Doctor Who: 60 aniversario

 

Fuente: BBC

Esta entrada contiene spoilers.

¡Hola, chic@s! Ayer finalizaron los especiales que han conmemorado el 60 aniversario de Doctor Who y todavía estoy asimilando su último episodio. ¡Menuda locura! Ha sido un gran cúmulo de emociones y no sé si lograré exponer todo lo que siento de manera coherente porque todo es muy reciente. Así que si estáis interesados en leer esta entrada, poneos cómodos porque allá voy, o como diría mi Doctor favorito: Allons-y!

The Star Beast (La bestia estelar)

El primero de los tres especiales lleva como título The Star Beast y en él vemos al Doctor enfrentarse a una nave espacial que se estrella en Londres y desata el caos. La trama bien podría ser un capítulo más de Doctor Who, pero lo que hace que este episodio sea especial (y nunca mejor dicho) es ver el retorno de unos personajes que marcaron a una generación. David Tennant vuelve como el Doctor, pero también lo hace su mejor amiga, Donna Noble (Catherine Tate), y la familia de esta (con nuevas incorporaciones). Todos recordamos que el Doctor y Donna separaron sus caminos hace más de 13 años porque Donna absorbió la mente de un Señor del Tiempo y el Doctor tuvo que borrarle la memoria para poder salvarla. Eso significa que todos sus recuerdos con él habían desaparecido, pero también se tenía que hacer todo lo posible para que Donna no recordara al Doctor, porque si eso ocurría entonces moriría. Este adiós fue como una bofetada para los fans de la serie, porque Donna y el Doctor eran grandes amigos, pero también almas gemelas (y sin llevarlo al plano romántico). En este episodio vemos su reencuentro y este viene acompañado de momentos emotivos, pero también cómicos, porque esa es la esencia de su relación. La gran pregunta era: ¿cómo se resolvería el conflicto de Donna? El resultado me gustó, pero reconozco que fue un tanto rápido y un poco anticlimático. Esperaba más drama y dificultad, pero os seré sincera: ver a David Tennant y Catherine Tate otra vez juntos es una gozada y es con lo que me quedo. Da igual los años que pasen porque estos dos actores nacieron para interpretar a estos personajes y su magia, que sigue intacta, lo corrobora.

Por otro lado, este episodio nos trajo la presentación del nuevo interior de la TARDIS y también la entrada en escena de The Meep, un extraterrestre en forma de peluche, que es una auténtica monada, pero que finalmente se revela como el villano de la historia. Para mí este capítulo de Doctor Who fue como una película familiar que encuentra su corazón en la relación del Doctor con los Noble, una familia que siempre sintió como suya y ese sentimiento del Doctor también es el nuestro.  Reí y lloré y este capítulo fue como volver a casa.

Por último, hay una pregunta que aún no ha sido contestada: ¿por qué el Decimocuarto Doctor tiene la misma cara que el Décimo? Aún nos queda un poco para saberlo.

Fuente: BBC

Wild Blue Yonder (La salvaje lejanía azul)

En este episodio el Doctor y Donna hacen su primer viaje oficial en la nueva TARDIS, pero tras algún que otro fallo técnico esta los llevará primero a 1666 para conocer brevemente a Isaac Newton y su mavity (este chiste lo entenderán los que hayan visto el capítulo) para seguidamente aterrizar en un lugar inhóspito que se encuentra en la nada y cuyo peligro es tan grande que la propia TARDIS (con el destornillador sónico incluido) huye de allí dejando a sus dos inquilinos totalmente desprotegidos. Son solamente el Doctor y Donna y aquí reside la grandeza de esta historia. La trama tiene tintes cómicos, oscuros, dramáticos, de misterio y a veces es excesiva, pero esta entretenida historia tiene como objetivo llevar a sus dos protagonistas hasta el extremo para explorar sus traumas y lo consigue de manera brillante. En este capítulo vemos que el Doctor vive consumido por su pasado. Está cansado por todo lo que ha sufrido y esto, tarde temprano, le podría pasar factura. Además, este episodio nos enseña que aunque este Doctor tenga la cara de uno de sus predecesores eso no significa que sea el mismo, ya que esta nueva encarnación es mucho más compasiva y emocional. Una vez más, vuelvo a destacar la química y profesionalidad de Tennant y Tate, ya que ambos intérpretes son los que cargan con todo el episodio demostrando que son dos actorazos.

Por último, la parte más conmovedora del capítulo se da al final de este con la aparición de Wilfred Mott, el abuelo de Donna, y uno de los compañeros más entrañables del Doctor. Su aparición tuvo una gran carga emocional, ya que Bernard Cribbins, el actor que le daba vida, murió durante el rodaje y sólo le dio tiempo a grabar esta escena.

Fuente: BBC

The Giggle (La risa)

The Giggle es el último episodio de los tres especiales y en él veremos a David Tennant regenerarse en Ncuti Gatwa, el nuevo Doctor. Antes de empezar a hablar del episodio, os confieso que ya estaba de bajón la semana pasada porque no me hacía a la idea de ver una nueva regeneración de David Tennant. Su despedida, que ocurrió en 2010, sigue doliendo (el icónico tema Vale Decem ayuda bastante) y no quería volver a pasar por ello. Sé que suena muy dramático, pero hay más de una persona que estaba igual que yo. Pero bueno, no nos entretengamos más, y vayamos al capítulo.

Esta tercera entrega nos trae la vuelta de The Toymaker (el Juguetero), un villano que se enfrentó al primer Doctor en la década de los 60 y que ahora regresa para poner al mundo patas arriba. El caos del primer capítulo no es nada comparado con el que vemos en este y el Juguetero pondrá al Doctor contra las cuerdas. Hay que decir que este capítulo es una locura de principio a fin y no sabes lo que te puede estar esperando a la vuelta de la esquina. Es una montaña rusa en todos los sentidos y me gustaría destacar dos puntos: el villano y la regeneración. En esta ocasión, Neil Patrick Harris es el encargado de ponerle rostro al Juguetero y lo hace de manera perfecta. Es un personaje histriónico y camp y su escena de baile con la canción Spice up your life de las Spice Girls no podría ser más surrealista y maravillosa. ¡Esto sólo puede pasar en Doctor Who!

Y ahora sí, llegamos al momento de la regeneración, un evento que suele producirse al final del episodio y que sirve para presentarnos en un par de minutos al nuevo Doctor. Russell T. Davies, que fue el encargado de traer de vuelta a la serie en 2005, vuelve a ponerse al mando de Doctor Who para presentarnos una nueva mitología hasta entonces inédita y que ha roto moldes. En este capítulo no vemos una regeneración tradicional sino que somos testigos de una bi-generación, en otras palabras, el Doctor se divide en dos para coexistir con su sucesor. Reconozco que hace unas semanas leí sobre este posible suceso debido a una filtración, pero aun así admito que ha sido espectacular, porque además de poner sobre la mesa un nuevo mundo de posibilidades, también tiene muchos significados que son de lo más emocionales.

Fuente: BBC

No es ningún secreto que la serie llevaba sufriendo un desgaste importante desde hacía tiempo y creo que han querido plasmar este punto en el estado del Decimocuarto Doctor. Unas líneas más arriba he comentado que en el capítulo Wild Blue Yonder el Doctor se muestra cansado debido a los traumas que lleva con él y este necesita un descanso. Esto lo veo como un paralelismo con el agotamiento de la serie y por eso hemos tenido la bi-generación, ya que con ella el nuevo Doctor de Ncuti Gatwa no lleva con él el drama que el personaje arrastra y puede empezar de nuevo. Su Doctor es optimista y está dispuesto a vivir nuevas aventuras mientras que su predecesor se retira para poder sanar. De hecho, la próxima temporada de la serie no será la decimocuarta sino la primera; por lo tanto, se empieza desde cero y con ella se inicia una nueva etapa.

La bi-generación nos muestra a dos Doctores coexistiendo y esto podría propiciar un más que potencial encuentro entre ambos en un futuro. Todo podría pasar y se abre un abanico lleno de posibilidades porque el Doctor de Tennant está viviendo su vida con Donna y su familia. Y hablando de ellos… Russell T. Davies sabe lo mucho que queremos a estos dos personajes y nos ha hecho un regalazo cumpliendo una fantasía de muchos: que el Doctor y Donna estén juntos (sin nada romántico de por medio, lo vuelvo a decir) y que el primero encuentre la paz y eche  raíces con ella. Es un final feliz y un cierre a esta etapa de la serie. Todos estos puntos me parecen muy poéticos, porque si ya vamos a un plano más personal, el propio Tennant es fan de la serie desde niño y por ella se convirtió en actor y creo que tiene que estar de lo más contento por tener la oportunidad de ser para siempre el Doctor. Él no se quería ir (recordad sus últimas palabras antes de la regeneración de 2010) y en cierta manera se ha quedado. Por cierto, ¿sabéis por qué el Doctor había vuelto a recuperar el rostro del Décimo? La respuesta es muy simple: para encontrar a Donna y volver con ella a casa.

Estos tres especiales de Doctor Who han cerrado una etapa y nadie mejor que David Tennant, la cara más popular desde su regreso en 2005, para darle un final. Repito que aún estoy emocionada y procesándolo todo, porque la bi-generación es algo totalmente nuevo y sabemos muy poco de ella, pero no sabéis lo que me ha gustado que Russell T. Davies haya cumplido nuestro sueño reuniendo a Donna y al Doctor. No podría haber sido más perfecto y ahora cuando vuelva a ver su historia desde el principio la percibiré de otra manera muy diferente. Tennant continúa en el universo Who vivito y coleando (bueno, tiene otra versión suya al lado de Rose Tyler) y esto podría dar pie a potenciales spin-off y también para avivar una teoría que afirma que él sería the Curator, el personaje que sale al final de The Day of the Doctor. Doctor Who ha vuelto por todo lo alto y ahora toca ver cómo será la andadura de Ncuti Gatwa, pero ya os digo que su interpretación en The Giggle es de lo más prometedora y su química con Tennant ha sido amor a primera vista. ¡Espero volver a verlos juntos!

¡Hasta la próxima!

 

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