Mis Crónicas Londinenses Vol. 2: Sexto día: Cambridge
¡Hola
a tod@s! Ya sé que os prometí una crónica de mi viaje cada cinco días y llevo
más de una semana de retraso. ¡Es para matarme! Lo que ocurre es que siempre
que prometes alguna cosa pasa algo que te impide cumplirla y en mi caso ha sido
un catarro espantoso que me ha dejo bastante chafada. Ahora estoy mejor así que
aprovecho para traeros la penúltima crónica de Londres, aunque en esta ocasión
salimos de la city y nos dirigimos a otra ciudad que está situada a unos 80
kilómetros de Londres: Cambridge.
La
idea de salir de Londres por unas horas me apetecía mucho, pero casi no lo
hacemos porque estuvimos a nada de perder el bus. ¿El motivo? Poner mal el
despertador. Nuestra idea era levantarnos a las 6.45 de la mañana ya que
nuestro bus salía a las 8.30 y queríamos ir tranquilas. Sin embargo, mi hermana
tuvo un problema de números y lo puso a las 7.45. “Lo gracioso” de todo es que
nuestro compañero también puso el despertador a la mima hora así que el
desastre ya estaba servido. No obstante, una de mis obsesiones era que el
despertador no sonara, no solo ese día, sino todos, así que a las 7.15 el sol me
despertó y no sé por qué pero decidí ver la hora en mi teléfono, ¡y eran las
7.15! Salimos disparadas de nuestras camas y con cara de sueño nos fuimos corriendo
a la estación de metro que nos llevaría a Victoria. Íbamos con tiempo, pero no
nos quedamos tranquilas hasta llegar a nuestro destino.
Al final la jugada nos salió bien y llegamos una media hora antes a la estación de autobuses.
Una vez allí nos compramos unos desayunos y acto seguido subimos al bus. Para
salir de Londres tardamos lo nuestro ya que el atasco a primera hora de la
mañana era horrible, pero una vez lo hicimos el ruido quedó atrás y el silencio
se hizo con el lugar. Bueno, el silencio y también el sueño. Tras dar alguna
que otra cabezadita, me di cuenta de que a medida que nos íbamos acercando a
nuestro destino el cielo se iba oscureciendo cada vez más y teníamos miedo de
que la lluvia nos estropeara el día. Al final, no llovió pero el cielo permaneció
gris toda la jornada.
Una
de las cosas que más me gustaron de Cambridge es que no tiene nada que ver con
Londres. La capital británica está llena de vida y movimiento, pero Cambridge
es otra historia ya que esta ciudad universitaria está repleta de casitas y la
tranquilidad es una de las grandes características de este lugar. Me gustó
mucho escapar, por unas horas, del caos que a veces se puede ver en Londres.
Nada
más llegar a Cambridge me enamoré de la ciudad ya que era como estar dentro de
un cuento, en serio. Además, el hecho de que el cielo estuviera gris le daba un
aire muy romántico y melancólico y vosotros sabéis que una atmósfera así me
puede. Paseamos por la ciudad durante toda la mañana y parte de la tarde ya que
lo bueno que tiene Cambridge es que la puedes ver entera en menos de un día. No
nos subimos a las barcas ya que mi hermana no lo pasa muy bien debido a los
mareos así que me quedé con las ganas. Eso sí durante todo el día fuimos esquivando
a los chicos que nos querían vender un viaje en barca. ¡Estaban en todos los
lados! Nos sabía mal rechazarlos una y otra vez así que optamos por decir que
ya habíamos hecho un viaje en barca y así no nos insistían. Para compensar la falta
de las barcas visitamos tiendas artesanales de dulces, mercadillos y, cómo no,
una librería, y más concretamente la que produce los libros con la editorial Cambridge University Press, unos libros
que yo he usado bastante durante la carrera.
Antes
de ir a buscar algún restaurante o bar para comer fuimos a ver una de las
localizaciones en las que se rodó una escena de La teoría del todo, la película que se basó en las memorias de Jane
Hawking a la hora de relatar su matrimonio con el célebre Stephen Hawking. Tras
visitar la localización, que para los más curiosos diré que es el lugar en el
que se rodó la escena en la que un jovencísimo Hawking le comenta a Jane la
posibilidad de descubrir qué ocurrió antes del principio del tiempo, nos dirigimos a un bar de “tapas españolas”
para comer, aunque de español no tenía nada, así que para quitarnos la
decepción nos fuimos a una pequeña cafetería que era muy coqueta. ¿Sabéis de
estas cafeterías adornadas con flores y que parecen ser parte de una casita en
el campo? Pues así era la cafetería.
Después
de la comida vimos lugares imprescindibles como el Trinity College, St John’s
College y el King’s College entre otros. La verdad es que Cambridge es una
ciudad en la que se percibe una gran tranquilidad que te permite desconectar de
todo y tiene un encanto muy especial. Cómo os he dicho antes, esta ciudad universitaria
parece estar sacada de un cuento. Sus canales están rodeados de vegetación y me
quedaba embobada viendo a los animales pastar por sus prados verdes. Una
auténtica maravilla. Aunque os reconozco que me hubiese gustado salir del
centro de esta ciudad y explorar un poquito más su lado menos turístico. Salimos
de Cambridge hacia las 17.30 de la tarde no sin antes descansar en una gran
explanada verde junto a otros estudiantes.
El
retorno a la ciudad se hizo más corto que la ida hacia Cambridge y nuestra
llegada a calles como Baker Street nos indicaban que estábamos más cerca de
casa. Nuestro día en Cambridge nos relajó bastante y nos permitió desconectar
de la ciudad. Es una ciudad que recomiendo ver si algún día vais a Londres ya
que es una auténtica maravilla y muy diferente de la city. Ahora me gustaría
poner el pie en su más directa rival: Oxford.
Cambridge
marcaba nuestro penúltimo día en Londres y cuando llegamos al hostal ya nos
preparamos para nuestro último día de turismo ya que es verdad que no dejábamos
la ciudad hasta el miércoles por la mañana, pero como podéis suponer el último
día supuso para nosotras la despedida de una ciudad a la que quiero tanto…
Aunque eso lo descubriréis mañana, sí mañana, y de esta manera daré por
finalizada las crónicas de mi viaje.
¡Os
veo en unas horas!
Por cierto, si os queréis pasar por mi página de facebook aquí os dejo el enlace.
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Hola Laura!
ResponderEliminarNo he estado en Cambridge, pero se ve una ciudad preciosa. Me encanta la combinación de verde y edificios antiguos. Por cierto, ¿de qué es esa tienda llamada When I was a kid?
Donde sí estuve fue en Oxford y me gustó mucho. Aunque nos hizo un tiempo espantoso, todo el día gris y lloviendo por la tarde :( Pero allí descubrí un sitio estupendo para comer y una librería donde todos, todos sus libros (viejos y nuevos) valen dos libras. Un paraíso lleno de tentaciones, vaya XDD
¡Un beso!
¡Hola, Raquel!
EliminarLa tienda "When I was a kid" me llamó mucho la atención y le hicimos una foto. Es una tienda que vende dulces y juguetes. Más que nada el nombre es una evocación a la infancia y creo que el título escogido para este lugar es, simplemente, precioso <3
Ay, me encantaría ir a Oxford, me han hablado muy bien de ella :-) ¿Una librería con libros por sólo dos libras? ¡Dime como se llama por si algún día voy por allí!
¡Un beso muy grande!
Esta es una de mis visitas pendientes. Estuve en su "rival" Oxford y me encantó! Y esta ciudad tiene pinta de que tampoco me iba a defraudar. Una vez leí que a algunos estudiantes de estas dos universidades les cuesta luego volver a empezar después del ambiente que viven allí y creo que les comprendo. Porque esos colleges, la ciudad... tiene que ser una experiencia increíble!
ResponderEliminarBesines!
¡Hola, Jane!
EliminarVaya, no sabía eso de que a los estudiantes les cuesta adaptarse a la vida normal después de haber estado en estas dos ciudades. La verdad es que no me extraña ya que Cambridge parece estar apartada de todo y tener su propio mundo. En mi caso, espero visitar a su rival en un futuro. En nuestro caso la película sería "Tú a Cambridge y yo a Oxford" jajaja
¡Un beso muy grande!
¡Hola, Laura!
ResponderEliminarTe comprendo muy bien, cuando prometes algo parece que todo se confabula en contra para que no puedas cumplirlo, a mi me pasa. jejejeje.
No había estado en Cambridge. La verdad es que, como dices, no tiene nada que ver con Londres, que es mucho más turístico, ruidoso y con mucha más gente. La verdad, es que viendo tus fotos, se ve que se respira paz y tranquilidad, además, tiene que ser una gozada poder estudiar en un lugar así.
¡Un gran besote!
¡Hola, Mari Carmen!
ResponderEliminarAy, tiene que ser una gozada poder estudiar en una ciudad así porque en este caso, Cambridge, es muy bonita y muy tranquila. Aunque el handicap que hay es que hay que tener una mente privilegiada así que no creo que me seleccionaran para ingresar en alguna de sus universidades jejeje Creo que me conformaré con hacer turismo por sus calles xD
¡Un beso muy grande!
Ay, tiene que ser una gozada poder estudiar en una ciudad así porque en este caso, Cambridge, es muy bonita y muy tranquila. Aunque el handicap que hay es que hay que tener una mente privilegiada así que no creo que me seleccionaran para ingresar e https://la-voz.net/jose-olaya/
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