Érase una vez en... Hollywood (Once upon a time in... Hollywood) (2019)



Esta entrada contiene spoilers

¡Hola, chic@s! A finales de 1960 Hollywood vivía envuelto en una atmósfera de paz y esperanza que no tardó en contagiarse en muchas personas. El amor y el optimismo estaban a la orden del día y parecía que nada ni nadie podía cambiar ese estado. Estaban muy equivocados. La madrugada del 9 de agosto de 1969, en el 10050 de Cielo Drive, cuatro integrantes de la secta liderada por Charles Manson, entraron en la casa del matrimonio Polanski y asesinaron a las cuatro personas que se encontraban en su interior (momentos antes ya se habían cobrado otra vida, la de un chico que se cruzó con ellos por pura casualidad). Una de las víctimas fue Sharon Tate, actriz y esposa del cineasta polaco, que en ese momento se encontraba embarazada de ocho meses. Estos salvajes crímenes fueron una auténtica bofetada para esa sociedad que creía que todo estaba bien y a partir de ese momento empezó otra etapa en Hollywood: una que mostraba que el horror y la crueldad podían estar aguardando a la vuelta de la esquina. Mucho se ha escrito y hablado de estos asesinatos y aunque nos dé pudor admitirlo, sentimos una morbosa fascinación por ellos. Hace dos años, Quentin Tarantino anunció el rodaje de su novena película y muchos la bautizaron como la película del asesinato de Sharon Tate. Es un error garrafal definir Érase una vez en... Hollywood con este título ya que esta cinta es mucho más que eso, y también porque en ella Tarantino nos ha confirmado que él es el dueño y señor de la historia y puede hacer con ella lo que quiera.

Érase una vez en... Hollywood nos lleva a 1969 para que conozcamos cómo era la industria del cine y lo hacemos de la mano de Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), un actor de westerns venido a menos, y Cliff Booth (Brad Pitt), su doble, y que más o menos sigue el camino de su amigo Rick. Hollywood está cambiando pero parece que a ellos les cuesta amoldarse, y mientras ambos intentan encontrar su camino, los dos son testigos del glamour y el éxito a través de sus vecinos: Sharon Tate y Roman Polanski.

Muchos han dicho que el noveno film del irreverente cineasta es su peculiar carta de amor al cine, y aunque suene remilgado, yo también lo he sentido así. No soy una fan incondicional del cine de Tarantino, pero con esta obra ha sabido hacer un retrato fantástico de aquella época combinando su reconocible sello con la nostalgia que muchos sienten por ella. Hollywood puede ser la puerta a los sueños de algunos privilegiados, pero también hay otros que no consiguen alcanzar las mieles del éxito y se ven atrapados en un mundo que nos es dibujado como de cuento de hadas, pero la realidad es más bien diferente. En esta ocasión, la meca del cine comparte su protagonismo con una subtrama bastante tétrica: la de la tristemente conocida como La Familia Manson, la secta liderada por Charles Manson. Ellos, al igual que Sharon Tate (Margot Robbie), van apareciendo en pantalla a través de pequeñas (pero constantes) pinceladas para recordarnos que algo muy oscuro se está fraguando en las sombras y que no debemos olvidarnos de ellos. Esta tensión que sentimos por la parte más oscura del ser humano, agregada a los entresijos del Hollywood de los sesenta, hacen de esta una película redonda. La he disfrutado mucho.

El cine ha gozado de diferentes épocas de esplendor y en cada una de ellas han habido una serie de actores y actrices que se han reivindicado como sus representantes. Parece que Tarantino se ha dado cuenta de esto, y ya que vamos a hablar de películas, el director ha escogido a Brad Pitt y Leonardo DiCaprio, dos actores que representan muy bien el cine de nuestros días y que son, sin ninguna duda, dos auténticos iconos que han sobrevivido al paso del tiempo estableciéndose y reivindicándose en esa meca del cine con la que tantos sueñan. Ambos están sensacionales en sus respectivos papeles, y DiCaprio, con su Rick, nos enseña un abanico de diferentes registros que huele a nominación al Oscar. Por otro lado, tenemos a Robbie como la tristemente desaparecida Sharon Tate. Muchos han criticado a Tarantino por mostrarla poco en pantalla y por darle pocas líneas de diálogo; sin embargo, y tras reflexionar durante un buen rato, creo que su objetivo era que el espectador viera en Tate ese misterio y perfección que siempre la han envuelto. Lo que sabemos de ella es más bien poco, así que Tarantino no rompe esa ilusión y decide conservar esa visión que tenemos de ella  mostrándola como ese mito que nunca llegaremos a conocer del todo. En la película es un personaje inalcanzable, pero podemos ver esa candidez, despreocupación y felicidad que parecen acompañarla siempre. Su humanidad y bondad son más que visibles y cada vez que sonríe se nos encoge el corazón ya que sabemos el destino que la aguarda, aunque ella no es consciente de nada. Su vitalidad, juventud y alegría son envidiables, pero a la vez ponen la nota triste a una historia que está destinada a convertirse en tragedia.




No obstante, todos sabemos que Tarantino no es ningún conformista, y con Érase una vez en... Hollywood nos demuestra que el cine es pura fantasía y que, como he dicho al principio de esta review, esta es su historia y puede llevarla por los derroteros que él quiera. Y así lo hace. El tercer acto de la cinta está enfocado en los minutos previos al asesinato de Tate y a la terrible culminación de este, y esa espera hasta que llegue el momento se hacen, por lo menos para mí, un tanto insoportables. El suspense es notable, pero cuando está a punto de tener lugar el momento por el que muchos han ido al cine, vemos que Tarantino se desvía del recorrido esperado por todos y opta por introducir a los miembros de la secta de Manson en otro hogar. El número 10050 de Cielo Drive no será profanado esa noche, pero sí el de la casa de al lado; esa en la que se encuentran los personajes de Pitt y DiCaprio. Lo que tendría que terminar en una orgía de sangre y muerte, finaliza de esa manera, sí, pero con Rick, Cliff y Brandy, la pitbull de este último, como unos auténticos vengadores al eliminar a los asesinos con la marca gore, violenta y sangrienta de Tarantino. El director ha cogido un hecho real y ha reescrito el pasado y cuando esto sucede vemos que ha estado jugando con nosotros durante toda la película. Cuando llegamos a este punto, muchos nos preguntamos qué papel juega el personaje de Tate en la trama ya que esta, junto con sus acompañantes, no sufren daño alguno. El asesinato de la actriz cambió el mundo de Hollywood para siempre, fue la ruptura de una época que parecía perfecta, pero aquí ocurre todo lo contrario. Su personaje, al final, sirve como nexo de unión para reconciliar y unir al viejo Hollywood con el nuevo y además de esto, también representa esperanza al tender una mano a Rick y ayudarlo a encontrar esa oportunidad que tanto se le resistía. Este desenlace me dejó con la boca abierta porque me pilló totalmente desprevenida, pero cuando escribes tu historia puedes hacer los cambios que tú quieras y con este film Tarantino nos da dos cosas: por un lado, tenemos justicia poética al ver cómo el séquito de Manson es aplastado y a todos nos hubiese encantado que Rick y Cliff se hubiesen encontrado allí la madrugada del 9 de agosto de 1969. Es una ilusión con la que muchas veces se ha fantaseado y el cineasta nos la sirve en bandeja. Por otro, creo que este desenlace es un precioso homenaje a Tate. Este final nos la retrata como la otra inesperada heroína de la historia al ser representada como si de un hada madrina se tratara al ayudar a Rick a continuar en el mundo del cine. Ella sigue siendo perfecta, inalcanzable, maravillosa, y en la película se le ofrece una segunda oportunidad. Ahora entiendo por qué Tarantino prohibió hablar a los que vieron la película en el Festival de Cine de Cannes.


Con Érase una vez en... Hollywood, Tarantino ofrece un maravilloso tributo al mundo del cine, pero también homenajea su propio trabajo a través de diferentes guiños y cameos. Un metacine en toda regla que hará las delicias de los cinéfilos. Además de esto, el final optimista que nos regala es perfecto, pero a la vez triste ya que la realidad fue totalmente opuesta. El cine obra milagros y aquí tenemos un cuento con final feliz (por algo la película lleva como título Érase una vez…). Estoy segura que los familiares y amigos de Tate verán esta película como un auténtico regalo. Y ahora me pregunto: ¿qué pensarán los seguidores de Manson de este final? Tarantino ha jugado a ser Dios y no se arrepiente de nada. ¿Y qué pasa con los actores? Me gustaría ver a DiCaprio y Pitt en la próxima entrega de los Oscars, pero aún queda camino por recorrer y muchos candidatos que desean encontrarse entre los nominados, pero soy optimista y creo que veremos sus nombres en la noche del 9 de febrero. Así que si tenéis alguna tarde libre durante este caluroso mes de agosto, os recomiendo esta película porque es puro cine.


¡Hasta la próxima!

Si queréis acceder a mi página de Facebook, haced click aquí
Instagram: laura_lamiel

Fotografías: Columbia Pictures, Pinterest

Comentarios

  1. ¡Hola Laura! he leído la entrada muy por encima porque avisas de que tiene spoiler y esta peli la voy a ver sí o sí. Me suele gustar casi todo lo que hace Tarantino, soy bastante fan de él, así que tengo muchas ganas de verla.
    Cuando ya la haya visto, me volveré a pasar por aquí a leerte detenidamente y contarte mi opinión
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Marian!

      No sabía que te gustaba Tarantino. Haces bien en no leerla porque te llevarías alguna que otra sorpresa ;) Cuando la veas esperaré tu opinión sobre ella.

      ¡Un beso!

      Eliminar
  2. No sabría como poner en palabras la tristeza y desazón que comencé a sentir una vez que vi a los subditos de Manson acercándose a la casa de Tate...y la sorpresa cuando los vi entrar en al de Rick! El final me dejó bastante desconcertado, pero Tarantino lo moldeó de un modo que es imposible no terminar con una sonrisa. Dices que Pitt y Di Caprio merecerian un Oscar, pero no nos olvidemos de Brandy quien termina ejerciendo como verdadero heroe de la historia!

    Me gustó mucho la película y también tu reseña!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Fabian! Muchas gracias por tus palabras :) En la recta final, cuando el asesinato está a punto de ocurrir, me puse bastante nerviosa porque no sabía cómo Tarantino lo iba a enfocar todo. No estaba preparada para ver el sufrimiento de Tate, pero cuando vi el giro de guion me quedé muerta (valga la ironía). Brandy, como bien dices, es la gran heroína y estaba sufriendo para que no le pasara nada. ¿Cómo ves la peli para la próxima entrega de premios? ¿Vas a escribir review?

      ¡Un abrazo!

      Eliminar
    2. Tengo pensado escribir algo si, pero tal vez me tome un tiempo para intentar hacerlo lo mejor posible. En cuanto a los premios, me gustaría verlo a Tarantino nominado por su guión, al igual que Di Caprio por su papel claro está! La participación de Al Pacino fue estupenda! Pero demasiado breve para considerarla tal vez? Ojalá reciba bastante cariño en varios rumbos! 🙌

      Eliminar
    3. A ver con qué nos sorprenden porque a veces los premios son de lo más impredecibles...

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares