Big Little Lies 2

Esta entrada contiene spoilers de la primera temporada

¡Hola, chic@s! Hace dos años la serie Big Little Lies se convirtió en una de las grandes vencedoras de los premios Emmy al llevarse a casa, nada más ni nada menos, que ocho estatuillas. La serie de Reese Witherspoon y Nicole Kidman ocupó la primera plana, no solo por su innegable calidad, sino también por contar una historia que está de gran actualidad: la violencia, en todas sus vertientes, que sufre la mujer. La era del movimiento Me Too ha calado hondo y muchas han sido las mujeres que han aplastado su miedo para salir a la luz y contar su historia. Big Little Lies se convirtió en un referente y debido a su éxito, HBO encargó una segunda temporada de siete episodios, al igual que su predecesora. Como muchos sabéis esta producción está basada en la novela homónima de Liane Moriarty, así que cuando se anunció un segundo año no supe qué pensar ya que el desenlace fue perfecto al mostrar de manera muy efectiva el mensaje que se quería lanzar: la sororidad entre mujeres. Las famosas 5 de Monterrey me cautivaron por lo tanto, decidí darles una nueva oportunidad.

La primera temporada de Big Little Lies empezó con un asesinato, en ese momento la identidad de la víctima era un completo misterio, y este aliciente sirvió para que conociéramos a cinco mujeres, cuyas perfectas vidas no lo eran tanto. La violencia machista y el acoso escolar se apoderaban de cada episodio y, a medida que íbamos avanzando en la historia, esta iba descubriéndonos todas las sorprendentes capas con las que se cubrían nuestras protagonistas. Tras la muerte de Perry, el marido maltratador de Celeste, (¡sorpresa, él es el asesinado!), una nueva vida se abría paso y parecía que todo iba a estar bien. Sin embargo, muchas veces las películas y la series intentan obviar las secuelas y las consecuencias que un acto como este (y una persona como Perry) pueden dejar en una o varias personas una vez este individuo o situación son eliminados al final. La segunda temporada de la serie nos enseña el después y cómo este no es tan dorado como en un principio creímos.

Celeste, personaje interpretado por Nicole Kidman, consiguió liberarse de su agresor, pero su camino no es de color de rosa porque además de estar viviendo y procesando la fase del duelo, las secuelas de esa relación tóxica siguen muy vigentes en ella, haciendo que en muchas ocasiones se dirija al camino de la autodestrucción. Perry sigue muy presente y su recuerdo se debate entre el amor y el odio. Me ha parecido muy interesante que hayan mostrado esta parte de Celeste ya que representa muy bien esa dependencia emocional que las víctimas sienten hacia su agresor. Muchas veces pensamos que cuando una mujer es agredida cualquier lazo afectivo con su maltratador se disuelve y, desgraciadamente, en ocasiones, esto no es así.

Por otro lado, Jane (Shailene Woodley), al igual que Celeste, también fue víctima de violencia sexual por parte de Perry, y esta temporada vemos cómo a paso lento intenta avanzar y superar las barreras psicológicas y emocionales que nacieron por su funesto encuentro con él. Por último, Bonnie (Zoë Kravitz) representa la violencia intrafamiliar y cómo esta la influyó a tomar decisiones que la perjudicaron. Su actual vida es el resultado de aquel maltrato, y el perdón y afrontar sus errores será decisivo para ella. 

Este año la serie le ha dado la bienvenida a la tres veces oscarizada Meryl Streep, que da vida a Mary Louise, la madre de Perry, una mujer que intentará saber qué ocurrió con su hijo. El personaje de Streep es muy interesante porque es una villana de lo más particular; ya que por un lado entiendes que un hijo para una madre lo es todo, pero por otro, esta representa uno de los grandes pecados de la sociedad: culpar a la víctima en vez de al agresor. Mary Louise le da la vuelta a todo y lo hace sin despeinarse. Uno de los puntos que más me han gustado, y sacado de quicio, es que sin levantar la voz ni mostrar agresividad alguna, consigue reírse de las protagonistas restregándoles sus problemas a la cara.

Esta segunda temporada se me ha pasado en un suspiro porque ha sido muy entretenida. Las tramas han sido interesantes y las interpretaciones, una vez más, han sido excelentes. Las seis actrices han estado soberbias, pero este año me gustaría destacar a Laura Dern como Renata, porque su personaje nos ha dado momentos gloriosos moviéndose entre el drama, la comedia y la excentricidad. Sin embargo, esta segunda entrega no ha sido tan redonda porque algunas de las tramas no han estado tan bien ejecutadas. La trama matrimonial de mi querida Madeline (Reese Witherspoon) me ha sabido a poco. Creo que le ha faltado más desarrollo y su resolución me parece un tanto abrupta. Por otro lado, las tramas del resto de personajes me han gustado, pero se han quedado pequeñas comparadas con la historia y el enfrentamiento actoral compartido entre Nicole Kidman y Meryl Streep. Aun así es una temporada que me ha encantado.

Su desenlace, en comparación con el de la primera entrega, que podría haber sido un final totalmente cerrado, es abierto y da pie a un tercer año. No obstante, si decidieran no mostrarnos qué ocurre después tampoco me molestaría ya que nos enseñan, una vez más, que a pesar de los conflictos las protagonistas siempre acaban unidas y en esta ocasión, esa hermandad con la que nos despedimos de ellas hace dos años vuelve a resurgir, pero esta vez acompañada de otro elemento: la redención. 

Big Little Lies vuelve con una temporada notable, aunque no redonda, y la he disfrutado mucho. Ha sido fantástico disfrutar de las interpretaciones de un elenco de ensueño y cómo no tienen miedo de mostrar temas que a veces no son muy gratos de ver en pantalla. ¿Habrá tercera temporada? Todavía no hay ninguna confirmación, pero si así fuera no me importaría volver a Monterrey.

Si queréis leer mi review de la primera temporada de la serie y de la novela en la que se basa, os la dejo en este enlace

¡Hasta la próxima!

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Fotografías: HBO