The Crown 5

 

Fuente: Netflix

¡Hola, chic@s! Tras dos años de espera por fin ha llegado a nuestras pantallas la quinta temporada de The Crown, una entrega que se esperaba con muchísima expectación debido a la reciente muerte de Isabel II. La serie de Peter Morgan siempre ha conseguido encontrar el balance perfecto entre lo histórico y lo emocional, y esta nueva temporada vuelve a plasmar ambos puntos de manera espléndida. El reparto, como viene siendo ya una tradición, cambia cada dos años, así que en esta entrega los personajes han adquirido rostros completamente diferentes que tienen como objetivo reflejar el paso del tiempo. Los nuevos capítulos se sitúan en la década de los 90, un periodo convulso para la monarquía británica en el que las crisis y los escándalos eran el pan de cada día. En ellos veremos cómo la monarquía no avanza, ya que es un producto caduco que niega cualquier impulso de renovación, y esto hace que los británicos la tengan cada vez menos en cuenta. Asimismo, a esta pobre conexión con el pueblo británico, también hay que añadirle el final del matrimonio compuesto por Carlos y Diana, los príncipes de Gales, una separación que no estuvo exenta de morbo y polémica, y que llevó al límite a los habitantes de Buckingham Palace.

The Crown siempre ha contado con el beneplácito de público y crítica, pero esta vez parece que ha habido más división por el tono sensacionalista de la historia. Esto ha provocado un poco de indignación y decepción al respecto, pero en mi caso ha sido todo lo contrario, porque por primera vez puedo decir que los acontecimientos narrados los viví en persona (por decirlo de alguna manera), ya que yo era una niña en los 90 y recuerdo cómo las revistas y los programas de televisión no paraban de hablar de los escándalos de los Windsor (que eran uno detrás de otro); por lo tanto, el sensacionalismo siempre estuvo ahí y por este motivo el tono de la temporada lo encuentro de lo más acertado.

En cuanto al reparto, todos los actores han hecho un trabajo magnífico, me han encantado sus interpretaciones, aunque algunos no se parezcan mucho a las personas que interpretan (y aquí hablo de Dominic West como Carlos de Inglaterra), pero a favor de West diré que en anteriores entregas hubo actores y actrices que no se parecían en nada a su alter ego y no se dijo nada sobre ello (y entre ellas se encuentran Claire Foy y Olivia Colman, las encargadas de dar vida a la mismísima Isabel II). Todos los personajes destacan por sus historias personales y su lucha con la Corona, pero, y sé que esto no es nada imprevisible, me encantaría hablar un poquito de Diana de Gales.

En la quinta temporada el rostro de Lady Di es el de Elizabeth Debicki, una actriz que nació en París, donde por casualidades de la vida murió Diana, y que es un calco de la añorada princesa. Debicki hace un trabajo fantástico logrando captar a la perfección la imagen pública que tenemos de la reina de corazones, algo que hizo que en más de una ocasión tuviera que mirar dos veces porque Debicki parecía un clon de Diana. Además de esto, esta temporada ha hecho con el personaje algo que me ha gustado mucho, y que se centra en mostrarla humana; en otras palabras: imperfecta. Los espectadores siempre hemos visto a la Diana de la televisión y las revistas, la mujer activista que realizaba labores humanitarias, pero la que también derrochaba glamour y elegancia en sus numerosos actos públicos. Su imagen era impoluta, era un ángel caído del cielo, y parecía que nunca había cometido un error. Con el paso del tiempo, su persona se ha convertido en una leyenda que nadie quiere manchar, pero, ¿cómo era en la intimidad? Con este punto se puede jugar muchísimo y la serie ha deconstruido el mito para acercarla más a nosotros y alejarla un poco del Olimpo de los dioses, en definitiva, mostrándola como un ser humano de carne y hueso, con sus virtudes y sus defectos. Esto también ha ocurrido con Carlos y Camilla, que siempre han sido los malos malísimos de la historia, y aquí veremos su parte más vulnerable y humana.

La nueva temporada de The Crown ha vuelto a estar a la altura de sus predecesoras, mostrándonos de manera magistral los entresijos de una de las familias más poderosas y controvertidas de todos los tiempos. El desenlace de esta entrega nos va preparando para la inminente muerte de Lady Di, el personaje que, posiblemente, es nuestro enlace emocional con la historia. No sé vosotros, pero yo estoy muy emocionada con la temporada que está por venir, y que será la encargada de decir adiós, ya que, y como he dicho antes, esta parte de la historia la viví en persona y siempre que la recuerdo no puedo evitar conectarla con algunos momentos de mi vida. Sin duda The Crown es una de las series del momento y nunca decepciona. Además, esta temporada resulta muy interesante, ya que debido a la muerte de Isabel II, no puedes evitar ver en algunas de sus escenas cierta ironía que no estaba planificada cuando las rodaron, pero la vida, que siempre es muy caprichosa, ha conseguido que las veamos con otros ojos.

¡Hasta la próxima!

 

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