La mujer que soy, de Britney Spears

 


- Solo quiero que sepas – dijo – que ahora mando yo. Tú siéntate ahí en ese taburete y te contaré lo que pasa.

Me quedé mirándolo con una sensación creciente de terror.

- Ahora yo soy Britney Spears – añadió.


¡Hola, chic@s! Britney Spears es uno de los grandes iconos de la historia del pop, pero desde la primera década de los 2000 su vida personal fue ganándole terreno a la profesional y, finalmente, la princesa del pop se convirtió en el chiste favorito del mundo entero. No obstante, esta perspectiva jocosa que se tenía de su persona fue cambiando cuando se descubrió que la cantante estuvo durante años bajo la férrea tutela de su padre, un hombre que la incapacitó para poder lucrarse de ella (bueno, él y el resto de su familia más directa). Se han dicho muchas cosas sobre Britney a lo largo de los años y muchos han sido los que han dado forma a su historia (y también tergiversado) mientras ella permanecía callada. Ahora la intérprete de Baby One More Time da un golpe sobre la mesa con la publicación de La mujer que soy, unas memorias en las que hace un repaso de su vida y nos da otro punto de vista del relato que ya conocíamos.

La mujer que soy se compone de 275 páginas y en ellas veremos su infancia, juventud y vida adulta, pero especialmente seremos testigos de todo lo que se escondía detrás de esos momentos tan míticos (para bien y para mal) que vimos en los medios de comunicación. La lectura de este libro me ha durado poco más de 24 horas y me ha gustado mucho porque la cantante se muestra sincera y revela momentos muy íntimos que aportan una gran humanidad a su historia. Cuando el libro llega a la etapa de su tutela, la cual duró 13 años, eres consciente del horror que vivió la artista. Los pasajes son claustrofóbicos debido a la mano dura que ejercieron sobre ella y te das cuenta de que su existencia se podría definir, por desgracia, en dos palabras: maltrato y misoginia. Y ojo, no me refiero solamente a la etapa de su tutela, sino a toda su vida.

Con Britney Spears se ha seguido el mismo modus operandi que con otras estrellas: reírnos de ellas en sus momentos más bajos y, cuando ya no se puede hacer nada, elevarlas a la categoría de mito. Por suerte, Spears está aquí para contarlo en primera persona y parece que poco a poco está tomando las riendas de su vida. Unas líneas más arriba he comentado que su existencia es una historia de maltrato y misoginia, pero parece que ahora en adelante estos dos términos serán reemplazados por la libertad y el descubrimiento de una misma (espero que así sea).

La mujer que soy es la historia que muchos estábamos esperando y Spears no decepciona porque es una mujer fuerte que no tiene miedo a la hora de mostrar su vulnerabilidad. La intérprete ha pasado por altos y bajos y habla de ellos con una gran franqueza. Ahora muchas cosas cobran sentido y, entre ellas, se encuentran las letras de sus canciones. Por último, este libro también nos enseña que el karma es de lo más juguetón y cuando quiere aparece en el momento más inesperado para ser implacable. Ay, Justin, ¿recuerdas cuando cantabas eso de What goes around comes around? Pues eso, no escupas para arriba porque te puede caer encima.

¡Hasta la próxima!

 

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