto a Hawk, su hijo mestizo, viaja con una expedición que recolecta pieles. En este viaje, Glass es atacado brutalmente por una osa y su destino parece estar escrito. Sin embargo, el explorador no se da por vencido y esto molesta a John Fitzgerald (Tom Hardy), uno de sus compañeros de expedición, ya que lo ve como una carga y por este motivo, decide abandonarlo a su suerte. Con lo que nadie cuenta es con la fuerza de Glass ya que este resurgirá de sus cenizas e iniciará un largo viaje hasta dar con Fitzgerald y cobrar así su venganza.

Tenía muchas expectativas con esta película debido a los galardones que está obteniendo y también, no voy a negarlo, porque muchos dicen que gracias a este film DiCaprio se llevará, por fin, la tan ansiada estatuilla. Sin embargo, cuando llegué al final de esta historia de superación y venganza me quedé un poco fría y a continuación os relataré los puntos buenos y no tan buenos de esta cinta.

Una de las cosas que hay que destacar de El Renacido es la impresionante fotografía de Emmanuel Lubezki porque consigue transportarnos de manera impecable a una América fría, salvaje y brutal. Dentro de esos bosques en los que Glass tendrá que moverse si quiere llegar hasta Fitzgerald se consigue crear una atmósfera muy hostil y esto afecta al espectador ya que produce en nosotros un estado de tensión permanente.

Por otro lado, y a pesar de ser una película muy física y brutal, también hay lugar para lo espiritual ya que a través de diferentes sueños, todos ellos con un gran peso metafórico, conseguimos entender un poco más la personalidad y el pasado de Glass. Desde mi punto de vista, este recurso beneficia al personaje interpretado por DiCaprio porque nos muestra a un hombre mucho más complejo de lo que en un principio pensábamos ya que su odisea no está motivada simplemente por la venganza y la violencia. Hay mucho más en nuestro protagonista y esto lo convierte en un personaje muy interesante ya que en él puedes ver brutalidad, fuerza y coraje, pero a la vez hay una cierta vulnerabilidad que nunca lo abandona.

Si le echamos un vistazo a su banda sonora vemos que esta pasa desapercibida, pero esto no supone ningún punto negativo ya que un uso excesivo de esta no beneficiaría a la historia. El dolor y la soledad con los que convive Glass durante la mayor parte del film no hubiesen sido detectados si se hubiese echado mano de la banda sonora ya que esta hubiese roto esa atmósfera de hostilidad, que es tan importante en esta cinta, y sobre todo, le habría dado un aire melodramático totalmente innecesario.

Sin embargo, el gran hándicap del film de Iñárritu es su excesivo metraje ya que, desde mi punto de vista, creo que se han querido regodear un poco del mundo creado para la película y en ocasiones, se abusa mucho de él con secuencias que no aportan mucho a la historia y que no ayudan a crear una conexión con el espectador. La primera media hora engancha al público debido a la fuerza con la que arranca la historia, pero luego hay una gran irregularidad que hace que este relato adquiera un aire un tanto tedioso. Sin embargo, esta densidad que rodea a la historia desaparece en el tramo final de la película cuando todos vaticinamos que el enfrentamiento entre Glass y Fitzgerald ya es inevitable.

Precisamente, los encargados de dar vida a estos dos personajes no podrían estar más espléndidos. Leonardo DiCaprio es un actor que con el paso de los años se ha ganado el status de uno de los mejores actores que podemos ver actualmente y muchos ven como un sacrilegio que el intérprete de la taquillera y oscarizada Titanic aún no tenga un Óscar en su vitrina o, quién sabe, en su cuarto de baño (y esto no lo digo yo, sino los actores que afirman tener su estatuilla en tan pintoresco lugar). En El Renacido, DiCaprio no interpreta al sufrido explorador sino que se transforma en él y gracias a su visceral interpretación podemos sentir todo su calvario. Por otro lado, Hardy no se queda atrás y me ha sorprendido gratamente ya que, en ocasiones, consigue despertar más interés que el personaje de DiCaprio debido a esa frialdad y maldad que tiene el personaje y que lo hacen muy interesante.

Como conclusión, se podría decir que El Renacido tiene todos los elementos para hacer de ella una gran película, pero no llega a la excelencia debido a su excesivo metraje ya que sus más de dos horas y media de duración consiguen que, en ocasiones, la narración sea muy densa y esto no ayuda a conectar con la historia al 100%. Sin embargo, si no hay ninguna sorpresa de última hora, este film dará a nuestro querido Leo su tan anhelado Oscar. Ahora que lo pienso, la odisea de Glass, vista desde un punto de vista cómico e incluso metafórico, podría representar el sufrimiento que DiCaprio ha tenido que experimentar todos estos años al ver que no le daban el reconocimiento que se merece. Si no le dan el premio este domingo creo que arderá Troya y se vengará de todos aquéllos que se encuentren en el Dolby Theatre de Los Ángeles. Así que crucemos los dedos para despertarnos el lunes con Leo y su flamante Óscar en las manos.

¡Hasta la próxima!

8/10

Podéis ver el tráiler AQUI