La Casa del Dragón - Temporada 2

 

Fuente: HBO

Esta entrada contiene spoilers

 

¡Hola, chic@s! El blog ha vuelto de sus vacaciones y lo hace con las pilas bien cargadas. Tenía prevista la vuelta para la próxima semana, pero parece que el ansia me ha ganado la partida una vez más ja,ja,ja,ja. Espero que hayáis podido descansar durante este verano que todavía sigue presente, y que la lectura haya ocupado buena parte de vuestros días; así que ya, y sin más dilación, empiezo este curso 2024-2025 con mi review de la segunda temporada de La Casa del Dragón (House of the Dragon).

Esta nueva entrega llegó a nuestras pantallas el pasado mes de junio - tras un parón de casi 2 años - y todos estábamos expectantes por ver su continuación, ya que la primera temporada se despidió por todo lo alto al abrir la temida caja de Pandora. Debemos recordar que este spin-off de Juego de Tronos se centra en la mítica Danza de Dragones, la guerra civil que enfrentó a la familia Targaryen en su lucha por el famoso Trono de Hierro, y la primera entrega acabó con la muerte de Lucerys a manos de su tío Aemond y el dragón de este, Vhagar. La mirada de ira y odio que Rhaenyra regaló a la cámara prometía el inicio de una guerra sangrienta; no obstante, esta promesa se fue diluyendo a medida que los capítulos se iban emitiendo porque la acción que esperábamos ha sido más bien escasa (con una excepción que comentaré luego).

Esta segunda temporada se ha centrado mucho en los diálogos, algo que ha ayudado a desarrollar aún más a los personajes y sus intenciones. Esta parte me ha gustado mucho porque el mundo de Juego de Tronos está lleno de interacciones y discursos memorables, y La Casa del Dragón no es ninguna excepción. Sin embargo, creo que deberían haber compensado esta parte con un poco más de acción, porque en ocasiones me ha dado la sensación de que la trama se ha quedado un tanto estancada. Esto también lo he visto en personajes como Daemon y Rhaenyra, en especial con el primero, ya que a Matt Smith no le han dado buen material para explotar toda la fuerza de su personaje. Por otro lado, todos sabemos que los personajes de George R.R. Martin tienen matices grises y los buenos no son tan buenos ni los malos tan malos. A pesar de eso, la serie siempre ha tirado más hacia el bando de Rhaenyra, conocido como los Negros, pero este año los Verdes son los que se han llevado las mejores tramas y personalmente he disfrutado mucho con la de Aegon y Aemond Targaryen, dos hermanos que tienen una relación definida por la venganza, el rencor y el poder. El segundo de ellos está interpretado por Ewan Mitchell y pienso que este actor es el que ha llevado sobre sus hombros todo el peso de la temporada. Su Aemond es un personajazo porque su frialdad y astucia no solo se ven reflejadas en sus actos o personalidad sino también en su estética y manera de moverse. Aemond es sinónimo de épica y todavía nos queda mucho por ver de él. Por último, me gustaría hablar de Alicent, una mujer a la que muchos catalogan de villana, pero creo que calificarla de esta manera sería simplificarla mucho. Alicent es un personaje lleno de capas debido a sus contradicciones y su conflicto es constante. Está en una lucha consigo misma que parece no dejarla vivir y esto la convierte en una protagonista muy interesante porque no sabes cuál será su siguiente paso. Por cierto, en uno de los capítulos Rhaenyra le dice directamente a Alicent que la historia la recordará como una villana y sus palabras son un guiño perfecto al libro de Martin, ya que el relato no está contado por sus protagonistas y siempre se ha sospechado que los narradores encargados de poner voz a este conflicto podrían haberlo modificado a su gusto por su supuesta simpatía hacia un bando u otro. Así que creo que la serie va a jugar con este punto para enseñarnos que a veces la historia no nos da la verdadera naturaleza de una persona y que todo es mucho más complicado de lo que pensábamos.

Fuente: HBO

Por otro lado, la acción que hemos tenido esta temporada no ha sido la esperada, pero el cuarto episodio nos brindó una batalla espectacular entre tres dragones que nos recordó que nuestro amor por estas bestias maravillosas sigue estando intacto. Este capítulo estuvo lleno de emoción, brutalidad y épica y nos hizo partícipes de la grandeza, pero también miseria, de esta dinastía. Es simplemente impresionante y este enfrentamiento es solo un adelanto de lo que está por venir.

Por último, me gustaría destacar el opening de esta segunda temporada, ya que capítulo a capítulo ha ido plasmando en él los sucesos que han ido teniendo lugar y lo ha hecho a través de un nuevo diseño que supera con creces al del primer año. Al mismo tiempo también quiero recordar la labor de Ramin Djawadi, el encargado de poner la música a Juego de Tronos y ahora también a La Casa del Dragón, porque es un compositor que, además de ser uno de los corazones de la serie, crea unos temas bellísimos y llenos de fuerza que ponen los pelos de punta. Para rematar, y si esto ya no fuera suficiente, también le gusta jugar con las emociones del espectador al rescatar temas pertenecientes a Juego de Tronos cuando la trama lo requiere y así conectar los dos universos.

La Casa del Dragón nos ha ofrecido una entrega que me ha gustado, pero que al mismo tiempo me ha sabido a poco. El desenlace de la segunda temporada ha sido como retroceder al final de la primera, ya que no se han arriesgado a exponer la guerra que todos esperábamos y debido a ello el ritmo se ha visto ralentizado. Me da miedo que los productores quieran alargar la serie de manera innecesaria debido a su éxito porque si lo hacen la trama quedará resentida, así que espero que no vayan por este camino porque la Danza de Dragones está llena de emoción y espectáculo y, por lo tanto, confío en que sabrán encontrar el equilibrio adecuado.

¡Hasta la próxima!