El río del Francés, de Daphne du Maurier
¡Hola, chic@s!
Para mí siempre es un placer refugiarme en las historias de Daphne
du Maurier debido a su exquisita prosa, sus adictivas tramas y sus
complejos personajes. El
pasado verano tuve la gran suerte de volver a ella con El
río del Francés, una
novela que es muy diferente a todo lo que había leído de
su obra hasta
el momento y la verdad es que no me decepcionó en absoluto.
El
río del Francés nos presenta a
Dona, una aristócrata de 29 años que goza de una posición
privilegiada en la sociedad de la Inglaterra del siglo XVII, entre otras cosas ocupa un lugar destacado en la corte
de Carlos II, y su vida
parece perfecta debido a su matrimonio con
un baronet bastante necio y
sus dos hijos. Sin embargo, esta perfección solo es una máscara
para Dona, ya que nuestra protagonista está insatisfecha con su
frívola vida
y cree que durante todos estos años ha estado representando un papel.
Un día, cansada de esta pantomima, decide coger a sus dos hijos e
instalarse en la casa familiar de su marido, que está situada en la
ría de Helford, Cornualles. Con esta escapada Dona pretende
descubrir quién es realmente, pero lo que no sabe es que esta
búsqueda de identidad vendrá acompañada de grandes aventuras y de
un romance imposible con un pirata que harán que esa parte que
llevaba dormida durante mucho tiempo finalmente despierte.
Con
El río del Francés,
Daphne
du Maurier nos trae una novela clásica de amor y aventuras,
pero esta es mucho más que romance
y hazañas emocionantes debido a las preguntas que lanza al lector. Dona es el centro de esta
historia y con ella conocemos las limitaciones de libertad y
autonomía que las mujeres tenían. Aparentemente, nuestra heroína
lo tiene todo pero le falta algo que para ella es importantísimo:
ser una misma. Dona posee una gran fuerza en su interior, pero esta
se ve mermada por el papel que tiene que desempeñar en su día a día.
Básicamente tiene que ser una mujer florero para que todos los
hombres la vean como ese objeto que les encantaría poseer, pero ella
es mucho más que eso. Su estancia en Cornualles le permite
experimentar esa sensación de libertad e independencia que tanto
había anhelado, pero cuando por fin las
consigue la novela lanza una interesante reflexión: ¿nuestra
felicidad
debe
verse truncada por el deber? Es una pregunta que todos nos hemos
hecho alguna vez y la respuesta parece muy fácil, pero en realidad
no lo es.
Dona
es una
protagonista maravillosa, pero esta no
viene sola ya que está
acompañada por unos secundarios de lujo. Todos ellos representan el
perfil clásico de las historias de aventuras, y su romance con el
pirata francés que da nombre a la novela encandila debido a la gran
química que ambos personajes desprenden y que desencadena en una
dinámica de lo más entretenida y encantadora. Por otro lado, la
prosa de du Maurier, una vez más, vuelve a ser maravillosa. La
escritora conduce la trama a la perfección combinando de manera
soberbia la aventura, el romance y el espíritu crítico del libro.
Todo está muy bien sincronizado y debido a esto la lectura es
adictiva.
El
río del Francés es
una novela muy diferente a Rebecca y
Mi prima Rachel porque no posee el misterio de las dos
primeras,
pero no le hace falta porque du Maurier nos trae una historia y una
protagonista muy interesantes que harán nuestras delicias con una trama muy entretenida que nos hará pensar cuando
lleguemos al final. Ha sido una lectura encantadora y Daphne du
Maurier es una escritora imprescindible
que nunca decepciona.
¡Hasta
la próxima!
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