Licorice Pizza (2021)

Fuente: IMDB

 

¡Hola, chic@s! Hoy, os traigo mi review de Licorice Pizza, la última película de Paul Thomas Anderson, una cinta que consiguió 3 nominaciones en la última edición de los Oscar (entre ellas se encontraba su candidatura a mejor película). 2021 nos dio películas de todo tipo, y algunas para enmarcar, pero desde un primer momento supe que Licorice Pizza iba a ser muy especial, ya que es ese tipo de film que sabes que está hecho para ti (y esta es una sensación que se suele dar muy de vez en cuando).

Licorice Pizza es la historia de Alana (Alana Haim) y Gary (Cooper Hoffman), una chica y un chico que se conocen en el Valle de California de la década de los 70, y su relación, que empieza siendo platónica debido a la diferencia de edad que hay entre ambos, correrá un gran riesgo de materializarse.

Como podéis ver la premisa es de lo más sencilla y en un principio puede que no llame la atención, pero esta película es de lo más especial, ya que es una historia dentro de otra historia, y esto se debe a que Paul Thomas Anderson decidió plasmar en ella gran parte de su adolescencia.  Ver esta película es como volver a la década de los 70 y mucha culpa de ello la tienen su fotografía, vestuario y música (su banda sonora recoge temas muy representativos de aquella época). Estos tres apartados son excepcionales y saben retratar con una gran nostalgia y melancolía un tiempo que hace mucho dejó de existir. Sin embargo, este no es el único punto que destacar, ya que, por otro lado, tenemos a su magnífico reparto. La cinta tiene nombres muy populares, como Sean Penn o Bradley Cooper, pero todo el peso de la trama recae en los desconocidos Alana Haim y Cooper Hoffman (hijo del añorado Philip Seymour Hoffman), los verdaderos protagonistas de esta historia. Tanto Haim como Hoffman brillan en cada escena debido a su carisma y sencillez, y esto es de admirar, ya que esta película supone el debut en pantalla para ambos.

Antes os he dicho que esta película era una historia dentro de otra historia; pues bien, para poneros un ejemplo os diré que las hermanas de Alana en la película son las hermanas en la vida real de la protagonista, pero esto no acaba aquí. Alana y Gary viven un amor platónico que está inspirado en el amor platónico que Thomas Anderson sintió por su profesora de arte, que es… ¡la madre de Alana en la película y en la vida real! Sí Alana Haim tiene a toda su familia interpretándose a sí misma (incluyendo también a su padre). Sé que es un lío, pero al mismo tiempo me parece una genialidad (seguramente tendréis que leer estas últimas líneas más de una vez para poder procesar todo lo que os acabo de soltar).

Licorice Pizza es sinónimo de libertad, crecimiento, primeras veces y nuevas oportunidades, pero, además de esto, retrata muy bien la fuerza del primer amor, un período en el que sentimos que todo es posible. Si tuviera que clasificar este film dentro de un género diría que es una comedia romántica o una película feel good, porque cuando acaba no puedes evitar sonreír y sentirte renovada por dentro. Me ha gustado mucho y nada más verla supe que esta pequeña joyita, que cuenta una historia de lo más sencilla, iba a colarse en el podio de mis películas favoritas del curso 2021-2022.

¿Y vosotros? ¿Habéis visto Licorice Pizza?

¡Hasta la próxima!