Los Fabelman (The Fabelmans) (2022)

 

Fuente: The Hollywood Reporter / Universal Pictures

¡Hola, chic@s! Hace unos días tuve la oportunidad de ver Los Fabelman, la última película de Steven Spielberg, que cuenta con 7 nominaciones a los premios Oscar. Antes de empezar a hablar de la película, me gustaría dedicarle unas líneas a su cineasta. A ver, que levante la mano aquel o aquella que no conozca a Steven Spielberg. Para mí esto es algo imposible, porque desde mi punto de vista Spielberg es el director más popular del siglo XX. Además, sus películas han conseguido capturar a diferentes generaciones y esto es algo que no se ve todos los días (de hecho, la primera película favorita de mi vida es Tiburón, film que descubrí con tan solo 5 años). Todas sus historias nos han mostrado diferentes tramas, pero en ellas, se percibiera más o se percibiera menos, tenían de fondo a la familia, un núcleo que, además, no se podía definir como idílico. Con Los Fabelman, Spielberg alcanza su proyecto más personal y vuelve a sus orígenes, ya que en esta película autobiográfica (que se toma algunas licencias), le echaremos un vistazo a su infancia y juventud y en ella no solo veremos su amor por el cine, sino que también seremos testigos del divorcio de sus padres y cómo este le afectó.

Mis expectativas con esta película eran enormes porque, por un lado, le tengo un gran cariño a Spielberg y, por otro, porque también tenemos a Michelle Williams y Paul Dano, dos actores con los que he crecido y a los que he visto crecer en pantalla. Los Fabelman me ha gustado, pero no me ha entusiasmado como yo quería y es una pena porque la emoción que me ha transmitido ha sido más bien comedida.

A pesar de ello, Spielberg nos ofrece un coming of age precioso en el que veremos no solo el crecimiento personal del protagonista, Sam Fabelman (y alter ego del director), sino también cómo el cine lo ayudó a enfrentarse a sus problemas personales (atención a esa escena con su madre en la que una imagen vale más que mil palabras). Spielberg es un maestro a la hora de contar historias y acompañarlas de imágenes que se te quedan grabadas en la memoria, y Los Fabelman puede presumir de tener momentos así. Personalmente me quedo con las escenas en las que vemos a un Sam adolescente creando sus propias películas caseras, con la ayuda de sus familiares y amigos, y cómo poco a poco sus historias se van beneficiando de las técnicas y los trucos que va adquiriendo con el paso de los años. En momentos como estos el amor y la ilusión que se transmiten por el cine es absoluto y el espectador lo puede sentir en su propia piel.

El reparto de la película está fantástico, no esperaba menos de él, y ofrecen interpretaciones maravillosas. No obstante, me gustaría decir una cosa sobre Michelle Williams, y es que al principio me costó conectar con su personaje. La veía exagerada, sobreactuada, pero ese sentimiento se fue diluyendo poco a poco y detrás de su excentricidad pude ver finalmente la tristeza y el conflicto que llevaba dentro. Precisamente quería que ella fuera mi punto de conexión con toda la historia, pero esto tardó en llegar y me sentí un poco decepcionada. Sin embargo, esto no quita que la interpretación de Williams sea excelente; al igual que la de Paul Dano, al que injustamente no han nominado al Oscar.

Los Fabelman es una película que ha ayudado a Spielberg a analizar y reconstruir su pasado, perdonarlo, pero también perdonarse, y darle un cierre definitivo. Es una película preciosa, pero me ha faltado emoción. Por otro lado, hay que subrayar esa carta de amor por el cine que se respira a lo largo de toda la historia y cómo esta nos enseña que, a pesar de las decepciones y los malos momentos que nos pueda traer la vida, las películas nunca nos abandonan. Por último, estad atentas y atentos a los últimos minutos de la película: no decepcionan y son todo un regalo.

¿Ya habéis visto Los Fabelman?

¡Hasta la próxima!

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