Oh, qué espléndida música, de Dorothy Evelyn Smith
Cuanto menos te encariñes con las
personas y las cosas, menos daño podrán hacerte. Recuerda siempre que tú, y
solo tú, eres lo único importante en tu vida. Las personas y las posesiones van
y vienen, dibujan un motivo a tu alrededor, pero no llegan a tocarte de verdad.
Empezaste sola y acabarás sola. La esencia de tu persona permanece sola
siempre.
¡Hola, chic@s!
Empezamos un nuevo mes con una novela que me enamoró a principios de verano: Oh, qué espléndida música, de Dorothy
Evelyn Smith, un libro que está lleno de inocencia, esperanza y ternura, tres palabras que
siempre tendrían que estar presentes en nuestra infancia y que nadie ni nada
deberían corromper.
Oh,
qué espléndida música está narrada por Ruan, una mujer
que rememora su infancia y paso a la adolescencia, dos etapas que tuvieron
lugar unos años antes del estallido de la Primera Guerra Mundial. A través de
sus ojos conoceremos cómo fue su vida y con ella las personas que la
acompañaron en cada paso. Por el argumento se podría pensar que estamos ante una
trama muy sencilla, como si fuera una anécdota, pero la historia de Ruan es
mucho más que eso porque expone un periodo de nuestra vida (la infancia)
que, en realidad, es un universo con tiempo limitado. No es infinito, pero nos damos cuenta de ello cuando
ya es demasiado tarde. Su autora nos regala un maravilloso homenaje a esos años
y lo hace como si fuera una bola de cristal que estamos observando desde fuera
y a la que nadie tiene acceso para no dañar lo que hay en su interior. Por otro lado, Smith también nos proporciona el regalo de la experiencia cuando vemos que la Ruan niña interpreta situaciones
desde la más pura ingenuidad que no la hacen ser consciente de la realidad, pero
el lector sí que lo ve todo muy claro, algo que hace que te enternezcas con la novela.
Los personajes se hacen
querer muchísimo y no quieres que les pase nada malo debido a esa guerra que
sabes que va a venir y que destruirá miles de proyectos y sueños: en definitiva,
miles de vidas. Por eso mismo, Ruan nunca revela qué ocurrió con los personajes en el futuro, una táctica que hace que en su mundo todo
esté bien. Este punto me hizo preguntarme cómo es la Ruan adulta y si algunos
de sus allegados más queridos, como David, continuarían a su lado.
Nunca había leído nada
de Dorothy Evelyn Smith, pero este libro ha sido una auténtica joya, una
delicia de lectura de la que no te puedes (ni te quieres) desprender. Oh, qué espléndida música es un viaje nostálgico, tierno y
melancólico que te emociona (hay un pasaje que me hizo llorar) y te hace sonreír a la vez; una lectura
perfecta para este otoño que ya se va asomando y que sé que os
atrapará tanto como a mí. ¡Dadle una oportunidad, no os arrepentiréis!
¡Hasta la próxima!
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