Mis Crónicas Londinenses Vol. 2: Quinto día

¡Hola a tod@s! El domingo amaneció soleado en Londres y quieras o no ver el sol desde primera hora de la mañana activa el ánimo de cualquier persona. Nuestra primera parada del día fue Abbey Road ya que nos queríamos hacer una foto en el lugar en el que quedó inmortalizada la icónica imagen del cuarteto de Liverpool cruzando la calle. Sin embargo, antes de hacernos la tan ansiada foto quedamos en la parada de St. John’s Wood con una amiga y compañera de universidad, que se había instalado en Londres unos días antes para empezar un máster de edición. Lo nuestro tiene delito porque vivimos en el mismo pueblo, más concretamente a 10 minutos la una de la otra, pero nunca quedamos y para una vez que lo hacemos nos vemos en Londres. Pero quitando la anécdota, cuando las cuatro nos dirigimos a la famosa calle menos mal que había gente haciéndose fotos porque si no llega a ser por los turistas hubiésemos pasado de largo. Nos hicimos la foto como buenas fans no sin antes haber esperado el momento adecuado ya que es una carretera muy transitada. Tuvimos que hacer malabares para saber cuándo era el momento oportuno ya que no solo los coches eran un hándicap sino también los otros turistas ya que esperaban a la más mínima oportunidad para quedar inmortalizados en tan famoso lugar. Cuando nuestro objetivo se cumplió pudimos ver a pocos metros los famosos estudios y no me podía creer que estuviese en un lugar tan mítico.

Nuestra siguiente parada fue Camden y la verdad es que estaba tal y como lo recordaba. Había muchísima gente, pero el ambiente era espectacular. Este lugar tiene algo especial que me encanta (aunque a mi hermana le gusta muchísimo más que a mí) ya que hay mucha autenticidad en sus calles y las personas que viven en ellas. Para cualquiera que vaya a Londres, Camden Town y su mercadillo son parada obligatoria. En esta ocasión, fuimos por lugares a los que no fuimos la vez anterior y, como no podía faltar, nos hicimos una foto con la estatua de Amy Winehouse. Impacta ver la recreación de una cantante que murió tan joven ya que parece que fue ayer cuando aparecía en televisión por sus continuos excesos. La estatua de Winehouse es muy especial ya que mucha gente plasma su amor por la cantante dejando objetos personales en ella como por ejemplo, flores en su pelo o pulseras en sus muñecas.

En Camden viví otro momento friki cuando en una tienda vintage vi una TARDIS de madera. La que me compré en Forbidden Planet unos días antes era bonita, pero está era preciosa. La de Forbidden Planet parecía más de juguete, pero la que encontré en Camden era de madera y la luz se iluminaba a la vez que reproducía el mítico sonido que se escucha cuando aparece y desaparece como por arte de magia. Además, al abrir sus puertas se puede ver una recreación del interior de la TARDIS de Christopher Eccleston y David Tennant, el noveno y décimo Doctor, respectivamente. Al ver la TARDIS tuve amor a primera vista con ella, pero pensaba que no me la podía comprar porque ya tenía una, pero quien sabe cuándo podía encontrar una TARDIS tan especial así que, como no, se vino conmigo. Mi adquisición era de segunda mano así que ya tiene una historia detrás que, por el momento, desconozco. En la foto que os pongo a continuación, la podéis ver junto a Cersei Lannister. Es un bonito crossover, ¿no creéis?

Una visita a Camden no está completa sin visitar la casa en la que vivió y murió su más grande embajadora: Amy Winehouse. Nos costó unos 20 minutos llegar a su casa y cuando llegamos nos encontramos con una calle de lo más tranquila que no tiene nada que ver con el bullicio que hay en el mercadillo. La casa de Winehouse está al lado de un parque y a pocos metros de la puerta principal nos encontramos con un pequeño altar que los seguidores han creado para rendir tributo a su adorada cantante. Nosotras también le escribimos unas palabras para agradecerle su música y dejamos una pequeña nota junto a un árbol.

La casa de Winehouse fue nuestra última parada antes de dirigirnos a Aldgate East ya que, ¡por fin!, íbamos a poder realizar el tour que nos llevaría a los lugares por los que se movió Jack el destripador. Antes de relataros nuestra experiencia quiero explicaros que este tour lo realizamos a través de la empresa Londres en Español (clickad en el nombre para obtener más información) y sus rutas están hechas para personas que hablan castellano. En otras palabras, si queréis hacer un tour por Londres, pero no habláis el idioma no os preocupéis porque esta empresa hace tours con guías que hablan castellano así que no hay ningún problema. Nos encanta Londres, pero siempre te alegra ver gente que habla tu idioma y en este caso, como era de esperar, el grupo de turistas que nos iban a acompañar en el tour eran españoles a excepción de un matrimonio y su hijo que venían de Argentina.

No voy a poner aquí las explicaciones que Edward, nuestro guía, nos dio porque creo que no sería justo ya que los tours están para ser descubiertos, pero os puedo decir algunas cositas como que el tour estuvo basado no solamente en la historia de los asesinatos sino también en el contexto histórico de la época y gracias a esto aprendimos muchísimas cosas sobre las personas de los bajos fondos. Me dio mucha impresión pasear por las calles en las que el famoso asesino acabó con las vidas de sus víctimas ya que no me podía creer que en esas calles, donde actualmente todo estaba en orden, se habían cometidos unos crímenes que ya han alcanzado el nivel de mito. El tour fue fantástico ya que nuestro guía nos lo explicó todo con gran detalle y teatralidad. Consiguió meternos en la historia en dos segundos y capturó nuestra atención nada más empezar a hablar. Una de las cosas que más me gustaron es que nuestro guía consiguió meternos el miedo en el cuerpo, pero a la vez narraba todo con mucho sentido del humor. No sabía si nos estaba tomando el pelo en ciertos puntos así que no bajamos la guardia en ningún momento. Hubo momentos muy buenos en los que nuestro guía se escondía en las esquinas para asustarnos, pero los que se llevan la palma son los espontáneos que nos encontramos por el camino. Por ejemplo, nada más empezar la ruta, nos paramos en un pub conocido como The White Hart en el que supuestamente vivió uno de los grandes sospechosos del caso. Mientras Edward nos iba narrando la historia había un hombre dentro del bar que nos amenazaba con contarnos el cuello. Muy bonito, lo sé. Sin embargo, el punto álgido vino en la última parte del tour. Os pongo en situación: eran casi las diez de la noche y estábamos parados en el lugar en el que Jack mató a Mary Kelly, su última víctima y con la que más brutalidad mostró. Estábamos ante el escenario de uno de los crímenes más sádicos de la historia cuando en pleno silencio y estando más que atentos a la explicación del guía, una furgoneta blanca pasó por nuestro lado con un hombre asomado a la ventanilla y gritándonos a todo pulmón. El bote que dimos fue conjunto, pero cuando nos estábamos recuperando del susto un vagabundo pasó por nuestro al lado y al grito de “I’ll kill you!·” (¡Os mataré!) logró romper otra vez la aparente tranquilidad de la ruta. Mi amiga y dos personas más (más concretamente el padre y el hijo argentinos) no acabaron el tour y se pusieron en una esquina para no escuchar las detalladas explicaciones del asesinato de Mary Kelly. El tour acabó pocos minutos después y para volver otra vez a la realidad nuestro guía nos acompañó hasta la estación de Liverpool. Menos mal que lo hizo porque al acabar me sentía muy insegura por esas calles y por otro lado, para llegar a la estación teníamos que pasar por algunos callejones dignos de la época de Jack.

Si algún día vais a Londres y queréis saber sobre el destripador ya os digo que este tour es genial ya que te relatan la historia de estos crímenes de una manera interactiva y muy detallada. Por otro lado, visitas los lugares donde ocurrió todo y muchos de ellos conservan el aspecto que tenían en el siglo XIX por lo tanto, muchos de los edificios que se ven en la ruta están tal y como los vieron el asesino y las víctimas. Por último, a  pesar de ser una historia macabra el guía relata algunos de los acontecimientos con un gran sentido del humor  haciendo que la ruta se te pase volando. Nosotros empezamos a las 18.30 y teníamos que acabar dos horas después, pero terminamos a las diez de la noche. Me lo pasé en grande y me encantaría volver a repetir. Tuve miedo y a la vez me morí de risa. Espero que mi próximo tour con ellos sea el llamado “Londres Macabro”.

El tour fue la guinda perfecta para poner fin a un día fantástico. Me fui a dormir muy contenta por el día que habíamos tenido y el siguiente se presentaba muy interesante ya que por unas horas dejaríamos Londres para ir a Cambridge, aunque para eso tendréis que esperar a la siguiente entrada.

¡Nos vemos en unos días!