La Casa del Dragón (House of the Dragon): Primera temporada

 

Fuente: HBO

¡Hola, chic@s! Durante 8 años (2011-2019) Juego de Tronos fue la joya de la corona de la pequeña pantalla. Se convirtió en un fenómeno social que enamoró (y obsesionó) al mundo, y a pesar de su polémico final, su legado es incuestionable. Y precisamente su desenlace, que dividió tanto a su público, hizo que muchos seguidores dieran la espalda a cualquier spin-off derivado de la serie. Sin embargo, Juego de Tronos sigue siendo una máquina de lo más potente que, y esto es muy importante, tiene vida más allá de su Canción de Hielo y Fuego, ya que su autor, George R.R. Martin, se encargó de crear otros conflictos y personajes que iban más allá del relato principal, y que tuvieron lugar muchísimos años atrás. Varias fueron las candidatas que estaban deseosas de convertirse en la sucesora de la historia protagonizada por Daenerys, Tyrion y Jon, y, tras un intento fallido (no olvidemos que La larga noche no consiguió la ansiada luz verde), los seguidores de la obra de Martin han conseguido ver cómo uno de los sucesos más trágicos y legendarios de Poniente ha logrado, por fin, cobrar vida: la Danza de Dragones. Esta famosa Danza no es otra cosa que la guerra civil que se inició dentro de la Casa Targaryen por la sucesión al Trono de Hierro. Por un lado, tenemos a Rhaenyra, hija de Viserys I, que es nombrada por el propio rey como su heredera y, por otro, tenemos a Aegon II, hermano pequeño por parte de padre de la joven princesa. La primera será coronada una vez su padre fallezca, pero Rhaenyra no es un varón y no está bien visto que una mujer ocupe el trono, así que se urdirá un plan para que Aegon se haga con el poder y así gobernar los Siete Reinos. Ya sabemos que en el universo de Juego de Tronos no se solucionan las cosas con una conversación y un apretón de manos y, en este caso, no iba a ser menos, así que será mejor que nos preparemos porque la sangre que se va a derramar no va a ser poca.

La Casa del Dragón (House of the Dragon) nos ha ofrecido una primera temporada espléndida, que nos ha recordado el gran apego que aún tenemos por Poniente. Esta primera entrega consta de 10 capítulos que rescatan el espíritu de Juego de Tronos y todos me han hecho disfrutar como una niña pequeña. Da igual los años que pasen y los personajes que aparezcan, ya que en medio del conflicto siempre estará el famoso Trono de Hierro y el objetivo es hacerse con él cueste lo que cueste. Este primer año ha sido una presentación de los personajes y de las disputas que están a punto de tener lugar. Personalmente el perfil que se ha hecho de los protagonistas ha sido fantástico, y aunque podemos empezar a deducir de qué pie cojea cada uno, estos son imprevisibles y nunca se puede bajar la guardia con ellos. Este punto siempre me ha gustado mucho, porque los personajes de Martin nunca son blancos o negros y esto hace que sus trayectorias sean fascinantes. En La Casa del Dragón, al igual que con Juego de Tronos, tendrás a tus personajes favoritos, por supuesto, pero también volveremos a experimentar una sensación de lo más contradictoria y que consiste en apoyar a los que son considerados como “los buenos”, pero al mismo tiempo aplaudir en secreto a sus carismáticos antagonistas (Aemond, querido mío, tú eres un gran ejemplo de ello).

Los personajes, como podéis ver, son una delicia, y esto se debe al gran trabajo de guion que hay detrás, pero también a sus actores. Todos se han hecho con sus personajes sin titubear y, en algunos casos, el retrato que se ha hecho de ellos supera al que se vio en Fuego y Sangre, el libro en el que se basa. En este caso, el gran referente es Viserys I, al que da vida Paddy Considine, ya que en el libro el personaje no tiene el mismo impacto que, en cambio, sí tiene en pantalla. Con Viserys, que al principio no despierta un gran entusiasmo, se ha hecho un trabajo maravilloso y muchos hemos sido los que nos hemos emocionado con él. Lo mismo ocurre con Rhaenyra, que tiene el rostro de Milly Alcock y Emma D’Arcy, y que en Fuego y Sangre no me marcó mucho, pero en la serie posee un carisma y una fuerza especiales que hacen que la apoyes desde el minuto uno. Y si ya nos vamos hacia personajes más oscuros, no puedo dejar de mencionar a Matt Smith (Daemon Targaryen), Rhys Ifans (Otto Hightower) o Ewan Mitchell (Aemond Targaryen), ya que sus interpretaciones son simplemente perfectas, y son los encargados de que te replantees los puntos buenos del lado oscuro.

Si nos enfocamos en los capítulos, he de decir que ninguno nos da respiro, ya que estos están llenos de secretos, traiciones, conspiraciones y épica, mucha épica. No hace falta recordar que estamos hablando de los Targaryen y, si algo hizo que esta familia fuera vista como auténticos dioses, fueron sus dragones. Daenerys Targaryen tuvo tres dragones con los que consiguió crear una profunda conexión, pero en La Casa del Dragón tenemos nueve dragones, ¡nueve!, y mucho más grandes que Drogon y compañía; por lo tanto, imaginad la fuerza visual que esto puede suponer. Para acabar, unas líneas más arriba he mencionado que la serie tenía épica y mucha culpa la tiene Ramin Djawadi, el compositor de Juego de Tronos, que se ha negado a dejar Poniente, y vuelve a coger la batuta para poner música a un enfrentamiento que promete ser grandioso. Djawadi conoce muy bien el corazón de la saga y la prueba de ello son los temas que ha compuesto para esta.

La primera temporada de La Casa del Dragón cuenta con unos personajes fantásticos que han conquistado a la audiencia, pero también ha puesto sobre el tablero los conflictos que darán inicio a la Danza de Dragones, una tragedia griega que, a pesar de tener lugar años antes de los eventos ocurridos en Juego de Tronos, es una de las columnas vertebrales de la saga. Esta guerra civil es enorme en todos los sentidos, si no os habéis leído el libro os dejo la reseña aquí, así que, si las cosas se hacen bien, veremos una exhibición apoteósica. Por último, esta serie nos ha recordado que nuestra fascinación por Poniente no ha muerto, aunque algunos ya lo daban por hecho, y los dragones, con toda su grandeza y ferocidad, ya están preparados para rugir y entrar en batalla. ¡Ay, la que nos espera!

¡Hasta la próxima!

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